El 2020 será recordado como un año extraordinario en el que la pandemia de covid-19 azotó la economía y profundizó la crisis con recesión e inflación que llevó un creciente desempleo y el aumento de la pobreza.
No obstante, muchos argentinos, acostumbrados a enfrentar crisis económicas recurrentes, buscaron a lo largo de los más de siete meses de aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) reconvertir sus actividades o emprender proyectos propios, muchos precarios o informales y otros más desarrollados, para poder sostener a sus familias.
Así, se registró en el Barrio 31 o Carlos Mugica (ex Villa 31) un auge de comercios, principalmente gastronómicos, los cuales se replicaron en menor medida en otros barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires como Rodrigo Bueno (en Puerto Madero) o en Ricciardeli (ex Villa 1.11.14), en el Bajo Flores.
Cabe recordar que en el segundo trimestre del año se perdieron 3.757.000 puestos de trabajo o un 18%, al alcanzar los 17,1 millones, como consecuencia de la recesión y del impacto de la crisis sanitaria, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). La contracción en el empleo, que en el segundo trimestre golpeó a pleno al mercado de trabajo, fue aún mayor en el sector de los puestos asalariados no registrados o en negro, con una baja del 34% interanual.
Según pudo averiguar Infobae, en el Barrio Mugica (Barrio 31) hay alrededor de 950 comercios de diversos rubros. “La urbanización e integración del barrio no solamente pasa por las obras de infraestructura, cloacas y viviendas sino también por el desarrollo económico, capacitación, formación profesional y por la formalización de los comercios y emprendimientos del barrio”, destacan fuentes del gobierno de la Ciudad.
Entre los principales rubros de los comercios se destacan el gastronómico (restaurantes, minutas, cafeterías), las despensas, almacenes generales y verdulerías, locales de indumentaria, entre muchos otros que varían desde ferreterías y librerías a peluquerías.
Durante este año surgieron varios comercios y emprendimientos. Algunos de ellos se debieron reinventar frente a la pandemia y otros, fruto de iniciativas personales o de grupos de emprendedores que anteriormente trabajaban por su cuenta.
“Lo que prepondera es quioscos y almacén que representan el 30% del total. Es un barrio más bien comercial y no tan productivo como otros. En la mayoría de los casos se hace una inversión y se instala el comercio en las casas. Otros son más profesionales con locales exclusivos”, dijo a Infobae Donatela Orsi, Directora General de Integración Económica de CABA
En ese marco, agregó que los comercios se abastecen en un 45% con compras mayoristas. “Es difícil que entren los proveedores al barrio. Hablamos de los grandes proveedores. Y esto sucede por temor y por la infraestructura del barrio ya que muchos camiones no pueden ingresar. Luego otro 20% se abastece en el barrio y el resto de manera mixta”, detalló.
Según Orsi, desde el gobierno porteño se fomenta la inscripción al monotributo, la bancarización. “Hasta noviembre 2019 el 77% de los comerciantes no tributaba. Nosotros buscamos fomentar la bancarización a través de una inclusión financiera con bancos tradicionales y también con los digitales”, afirmó.
Desde el gobierno porteño se fomenta la inscripción al monotributo, la bancarización
La Secretaría de Integración Social y Urbana de la Ciudad de Buenos Aires abrió el Centro de Desarrollo Emprendedor y Laboral (CeDEL) para centralizar la atención a los vecinos con cursos de capacitación y una bolsa de empleo.
Los vecinos cuentan además con la primera oficina conjunta de AFIP y AGIP - Administración Federal de Ingresos Públicos y Administración Gubernamental de Ingresos Públicos-, para avanzar en la formalización de la economía de los vecinos que emprenden allí.
“Trabajamos para fortalecer los principales circuitos comerciales, la Feria comercial del barrio y para acercar los productos de los emprendimientos del barrio a la Ciudad. Además, más de 3.000 vecinos y vecinas completaron cursos en el CeDEL y hoy ya cerca del 25% de los comercios y emprendimientos del Barrio Mugica están formalizados”, destacaron desde la Secretaría de Integración Social y Urbana de la Ciudad.
Asimismo, la Legislatura porteña tiene previsto tratar en las próximas semanas un proyecto de ley de impulso de la Economía Social y Popular. Busca acompañar a los emprendedores de barrios populares para darles herramientas y facilitar su crecimiento con financiamiento con líneas de créditos del Banco Ciudad, promover un monotributo especial y avanzar hacia la formalidad. Además propone que haya tres años de exención de Ingresos Brutos entre otros beneficios para impulsar la actividad.
“Este proyecto de ley es una primera iniciativa para reconocer el valor de la Economía Social y Popular, derribar algunas de las barreras estructurales que enfrenta, potenciar su valor productivo, organizar las bases de su actividad e incorporarlas al ecosistema económico de la Ciudad”, dijo a Infobae María Migliore, ministra de Desarrollo Humano y de la Ciudad de Buenos Aires.
Casos de emprendimientos en barrios populares
Agustina Bianchi, de 27 años, vive en el Barrio 31 e inauguró en julio “Coffee House”, un café con servicio de pastelería ubicado en Perette y Calle 8. El negocio ofrece servicio de cafetería y pastelería.
En diálogo con Infobae la emprendedora dijo que el local se adaptó desde la apertura e implementó la modalidad “take away” y delivery entre las viviendas de cercanía. Ya con el ASPO finalizado y en plena vigencia del Dispo (Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio) y cumpliendo con un protocolo sanitario, ofrece el servicio en el local.
“Era encargada de una cadena de cafeterías y la pandemia me agarró de vacaciones. Donde hoy es la cafetería era un depósito de gas. Esto es un proyecto familiar. La que insistió con que yo hiciera esto fue mi tía. Abrimos el 20 de julio y la apertura fue un boom, con mucha expectativa, pero luego fueron cayendo un poco las ventas”, detalló.
Patio Rodrigo Bueno
Con diez containers que ofrecen diferentes propuestas de cocina, el Patio Rodrigo Bueno ubicado en la Avenida España 2230, en el sur de Puerto Madero, potencia los emprendimientos gastronómicos de los vecinos.
Allí conviven cinco cocineros del barrio con cinco emprendimientos privados que ofrecen desde comida peruana hasta tortas y dulces, pasando por gastronomía paraguaya, parrilla, hamburguesas y pizzas.
Ignacio Lenin Uriarte es un emprendedor del Barrio Rodrigo Bueno que vende comida típica de mariscos peruana en el Patio Gastronómico. Allí tiene un local donde ofrece su especialidad: el ceviche.
“Tengo un equipo familiar para desarrollar la gastronomía. Durante una parte de la pandemia tuvimos que cerrar pero ahora estamos otra vez en actividad. Esperamos que durante verano siga mejorando la situación sanitaria porque nosotros necesitamos trabajar y tener ingresos”, describió Lenin Uriarte. Y agregó: “Invitamos al público a que venga a visitarnos a este espacio al aire libre y que prueben nuestra gastronomía”.
En tanto, Federico Rodríguez tiene un proyecto llamado Addictfly, una marca textil que vende riñoneras a una terminal automotriz y que busca desarrollar la economía popular. El mismo está emplazado en el barrio Ricciardeli, ex Villa 1.11.14. “La economía popular busca demostrar que se puede llevar un producto de calidad. Lo que buscamos son oportunidades fruto del trabajo”, destacó.
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