Auge y nueva caída de Kodak: más problemas y sospechas de maniobras de sus ejecutivos en medio de la pandemia

Primero había sido por la compra de acciones antes del anuncio de un préstamo del gobierno de EEUU. Ahora, por la venta de opciones sobre acciones que no tenían. El caso de Pfizer

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El logo de Kodak, en alto, durante una exposición tecnológica en Las Vegas. Hagan juego. REUTERS/Steve Marcus/File Photo
El logo de Kodak, en alto, durante una exposición tecnológica en Las Vegas. Hagan juego. REUTERS/Steve Marcus/File Photo

Kodak, una de las marcas más conocidas del siglo XX, que había vuelto a brillar por unos semanas entre julio y agosto pasado, gracias a un préstamo de USD 765 millones de una agencia del estado norteamericano, supuestamente para usar su expertise químico en la producción de componentes para el combate al coronavirus, recayó en un nuevo escándalo esta semana, tras admitir que por “errores internos” permitió que ejecutivos de la compañía vendieran opciones sobre acciones que no poseían.

El nuevo escándalo tiene reminiscencias del anterior, que se desencandenó cuando se supo que ejecutivos de Kodak habían comprado millones de dólares en acciones y opciones de la empresa mientras negociaban en secreto el préstamo que luego se anunció e impulsó en pocos días un aumento de 1.480% en el valor de la acción. La acción de Kodak perdió la mitad de su valor cuando a raíz del escándalo el gobierno norteamericano puso en suspenso la concesión del préstamo y legisladores demócratas iniciaron una investigación en el Congreso.

Cómo era posible que el gobierno le concediera un préstamo semejante a una empresa que había estado cerca de quebrar en 2012 y no tuvo ningún éxito en sus incursiones en el ámbito farmaceútico, planteó entonces Jim Clyburn, titular de un comité de crisis en la lucha contra el coronavirus.

Otra vez

Ahora el escándalo es porque cinco ejecutivos vendieron USD 5,1 millones en opciones que habían recibido de modo “inadecuado” y “no autorizado”, explicó David Bullwinkle, jefe financiero de Kodak, que intentará recuperar USD 3,9 millones de los ejecutivos, por ser ésa la cifra que las acciones valían al tiempo en que fueron vendidas fraudulentamente. El resto se recuperaría a través de la retención de impuestos de los cinco exejecutivos.

Esas maniobras también ocurrieron durante el período de frenesí de las acciones de Kodak, en medio de las especulaciones sobre sus capacidades químicas y el préstamos del gobierno y se descubrieron al conocerse los balances del tercer trimestre de la compañía. Kodak alegó que ninguno de los errores afectó los resultados financieros y se comprometió a solucionarlos antes de fin de año.

El nuevo caso aparece luego de que investigaciones internas de la firma y de la SEC concluyeron que la venta de acciones descubierta inicialmente no había violado las reglas contra el uso de información privilegiada (insider trading).

Albert Bourla, CEO de Pfizer
Albert Bourla, CEO de Pfizer

Kodak cotiza actualmente casi 90% por debajo del pico que había alcanzado en julio, aunque el precio de su acción es más de 60% superior al que tenía al comenzar el año. El préstamo de USD 765 millones, que había sido mencionado públicamente por el presidente Donald Trump, sigue en suspenso.

Todavía no se descarta que la compañía fotográfica más famosa y valiosa del siglo XX -cuyo máximo error estratégico fue ocultar, por temor a perder el mercado de rollos fotográficos, la invención de la cámara digital que había realizado un técnico de la propia compañía- haga algún aporte químico significativo en la lucha contra el coronavirus.

Tú también, Albert

La lucha contra el virus da lugar a todo tipo de especulaciones y negocios, lícitos y no lícitos. Esta semana también se supo que Albert Bourla, director ejecutivo de la farmaceútica Pfizer, vendió acciones de la compañía por valor de USD 5,6 millones el mismo día que la compañía anunció que la vacuna contra COVID-19 en desarrollo en la empresa había mostrado una altísima eficacia en las pruebas de “Fase 3”.

La vacuna podría hacerle ganar a Pfizer tanto o más dinero que el desarrollo y patentamiento del “Viagra”, con la diferencia de que esta vez la parte del león del dinero la pondrán los gobiernos, no los “consumidores”.

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