Ante la suba de la inflación, el Banco Central elevó las tasas y los plazos fijos minoristas rendirán 37%

El Directorio del BCRA también subió dos puntos porcentuales las tasas de sus instrumentos de política monetaria, las Leliq y los pases

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Miguel Pesce, presidente del Banco
Miguel Pesce, presidente del Banco Central

En su reunión habitual de los jueves, el Directorio del Banco Central de la República Argentina dispuso una suba general de las tasas de interés. Por tal motivo, la tasa mínima para los plazos fijos minoristas (de personas físicas menores a $1 millón) pasará de 34% a 37%. Para el resto de los depositantes, pasará de 32% a 34%.

Asimismo, estableció una suba de la tasa de interés de sus instrumentos de política monetaria “para continuar con la estrategia de armonizar los rendimientos en pesos”, según expresó el BCRA en un comunicado. El rendimiento de las Letras de Liquidez (Leliq) subirá de 36% a 38%. También subirá dos puntos porcentuales la tasa de pases a 7 días, que quedará en 37,5%, y en un punto los pases a 1 día, que se ubicarán en 32%.

Las nuevas tasas entrarán en vigencia desde mañana, viernes 13 de noviembre. En el caso de los plazos fijos, las tasas nominales anuales de 37% para minoristas y 34% para mayoristas implican una tasa efectiva anual de 44% y 39,8%, respectivamente.

La medida se conoció el mismo día en que el Indec informó que el Indice de Precios al Consumidor (IPC) de octubre alcanzó el 3,8%, el más alto del año. La inflación interanual, que compara ese dato con el de octubre de 2019, alcanzó el 37,2 y revirtió la tendencia a la baja que venía mostrando desde enero, aún antes de la pandemia.

Asimismo, en los últimos días también se revirtió otra tendencia que es la de las cotizaciones del dólar alternativas al oficial. El dólar libre o “blue”, que había tocado un pico de $195 el 23 de octubre, inició una pronunciada caída que lo hizo llegar a $149 el martes 10. Entre ayer y hoy, rebotó hasta los $167.

Entre estas dos cuestiones, la suba de la inflación y el rebote del dólar, puede explicarse la decisión del Central, ya que la recuperación de los plazos fijos resulta una prioridad. Las tasas para los plazos fijos habían tenido subido por última vez el 15 de octubre pasado, con márgenes casi simbólicos: de 33% a 34% para los minoristas y de 30% a 32% para los mayoristas. Esa suba no impidió que el mes pasado fuera muy negativo para los depósitos en pesos: el stock de plazos fijos cayó $110.000 millones, cerca del 5%.

Para el pequeño ahorrista, la opción de ahorrar en pesos se vuelve incierta, ya que podría perder tanto contra la inflación como contra el dólar libre. Desde mañana, un plazo fijo minorista rendirá en un mes el 3,1% mientras que la inflación de octubre se ubicó en 3,8%, sin motivos para bajar en los dos meses que restan. De hecho, muchos consultores la proyectan al alza, con más de 4% para noviembre, ante la decisión de empezar a “descongelar” el esquema de Precios Máximos. El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que hace el Banco Central entre analistas y bancos, espera en promedio un 4,1% para enero.

Los grandes depositantes, por su parte se corrieron de los plazos fijos hacia los instrumentos dollar linked, atados a la evolución del tipo de cambio, o actualizados por la inflación (CER). De ese modo, se aseguran no perder una de las dos peleas.

La suba de las tasas de referencia apunta a seguir absorbiendo pesos del mercado tentando a los bancos con un rendimiento algo mayor. Para las entidades financieras, el foco principal sigue estando en los instrumentos del Banco Central, ya que la recesión impuesta por las restricciones derivadas de la pandemia deja poco margen para colocar créditos. Y en muchos casos, lo hacen a tasas reguladas o subsidiadas.

El manejo de los instrumentos monetarios, además, se acerca a un momento crítico en términos estacionales. Hacia fin de año, la demanda de dinero suele crecer con fuerza por el movimiento comercial de fin de año y la temporada alta del turismo. Si bien el coronavirus deja ambas cuestiones en un interrogante, el descongelamiento de precios (al que en enero se sumarán las tarifas de servicios públicos) y el 3,8% del IPC de octubre obligará al Banco Central a extremar la cautela.

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