Los bancos sufrieron un duro freno en la captación de plazos fijos. En octubre el stock de colocaciones a plazo en moneda local sufrió una dura caída, que contrasta con los importantes aumentos que se habían registrado en los meses previos. El mes pasado la disminución fue superior a los $ 110.000 millones, lo que representó una caída de más del 5%.
Claramente, este comportamiento es la contrapartida del fuerte aumento que sufrió el tipo de cambio el mes pasado, que tocó niveles récord tanto para su cotización financiera, el contado con liquidación, como en el mercado informal. Recién en la última semana de octubre se registró un retroceso a partir de los crecientes controles por parte de la Comisión Nacional de Valores (CNV) y la venta de bonos por parte de Anses.
Aunque el Banco Central no tiene información sobre qué es lo que sucedió con esos más de $110.000 millones que se fueron de los bancos, la respuesta más probable es que las empresas aprovecharon otras opciones para dolarizar carteras. Es muy posible que una parte de los fondos que mantenían a plazo los hayan volcado a los nuevos instrumentos ajustados al tipo de cambio oficial que lanzó el Tesoro y que registraron una millonaria demanda.
Las colocaciones de bonos ajustados al dólar por parte del Tesoro le restaron recursos a los bancos, ante la búsqueda de las empresas de cobertura en moneda dura. Los bancos fueron autorizados a lanzar plazos fijos similares, pero aún no lo han hecho
Las compañías no pueden usar esos pesos para comprar dólares, debido al estricto cepo cambiario. La única forma de dolarizarse es buscar sustitutos imperfectos, como los bonos atados al tipo de cambio que emiten las empresas y ahora también el Tesoro. Los bancos también fueron autorizados a colocar depósitos dollar linked pero aún ninguno lo ha hecho para pelear en ese mercado.
En ese caso, el fenómeno parece obedecer más bien al denominado crowding out. Esto significa que el sector público desplaza al sector privado al volcarse al financiamiento en el mercado. En la medida que el Gobierno decida financiarse en forma creciente en el mercado local, esto significa que habrá menos recursos disponibles para que los bancos le presten al sector privado.
La evolución de los depósitos es seguida bien de cerca por el titular del BCRA, Miguel Pesce, porque es un buen indicador de la demanda de dinero. Esta caída de octubre marca una reducción de la misma, lo que también explica la “fiebre” del mercado cambiario.
Otro aspecto para seguir de cerca es la tasa de interés. El Central impulsó un aumento de tasas en dosis homeopáticas y hoy los bancos deben pagarle a los ahorristas un mínimo de 34% anual a 30 días. Los rendimientos en pesos lucen insuficientes teniendo en cuenta que la inflación de octubre ya estaría por encima del 3% mensual. En otras palabras, un depósito a plazo no sólo perdió contra el dólar en octubre, sino también con los precios, es decir que la tasa resultó ligeramente negativa. La peor combinación para atraer a los bancos a ahorristas e inversores.
En los meses previos, la dinámica de los depósitos había sido muy diferente. En septiembre, los plazos fijos en pesos del sector privado habían subido $ 112.000 millones y en agosto otros $ 132.000 millones
Los datos del BCRA llegan hasta el día 28, pero parece difícil que se registre alguna variación importante en las últimas jornadas del mes como para modificar esta tendencia.
En los meses previos la dinámica había sido muy diferente, lo que representa una fuerte señal de alerta. En septiembre, por ejemplo, los plazos fijos en pesos del sector privado habían subido $ 112.000 millones y en agosto otros $ 132.000 millones.
Noviembre será un mes interesante para observar cómo sigue la tendencia. Pero la fuerte necesidad de financiamiento que tiene el Tesoro para cubrir su déficit probablemente seguirá restando recursos de los bancos. La pregunta es si las entidades comenzarán a subir más las tasas para “pelearle” esos recursos al Gobierno o seguirán como ahora. Todo dependerá de la demanda de crédito, que se mantiene aletargada por la recesión. Sólo algunas líneas subsidiadas, con tasas reales negativas, muestran una demanda firme en los últimos meses.
Los depósitos en dólares también sufrieron una dura caída durante octubre, que superó los USD 1.500 millones. La volatilidad cambiaria llevó a muchos ahorristas a retirarlos del banco para llevarse los billetes a una caja de seguridad o al “colchón”. El titular del BCRA, Miguel Pesce, confía en que esta tendencia se irá tranquilizando si se prolonga la “paz cambiaria” de los últimos días.
Seguí leyendo: