Martín Guzmán aprendió la lección de sus primeros y accidentados meses al frente del ministerio de Economía. Sus detractores lo acusan de haberse “dormido en los laureles” tras cerrar el canje de deuda. Ahora no quiere repetir el mismo error y luego de la caída de la semana pasada de los distintos dólares financieros fue por más, anunciando una serie de medidas que apuntan a reducir la emisión monetaria para el financiamiento del déficit fiscal.
Los anuncios procuran sobre todo calmar la ansiedad ante la llegada de fin de año, siempre una fecha delicada en la Argentina y mucho más en épocas de crisis. Pero más allá de las grandes dificultades sociales, el mercado financiero también sufre un gran estrés en la última parte del año. Por eso, el mensaje de Economía apunta en una dirección: garantizar que la mirada estará puesta en el déficit fiscal y los niveles de emisión monetaria.
Ahora también se busca cierta seducción a los inversores a partir de medidas racionales que permitan al menos ganar tiempo
El objetivo es extender todo lo posible este clima más tranquilo y que sea algo más que un “veranito financiero”. La semana pasada el “dólar Bolsa” y el “contado con liquidación” cayeron más por los controles que por causas genuinas. Pero ahora también se busca cierta seducción a los inversores a partir de medidas racionales que permitan al menos ganar tiempo.
Ayer no sólo volvieron a caer tanto los dólares bursátiles como el informal, sino que además el Central habría acumulado unos USD 60 millones, lo que le permite arrancar el mes con algo más de tranquilidad. También hubo un impacto positivo en acciones y bonos, luego del fuerte castigo que sufrieron en las últimas semanas.
Los cálculos en las consultoras económicos varían, pero todas coinciden en que la emisión hasta fin de año será elevada. El economista Fausto Spotorno, de OJF, estimó que el rojo primario en el último bimestre asciende a nada menos que $550.000 millones. “De ese total, una parte se seguirá cubriendo con giro de utilidades del propio BCRA”, aseguró. En el medio, también Economía podría avanzar en un recorte silencioso de gastos para llegar un poco mejor parado a fin de año y siempre está el “artilugio” contable de diferir pagos previstos para el cierre del año a enero 2021.
Los cálculos sobre el déficit del último bimestre oscilan entre $ 400.000 y $ 550.000 millones. El objetivo de Guzmán es bajar la ansiedad sobre la forma en que será financiado ese agujero y evitar un nuevo salto del tipo de cambio. Al menos ayer logró que el dólar baje y el Central consiguió acumular reservas
Rodolfo Santángelo, socio de MacroView, tiene cálculos algo menos alarmantes. Según estima hacen falta unos $400.000 millones para el rojo del último bimestre. De ese total, sin embargo, ya se consiguió un “colchón” de alrededor de $ 200.000 millones con la colocación de deuda de los últimos meses. Por lo tanto, la cifra a financiar hasta fin de año sería bastante más baja: una parte podría lograrse con colocación de deuda, otra con algún achique del gasto y otra con el recurso clásico de “patear” parte de los vencimientos para el 2021.
El ministro se cuidó muy bien de hablar exclusivamente de “adelantos transitorios”, dejando abierta la posibilidad de más transferencias al Tesoro por parte del BCRA vía giro de utilidades. Bajo este renglón ya giró $1,2 billones, pero tiene margen para otros $400.000 millones hasta fin de año. Si bien es legal, se trata de emisión monetaria pura, exactamente igual que los adelantos transitorios que ahora quedarán restringidos hasta fin de año.
Más allá de los anuncios de ayer, lo que realmente definirá si es posible lograr una mayor estabilidad cambiaria es la evolución del déficit fiscal. Si el rojo de las cuentas públicas no se empieza a cerrar, importará poco si el gasto se cubre con emisión monetaria o con deuda. Al final del día, el resultado terminará siendo parecido y habrá mayor presión sobre el dólar.
Si algo le falto a las medidas de ayer es establecer un horizonte más claro sobre lo que Hacienda piensa hacer en relación al déficit. Pero por lo visto no es demasiado, ya que el Presupuesto 2021 establece un rojo primario de 4,5% del PBI y eso hasta ahora no se ha modificado.
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