Con el nuevo protocolo y la autorización del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el próximo lunes buena parte de los 150 natatorios que hay en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires definirán si sobreviven o si quedan en el camino. Esa es la principal discusión que se presenta en el whatsapp en donde participan buena parte de los dueños o concesionarios de estos espacios y que por estos días están terminando de definir el estado de situación de la infraestructura, la cantidad de personas que podrá aceptar y cuánto costará a partir de noviembre ir a nadar.
Marcelo Olivos es el concesionario del natatorio Splash, ubicado en la histórica sede del Club Chacarita en el barrio homónimo. El establecimiento tiene tres piscinas de diferentes tamaños y el lunes sólo abrirá una de ellas y se prepara para habilitar la segunda.
“Estamos descubriendo la pileta en dónde vamos a poder tener gente que venga a practicar el deporte entendiendo que sólo se puede realizar nado continuado, es decir, que no se puede parar para conversar; y por el tamaño que tiene sólo permite hasta cuatro personas por andarivel. También nos estamos preparando para abrir una segunda pileta en donde se armarán cuadrados con bollarines de 15 metros cuadrados cada uno para aquellos que quieren venir al agua”, contó Olivos.
Estamos descubriendo la pileta en dónde vamos a poder tener gente que venga a practicar el deporte entendiendo que sólo se puede realizar nado continuado (Marcelo Olivos)
Con estas dos piletas podrá recibir 42 personas lo que le va permitir generar que por semana va a tener una afluencia de poco más de 200 personas por semana. “En la vieja normalidad teníamos un promedio de 2.300 personas, con esta cantidad de gente sólo nos alcanza para pagar la luz. Para cuando llegue la boleta de AySA voy a necesitar sumar 200 personas más. Y eso sin tener en cuenta las deudas que arrastro de poco más de cuatro millones de pesos”.
Por ahora el complejo de tres piscinas que se encuentra en la zona de Chacarita tiene un costo de $3.600 por mes o por doce clases. Pero esta tarifa es para un negocio en el que las cuentas cierran si por el agua pasan 1.200 personas por mes, 1.000 más de los que empezarán a nadar a partir del lunes.
Esa realidad se repite en la mayoría de los 150 participantes del grupo que negoció con la Ciudad la apertura de las piletas. “Todos tienen deudas, son 7 meses sin tener ingresos. Y a esto se le suma que ahora que abrimos lo tenemos que hacer con menos gente de la que necesitamos para que el negocio sea rentable. Todos estamos ajustando las cuotas y esperamos que el clima del verano afloje un poco los protocolos y podamos sumar gente a las piletas porque sino será muy difícil”, explicó un operador de un natatorio ubicado en la zona de Belgrano.
Todos tienen deudas, son 7 meses sin tener ingresos. Y a esto se le suma que ahora que abrimos lo tenemos que hacer con menos gente
Vanina Natacio es la moderadora del grupo de whats, participó activamente de la discusión del protocolo y es dueña de un natatorio terapéutico, de menor tamaño y con otra estrategia de negocios, y reconoce que muchos no lograron sobrevivir a estos meses. “Muchos quebraron y otros se van a enterar el lunes”, explicó a Infobae.
Luego de comentar que estuvo siete meses sin ingresos, Natacio explicó que “los establecimientos que tiene cuotas de asociados tiene una gran morosidad” y que la gran mayoría de los establecimientos “tuvo que ajustar las cuotas y valores teniendo en cuenta el contexto. Hay que evaluar mucho el valor de la cuota”.
“No hay otra salida, entra menos gente por el aforo que establece el protocolo pero los costos son, en el mejor de los casos, los mismos por lo que la diferencia hay que cubrirla con la cuota”, explicó la dueña del establecimiento Acquamar Centro de Educación Acuática en el barrio de Flores.
Su perfil de cliente es muy diferente al de natatorios como el de Olivos. Se dedica a niños, adultos mayores y rehabilitaciones por lo que también el espacio es de menor tamaño. “Tengo una relación personalizada con mis clientes por lo que ya tengo el cupo de personas asignadas, pero tuve que volver a dar clases como profe y ajustar costos porque sólo aumentar la cuota no alcanza”, agregó.
La esperanza
Como si fuera una producción agropecuaria, los operadores de las piscinas apuestan al clima. “Supongo que si es un verano muy caluroso, puede ser que podamos abrir un poco más, más teniendo en cuenta que hasta ahora está comprobado que el agua con el cloro que tiene es más que suficiente para que en el caso de que alguien salive, no contagie. Esto, más la posibilidad de que se habiliten las colonias podría ser un salvavidas", dijo el hombre que opera el natatorio en Belgrano y que prefiere el anonimato.
Como si fuera una producción agropecuaria, los operadores de las piscinas apuestan al clima
La esperanza de las colonias se sustentan en que la Ciudad opera este tipo de actividad para alrededor de 20.000 chicos que este verano no tendrán un lugar si es que no se habilitan. Hay conversaciones para que se habiliten grupos de 10 personas que serían ocho niños y dos adultos,por lo menos así lo están pidiendo algunos natatorios que solían alquilarle el espacio a la Ciudad.
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