A pesar del coronavirus, la pesca aportará este año unos USD 1.300 millones en exportaciones

La zafra del langostino se inició tarde, pero la del calamar fue extraordinaria. Para 2021, la clave son la vacuna y el verano boreal. Protesta regional por la presencia de una flota china en Perú y Ecuador

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La temporada arrancó mal, pero
La temporada arrancó mal, pero aunque estuvo lejos del record de exportaciones de 2018, el resultado final mejor al esperado

En los primeros nueve meses del año el sector pesquero exportó por valor de USD 1.127 millones, sin contar variedades menores ni productos elaborados, y al cabo del año la suma se acercará a los USD 1.300 millones. Esos números implican que el sector aportará al fisco unos USD 100 millones en retenciones a la exportación.

Son cifras respetables, aunque más bajas que en los últimos años: en 2018 el sector llegó a exportar por USD 2.155 millones, gracias al boom de las ventas de langostino, que ese año sumaron nada menos que USD 1.304 millones, según datos del Indec que suministró a Infobae Fabián Pettigrew, economista de la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (Capeca).

Este año, en cambio, la zafra langostinera se demoró por el conflicto de los “congeladores” con el Sindicato de Obreros Marítimos del Estado (SOMU), que se negó a adecuar los jornales, dolarizados, a la nueva realidad del mercado: menos ventas, un mercado mundial que al inicio de la zafra estaba casi cerrado, y precios deprimidos. Ante un panorama de pérdidas, la flota “congeladora”, unos cien buques-factoría que capturan, procesan y congelan pescado en alta mar, decidió no salir, lo que generó protestas del SOMU que llevaron a que se pudran, de entrada, entre 500 y 700 toneladas de pesca de “fresqueros”, hasta que se llegó a un acuerdo y los congeladores también se echaron a alta mar.

Hasta septiembre las exportaciones de langostino (entero, cuyo principal mercado es España, y colas, mayormente con destino a China) sumaban USD 531 millones, una caída de 26% respecto de los 716 millones de igual período del año anterior.

Al rescate salió el calamar, que aportó exportaciones por USD 380 millones, contra 207 millones de enero-septiembre 2019, un aumento de casi 84 por ciento.

“Fue un muy buen año en captura, sobre todo en la zona norte”, dijo Juan Redini, presidente de la Cámara de Armadores Pesqueros Argentinos (CAPA, el sector de los llamados “poteros”) y de Pesquera Buenavista, gracias a que la zafra del calamar se inició temprano, el 10 de enero, como empezó a hacerse en los últimos años en previsión de la “salida” de la especie, que a veces termina siendo aprovechada por los buques que pescan en la “Milla 201”, cerca del límite de la Zona Económica Exclusiva y a veces incursionan ilegalmente en ella.

“En la zona sur, donde está el mayor stock, pescamos 50% menos de lo habitual, pero en la zona norte tuvimos la mejor pesca en 7 años; se hicieron 3 mareas y se pescaron 70.000 toneladas más”, dice Redini. Y el COVID-19, que en otras especies encareció la operatoria, no afectó mucho a los poteros, pues los primeros casos aparecieron en julio, cuando terminaba la zafra del calamar.

“Nadie pensaba que íbamos a pescar tanto, y pescado grande”, explicó Redini. Fue una grata sorpresa, pues se pescó casi a ciegas; por cuestiones presupuestarias, ha habido muy poca prospección del Inidep (Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero), salvo una en 2019. A su vez, como las ventas superaron los niveles de consumo, la expectativa para 2021 es incierta. Los clientes tienen stock guardado y habrá que esperar el próximo verano boreal, en particular en Europa, ya que el calamar, al igual que el langostino, se consume fundamentalmente en Hoteles y Restaurantes, aseguran en el sector.

Como las ventas superaron los niveles de consumo, la expectativa para 2021 es incierta

En merluza común (en sus diferentes presentaciones), única especie en la que el consumo local tiene alguna incidencia, las exportaciones cayeron a USD 165 millones, contra 215 millones de enero-septiembre 2019. "Hubo buena captura, el recurso está, pero tenemos problemas de precios: el de exportación se desplomó con la pandemia, Brasil compró menos y el precio de exportación cayó de USD 2.800 a 2.400 la tonelada, y el precio “en muelle” para el mercado local cayó por debajo de $ 40 el kilo, explicó Redini.

“Es una lástima, porque la merluza genera mucho trabajo en tierra”, señaló por su parte Daniel Coluccio, gerente de Armadores Langostineros Federales Argentinos" (ALFA). Además, acotó, el precio internacional, de USD 2.400 la tonelada, deja fuera de competencia la flota de “fresqueros”, que traen su captura para procesamiento en plantas terrestres.

Un buque con capacidad para
Un buque con capacidad para pescar merluza negra: puede capturar la especie hasta 1.300 metros de profundidad

Oro de los mares

De la especie más preciada, la merluza negra, hasta septiembre se llevaban vendidas al exterior poco más de USD 30 millones. Esta verdadera exquisitez llegó a cotizar USD 30.000 la tonelada y ahora ronda los USD 15.000, dijo a Infobae Claudio Guida, de Pesantar, pesquera del grupo Newsan, que incursionó en el sector a partir de 2012, para “compensar” las importaciones de sus plantas de electrónica en Tierra del Fuego, pero de comercializador pasó a armador y ya cuenta con 9 buques, incluidos 5 congeladores, uno de los cuales puede pescar esta especie que sólo se captura a más de 800 metros de profundidad.

“En merluza negra todavía hay stock sin vender; las estadísticas no reflejan la magnitud del impacto (de COVID-19 sobre el mercado)”, dijo Guida. El principal canal de consumo son hoteles y restaurantes de alta gama y EEUU compra cerca de dos tercios del total. Dados los precios, explica, “con unas pocas toneladas menos, ya se siente el impacto”.

En merluza negra todavía hay stock sin vender; las estadísticas no reflejan la magnitud del impacto (de COVID-19 sobre el mercado)

“Fue un año difícil, hubo que adecuarse a la situación, con sobrecostos enormes por los protocolos, se trata de sobrevivir y esperar que el efecto del coronavirus se supere”, resumió Guida, quien ve con preocupación los rebrotes en Europa. La clave para 2021, concluye, es cómo será el panorama COVID-19 en el verano del Hemisferio Norte.

Los invasores

Diego Luchetti, presidente de la Cámara Argentina de Armadores de Buques Pesqueros de Altura, que integra la Alianza Latinoamericana para la Pesca Sustentable y Seguridad Alimentaria (Alpesca), recordó una reciente alerta de esa organización regional por la “presencia de unos 300 barcos asiáticos, principalmente chinos al filo de las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE) de la Argentina, Ecuador, Perú y Chile”.

Concentraciones de buques extranjeros frente
Concentraciones de buques extranjeros frente a las costas de Ecuador, en cercanías de las Islas Galápagos, y frente a la costa peruana. Los mismos barcos podrían estar en los próximos meses frente a las costas argentinas (Imagen facilitada por la Cámara Argentina de Armadores de Buques Pesqueros de Altura)

Alpesca pidió “fortalecer un sistema de manejo regional” y rechazó “la reiterada amenaza que para nuestras pesquerías representan las flotas de países pesqueros de aguas distantes que, sin ningún control de parte de sus Estados de bandera, y abusando de la libertad de pesca en altamar, invaden nuestros caladeros”.

La entidad, dice el comunicado “solicitó a los gobiernos latinoamericanos y a las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROP), en especial a la OROP del Pacífico Sur (OROP-PS), que fortalezcan sus sistemas de manejo pesquero regional” y propuso medidas precautorias, como prohibir los trasbordos en altamar, implementar observadores humanos y/o electrónicos a bordo, fortalecer el control y vigilancia naval de las ZEE por parte de los respectivos Estados". Alpesca fue creada en 2018, reúne entidades pesqueras de la Argentina, Brasil, Chile, Perú, Ecuador, Costa Rica, El Salvador, México y otros países preocupados por la “sustentabilidad” de sus pesquerías.

“Nosotros trabajamos en pesca fresquera de altura, y en Alpesca salió muy fuerte el tema de la pesca ilegal, que hoy acecha a toda Sudamérica”, dijo Luchetti a Infobae. Actualmente, el grueso de esa flota está frente a las costas de Ecuador y Perú, el temor es que enfilen hacia el sur y por el Estrecho de Magallanes (de cuyo cruce por el navegante portugués se cumplieron estos días 500 años), enfilen hacia la Argentina.

“En el Pacífico están las OROP (Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera); fuera de la Zona Económica Exclusiva ellos tienen cierta administración pesquera, nosotros no tenemos nada; es complicado de resolver, por la cercanía de Malvinas (que emite sus propios permisos de pesca); la flota asiática se aprovecha y en zonas adyacentes a la ZEE abusa de la libertad de Alta Mar”, explicó Luchetti, quien tema que en enero la flota que hoy pulula frente a Perú y Ecuador esté frente a la Argentina.

Por ahora, contó a Infobae Daniel Coluccio, el panorama frente a las costas argentinas es despejado: unos pocos barcos chinos y coreanos, más algunos españoles con permiso de Malvinas, frente al Golfo San Jorge. “El 99% de la flota extranjera está aún al oeste de Perú”, dijo Coluccio, que sigue sus movimientos a través del Observatorio Marítimo y Naval de ALFA y no detectó aún indicios de que hayan enfilado hacia el sur. “De 400 barcos extranjeros que pescan en temporada, ahora acá tenemos un 8%”, dijo, y aportó evidencia al respecto.

La presencia de buques extranjeros
La presencia de buques extranjeros en la "Milla 201" del Mar Argentino es por ahora escasa, como muestra la imagen, del Observatorio Naval y Martítimo de ALFA

Será, claro, uno de los factores a seguir el próximo año, al igual que la aparición o no de la vacuna contra COVID-19 y las perspectivas del verano boreal. “Es algo injusto hablar sólo de barcos chinos, hay también coreanos, taiwaneses, españoles, portugueses”, dijo un ejecutivo pesquero. “Hay que tener cuidado: para los poteros -señaló, en referencia a las empresas que pescan calamar- es complicado denunciarlos, porque son sus principales clientes”.

De hecho, según las estadísticas del Indec, en los primeros 9 meses del año, el 50,1% de las exportaciones de calamar fueron a China, 12,6% a Corea del Sur y 10% a España. Esto es, casi tres cuartos de las ventas de la especie que “salvó la ropa” del sector pesquero fueron a países cuyas banderas flamean en la “Milla 201”; esos barcos que suelen atrevérsele ilegalmente al “Mar Argentino”.

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