La tensión cambiaria se plasmó con toda su fuerza en la dinámica de los tipos de cambio que se negocian por fuera de los controles oficiales. El dólar libre escaló en la última semana 17 pesos o 9,6%, para finalizar este viernes en $195 para la venta.
La brecha cambiaria con el oficial mayorista, que mantuvo el gradual sesgo alcista con la tutela del Banco Central, alcanzó el 149,6 por ciento. La divisa interbancaria finalizó negociada a $78,13, con un aumento semanal de 61 centavos (+0,8%), para superar el ajuste de las dos semanas anteriores, pero muy lejos del ritmo de alza que impone el libre.
Esta diferencia de precios, la mayor desde la hiperinflación de 1989, es sumamente nociva para las expectativas del mercado, pues lleva presumir una eventual devaluación en el corto plazo, también afecta a la toma de decisiones de los agentes económicos, en un delicado momento por la profunda recesión y la continuidad de las medidas de aislamiento en el pico del coronavirus en el país.
También en alza, pero atenuada el viernes por llamados informales desde la Comisión Nacional de Valores (CNV) a algunos agentes de Liquidación y Compensación, finalizaron las paridades bursátiles de contado con liquidación MEP, a $172 y $156, respectivamente.
El dólar libre aceleró su escalada en las últimas cinco semanas, tras la aplicación de un impuesto de 35% a cuenta de Ganancias para la venta de divisas para atesoramiento. Desde el 15 de septiembre acumuló un alza de 64 pesos o 48,5%, mientras que en poco menos de diez meses transcurridos de 2020 escaló 159 por ciento.
El efecto del sacudón de precios de los dólares paralelos se sintió en la operatoria de bonos y acciones. En los últimos días se acentuaron los temores sobre el futuro económico y esa percepción replicó en una baja en los bonos en el exterior y una suba del riesgo país argentino por encima d los 1.400 puntos básicos.
Los seis bonos en dólares con ley extranjera emitidos con el canje de deuda de septiembre promediaron una caída semanal de 2% en Wall Street. En el mismo sentido, el riesgo país de JP Morgan, que mide el diferencial de tasa de los bonos del Tesoro de los EEUU con sus similares emergentes, aumentó desde el viernes 16 unas 28 unidades para la Argentina, a 1.425 puntos básicos.
Esta muy elevada sobretasa que exigen los inversores para aceptar los flamantes títulos argentinos en el mercado secundario, que implica rendimientos del 16% anual en dólares, es 29% superior a los 1.101 enteros del 10 de septiembre pasado, cuando los nuevos títulos ingresaron al menú del riesgo país.
También la suba de los tipos de cambio alternativos al cepo influyó en los negocios con acciones, aunque en este caso con firme impulso positivo. Ante las expectativas de devaluación del peso, creció el interés en la renta variable como cobertura en activos, lo que contribuyó a que el S&P Merval de ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos) hilvanara este viernes una serie de 16 sesiones consecutivas de ganancias, para acumular un beneficio promedio del 27,3% en pesos en lo que va de octubre y recuperar el umbral de los 52.000 puntos.
Medido en dólares, el S&P Merval recuperó un 4,5% en la semana, otra vez sobre los 300 puntos, un alza que se corroboró con la mejora que promediaron los ADR de compañías argentinas que se negocian en moneda dura en Wall Street.
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