El pasado martes y mediante una reunión por zoom, se realizó la presentación del libro “La primera revuelta fiscal de la historia”, donde María Elisa Peirano y Sergio Berensztein analizaron cómo el conflicto por la Resolución 125, en marzo de 2008, se transformó en un punto de inflexión que derivó en la famosa grieta, que hoy todavía continúa. El mencionado hecho fue un enfrentamiento inédito entre el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el sector agropecuario, que duró 129 días e irrumpió en el espacio público, como es habitual en la política local, con cortes de rutas y manifestaciones.
Más allá de los aspectos técnicos de la resolución, dada su naturaleza, profundidad y repercusión, “este episodio puede considerarse la primera revuelta fiscal de la historia argentina: nunca antes una cuestión tributaria había disparado semejante reacción ni escalado hasta convertirse en una crisis de extraordinarias proporciones”, comentaron Peirano y Berensztein.
Los autores expresaron que el impacto del conflicto en la política “fue enorme”. Por un lado, precipitó un proceso de radicalización sin precedentes por parte del kirchnerismo, que se redefinió como fuerza política y adoptó un formato, un discurso y una visión de sí mismo totalmente diferentes a los que tenía antes de los hechos. Por otro lado, se transformaron las organizaciones gremiales que representaron históricamente a la cadena agroindustrial y que nunca habían protagonizado algo parecido.
Más aún, “el campo” como actor económico, político y social y la “ruralidad” como forma de vida pasaron a ocupar un lugar radicalmente nuevo. Una gran batalla que revolucionó al conjunto de la política nacional. Pese a esto último, el libro plantea una problemática que aqueja al campo y que hasta el momento no logró una solución: un sector como el agropecuario, con mayor relevancia económica de la Argentina, tuvo y sigue teniendo una casi insignificante representación política, y un poder de lobby acotado.
Pero además, los autores promueven elaborar propuestas específicas para el sector agroindustrial y otras más generales que aspiran a contribuir a la elaboración de un plan estratégico consensuado para promover un crecimiento equitativo y sustentable de la Argentina, que sea capaz de procesar las tensiones inherentes a la puja distributiva.
“El libro se puede leer como una crónica apasionante, como un ensayo o un libro de consulta para no repetir los errores del pasado que nos impiden a los argentinos construir un futuro. Todo apunta a desentrañar buena parte de las tensiones y los procesos que se estaban gestando antes del conflicto, que se profundizaron con su estallido y que explican parcialmente el desarrollo político posterior de la Argentina", comentaron Peirano y Berensztein.
Capítulo por capítulo
El capítulo 1 ofrece un racconto cronológico. El análisis gana en precisión e interés luego de recordar los principales hechos y los personajes involucrados, así como el contexto específico que vivía el mercado agropecuario, particularmente el cultivo y la comercialización de la soja. Asimismo, se explica cómo el conflicto fue convirtiéndose de una cuestión estrictamente material (la discusión por el impuesto propiamente dicha) a una simbólica (el comienzo de la grieta).
El capítulo 2 tiene por objetivo explicar el concepto de “revuelta fiscal”. Considerando que se trata de la primera vez que un evento de estas características ocurre en el país y teniendo en cuenta la experiencia histórica comparada, se especula respecto de qué consecuencias tiene esta clase de experiencias en tres dimensiones: la política, la económica y la cultural.
Por otra parte, se incluye un breve repaso de las rebeliones fiscales más significativas o famosas de la historia, remarcando los factores que las precipita- ron, analizando aquello que las originó y resumiendo sus efectos más significativos y duraderos. La relación histórica entre los distintos gobiernos argentinos y el campo distó de ser armónica.
En el capítulo 3, se estudian algunos episodios de conflictos trascendentes que fueron protagonizados por el sector: desde el Grito de Alcorta hasta la silbatina a Alfonsín en la apertura de la Exposición Rural de 1988. No se trata de una recopilación exhaustiva, que excedería el objetivo de este libro, sino de una identificación delos elementos más significativos desde el punto de vista político, en particular en torno a las formas de organización y los mecanismos de coordinación del sector, con sus fortalezas y debilidades.
El capítulo 4 es esencial para entender el motivo central del conflicto desde la perspectiva del gobierno kirchnerista, que pretendió reconfigurar el modelo estado céntrico que imperó en Argentina durante buena parte del siglo XX. Esto requería una expansión del sector público y, como consecuencia de los subsidios masivos al consumo de energía, una ampliación de la carga tributaria y sobre todo la captura de una porción creciente de divisas para importar hidrocarburos (donde, además, se registraron enormes escándalos de corrupción).
El capítulo 5 focaliza en la dinámica de ruptura entre los dos primeros gobiernos del Frente para la Victoria y el sector agroindustrial sobre la base no solo de la presión fiscal, sino también de la creciente e irreparable desconfianza mutua que se fue acumulando entre 2003 y 2008. Tuvo especial importancia el desapego y el desconocimiento de Néstor Kirchner en relación con el campo, su contribución al empleo y la interrelación con diferentes sectores industriales, es decir, los múltiples eslabonamientos que genera la actividad.
El capítulo 6 analiza a fondo el conflicto desde una perspectiva diferente: las principales vivencias, experiencias y situaciones novedosas que ocurrieron a lo largo de los 129 días. Algunas anécdotas permiten comprender el proceso de aprendizaje por el que atravesaron los protagonistas, gracias a los cuales terminaron perfeccionando sus prácticas participativas, estrategias discursivas y formas de coordinación. El sector agroindustrial se sintió empoderado durante el conflicto, pero, sobre todo, como resultado de él. Este capítulo apunta a resaltar algunos de los elementos más importantes de este proceso.
El capítulo 7 evalúa las consecuencias. Se presenta una mirada objetiva sobre el impacto en la política y en la sociedad en el corto, mediano y largo plazo de aquel voto “no positivo” con el que Julio Cobos, entonces presidente de la Cámara de Senadores, desempató la votación sobre la 125 a favor del campo. Argentina no volvió a ser la misma luego del enfrentamiento. La conformación de Cambiemos, es en buena medida, resultado de lo ocurrido siete años antes a la vera de las principales rutas del país.
Por último, el capítulo 8 ofrece las conclusiones más destacables de esta investigación. También sugiere un conjunto de propuestas y oportunidades de acción para capitalizar las lecciones aprendidas y mejorar la capacidad del campo de influir en la agenda pública.
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