El Estimador Mensual de la Actividad Económica de Argentina (EMAE) se contrajo un 11,6% interanual promedio en agosto, afectado por la recesión que soporta el país, en un camino agravado por la pandemia de coronavirus.
En la medición de la serie desestacionalizada, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) registró en agosto un incremento de actividad 1,1% con relación a julio y continuó recuperando parte de la retracción acumulada en el período marzo-abril.
Con excepción de Intermediación financiera (+4,1%), el resto de los sectores registró caídas en agosto con respecto al mismo mes de 2019. Los sectores Hoteles y restaurantes (-56%) y Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales (-53,7%) fueron los de mayor caída interanual.
“Se confirma la suba de los meses previos con respecto al piso observado en abril pasado. El efecto del largo confinamiento establecido ante la pandemia, para muchas actividades, desde fines de marzo, acumula varios meses, y más allá de las mediciones de agosto, la recuperación a esperar para septiembre y octubre no parece ser intensa”, comentó Nadin Argañaraz, economista del IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal).
Los datos de actividad económica del INDEC confirman que el piso de la recesión por la cuarentena se produjo en abril de este año
“Así, en materia de expectativas, considerando tres escenarios, uno optimista, otro moderado y otro pesimista, sólo el escenario optimista, en nuestras estimaciones, permite recuperar en septiembre de 2021 el nivel productivo registrado en febrero de 2020, antes de la pandemia-cuarentena. Los otros dos escenarios no permiten una recuperación el año próximo, evidenciando los desafíos de la economía en materia productiva, y dada la crisis de expectativas, reflejada en el mercado cambiario”, agregó Argañaraz.
La variación de agosto “responde al mal desempeño de los sectores de construcción, comercio, industria y minería. Lamentablemente, las perspectivas en el corto y mediano plazo no son favorables”, sostuvo a Reuters Natalia Motyl, analista de Libertad y Progreso.
Motyl acotó que “se espera una caída cercana al 12% este año y un promedio de cinco años para volver a los niveles prepandemia. Es decir, la Argentina es uno de los países más vulnerables de la región latinoamericana”.
A la crisis económica de escasez de oferta y demanda, hay que agregarle una crisis financiera, por los que los analistas revisan las proyecciones a la baja.
“Las restricciones globales a la circulación de las personas con el objetivo de mitigar la pandemia de la COVID-19 afectan a un conjunto significativo de actividades económicas en todos los países”, precisó el organismo estadístico.
“La persistencia de este fenómeno y las habilitaciones que permiten retomar la actividad en algunos sectores, en mayor o menor grado, comienzan a reconocerse en el comportamiento de las series e incorporarse en el proceso de desestacionalización”, refirió el INDEC.
“En agosto la actividad habría estado prácticamente al mismo nivel de julio en términos desestacionalizados”, sostuvo Andrés Borenstein, director asociado de la consultora Econviews.
El INDEC registró en abril una fuerte contracción del 26%, la mayor caída al menos desde 1993. El EMAE, que es un adelanto de lo que luego refleja el Producto Interno Bruto (PIB), viene de derrumbarse un 13,2% interanual en julio, contra una contracción del 3,7% en agosto del año pasado.
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