A pocos días de realizada la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) para avanzar en la discusión de lo que será un nuevo programa financiero con el organismo, el director del Departamento Occidental, Alejandro Werner, enfatizó que el nuevo programa “claramente tiene que encontrar el balance apropiado entre seguir apoyando a las familias más afectadas por la pandemia y la recuperación económica de los próximos meses, pero al mismo tiempo tiene que establecer muy claramente las bases para volver a lograr la estabilidad macro de la economía”.
“Se han tomado algunas medidas para intentar controlar lo cambiario y el Gobierno está en el proceso de formulación de un plan integral que pueda ser apoyado por un programa financiero del FMI, y ese es el proceso en el que estamos”, aseguró Werner, durante una conferencia de prensa en la que se refirió a la situación de América Latina, en el marco de las últimas proyecciones económicas del World Economic Forum (WEO) dadas a conocer la semana pasada.
Werner admitió que la Argentina se vio afectada de forma severa por el COVID-19, pero con muchas menos herramientas económicas que otros países para atender esta situación. “El diseño de medidas de políticas para minimizar sus impactos fue un reto importante, y ahora el Gobierno está en el proceso de anunciar medidas adicionales que formen un programa de mediano plazo congruente, consistente y que alcance este equilibrio entre continuar apoyando la recuperación, pero sentando las bases para la sustentabilidad macroeconómica”, afirmó.
La próxima misión del Fondo llegará durante la segunda semana de noviembre y comenzará a diseñar el instrumento mediante el cual el Gobierno buscará reprogramar vencimientos por USD 45.000 millones. Consultado acerca del fracaso del programa anterior, consensuado con la gestión de Mauricio Macri, el director del Departamento para el Hemisferio Occidental sostuvo que “cuando se avanza con estos programas, se hace con el convencimiento de que tienen un grado probabilidad de éxito elevado”.
“El fracaso del plan pasado no tiene por qué ser determinante de los resultados futuros de los programas de política pública”, afirmó Werner, al tiempo que agregó que “será muy importante generar un amplio consenso en la sociedad en torno al programa” y a las medidas que se tomarán para alcanzar los objetivos buscados, para que este programa no sea sólido técnicamente, sino que tenga un apoyo amplio en su implementación, dijo.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, anticipó en las últimas horas que el programa con el organismo incluiría un sendero y metas plurianuales en materia fiscal y de acumulación de reservas. Y también dijo que, una vez definido, sería enviado al Congreso para su convalidación, ya que el objetivo es que esté legitimado.
Sobre la brecha cambiaria y la evolución de los precios, el funcionario del FMI aseguró que siguen ambos temas con suma atención, así como también las finanzas públicas y los indicadores sociales, como los actuales niveles de pobreza. Según dijo, son todos parte de las amplias conversaciones que mantienen con el Gobierno. “Al final, le tocará a las autoridades argentinas reunir todas las diferentes piezas de su programa para encontrar el equilibrio. Para nosotros, una vez evaluado ese programa, existe una gran probabilidad
de que tenga éxito”, sostuvo Werner.
La rueda de prensa tuvo como propósito, antes de responder preguntas específicas sobre los países, presentar un informe sobre las Perspectivas Económicas para América Latina y el Caribe. En el caso de la Argentina, la proyección para el 2020 es de una caída del 11,8% de la actividad económica, y para 2021 el organismo prevé una recuperación del 4,9%.
Para la región, el funcionario reiteró que para el año próximo se espera un crecimiento de 3,6%, que la recuperación será lenta y que los indicadores sociales van a sufrir de manera importante en esta pandemia. “En la mayoría de los países, el PBI no retornará a los niveles pre pandemia hasta 2023, y el ingreso real per cápita tardará más todavía”, precisó Werner.
En este contexto, sostuvo que “debe evitarse el pronto retiro de los apoyos fiscales, tomando en cuenta las restricciones de las finanzas públicas y la disponibilidad de financiamiento”, y que en la medida en que la pandemia se empiece a controlar, “también habrá que tomar medidas que ayuden a sostener la demanda agregada y el financiamiento de la infraestructura, al mismo tiempo que fortalecer las redes de protección social”.
Además, dijo que las economías de la región van a emerger con niveles más altos de deuda y con rating crediticios más débiles, por lo que deberán procurar tener un entorno fiscal consistente con la sustentabilidad de esos pasivos.
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