El economista Ricaro Arriazu expuso hoy en la Fundación Mediterránea frente a una asistencia virtual más de 300 personas, ante quienes advirtió los riesgos de una aceleración inflacionaria y señaló que el país sufre una crisis de confianza que neutraliza cualquier decisión económica.
Luego de hacer un recorrido respecto de cómo el mundo enfrentó la pandemia y que generó “algo sin precedentes” ya que el distanciamiento y el aislamiento “destruye la base de la economía moderna” por lo que se calcular que el efecto será de una caída de 30% del Producto Bruto.
Pero luego de explicar cómo hicieron Europa y los Estados Unidos, Arriazu se concentró en la Argentina y señaló que hay que pensarlo “mirando objetivos de cortísimo plazo, que son idénticos a los de otros paísea y son impedir el colapso social y la quiebra de las empresas” pero que el problema que tiene el país es que para hacerlo “no tenemos moneda, no hay reservas, falta credibilidad y no hay acceso al crédito, por lo que la única manera es la emisión. Ahora, lo que está sucediendo es que estamos emitiendo algo que la gente no quiere tener por falta de confianza, y ahí aparece la brecha y afecta a los precios de manera marginal”.
Arriazu hizo referencia a que en marzo pasado había dicho que la Argentina “no tenía riesgo de hiperinflación porque están asociadas a la suba del dolar oficial y esto sucede cuando no quedan reservas. La Argentina piensa en dólares, por lo que no es necesariamente que se llega a una hiper por la emisión de pesos”. Sin embargo, hoy parece haber cambiado el pronóstico y dijo que “ahora que perdimos reservas, estamos jugando en cancha barrosa y el riesgo de una hiperinflación está más presente”.
Dentro de este esquema en donde aparece la brecha cambiaria, Arriazu dijo que esto “genera un incentivo para sacarle dólares del Banco Central. Esto no es por los 200 dólares, sino porque los exportadores demoran las ventas, las liquidaciones o subfacturan, o porque los importadores anticipan operaciones, adelantan pagos o sobrefacturan. Lo que acá pasó es que se frenó la liquidación”.
A partir de esto, Arriazu apeló a una palabra que repitió infinidad de veces en su exposición que fue “confianza”. “La economía rebotó cuando se flexibilizó el distanciamento, el gobierno quiere acelerar ese rebote con un aumento del gasto público pero eso implica más déficit, pero tampoco lo asegura porque el gasto privado solo va a aumentar cuando la gente tenga confianza. La renegociación con el deuda es una condición necesaria, pero no lo es todo. Se acordó como se esperaba pero tres meses tarde y sin especificar un programa, eso fue un error. No se generó confianza. Debe ser complementado con un acuerdo con el FMI, pero eso solo no alcanza", sentenció el economista.
En este punto, y con respecto al FMI, el especialista señaló que todas las partes quieren un acuerdo pero que eso no sucederá “hasta que no pasen la elecciones en los Estados Unidos y hasta que el FMI no vea que hay un acuerdo político en la Argentina”.
Respecto el 2021, Arriazu dijo que espera una recuperación mundial en donde la Argentina “enfrente un menor pago de intereses por el arreglo de deuda y un incremento del comercio. Pero, en contra, que suban las importaciones y que se recupere un poco el turismo. Por factores externos esperamos una mejora en la cuenta corriente. La cuenta capital va a depender de la confianza, si la gente quiere pesos o dólares”.
En ese contexto, el economista hizo un ejercicio en donde planteo dos escenario para el 2021. El primero es sin un ajuste fiscal mayor al de los planes de la pandemia "y en donde hay emisión para financiar al fisco, más controles y más brecha cambiaria, se acentúa el déficit de divisas y hay un salto del tipo de cambio oficial y todo esto con una dinámica política incierta.
El segundo escenario tiene ajuste fiscal y hay confianza en donde aumenta la demanda en pesos, baja la emisión y las presiones sobre el mercado cambiario, sube la actividad económica, negociación con el FMI pero sin desembolso y riesgo inicial de salto del tipo de cambio.
“A mi me gustaría que sea el segundo, pero lo más probable es que tengamos el primero. La Argentina tiene una oportunidad pero tiene que recuperar la confianza” sentenció.
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