La Argentina quedó en el anteúltimo lugar en un ranking global de jubilaciones, que compara los sistemas previsionales de 39 países. En la última edición del Índice Mundial de Pensiones elaborado por la consultora global Mercer y el CFA Institute, el país solo se ubicó por encima de Tailandia, que obtuvo el valor más bajo.
Este índice compara todos los años los sistemas de ingresos de jubilación en todo el mundo y es un promedio entre más de 50 variables. El índice de adecuación mide los beneficios, ahorro y soporte fiscal de cada sistema; el índice de sostenibilidad, en tanto, calcula la cobertura, el total de activos contribuciones, deuda gubernamental y crecimiento económico; la integridad, por último, estima las regulaciones y costos operativos, entre otras variables.
El índice de adecuación mide los beneficios, ahorro y soporte fiscal de cada sistema
Este año, además, se introdujeron una serie de preguntas nuevas relacionadas con el gasto público en materia de pensiones y el apoyo a los responsables del cuidado.
Holanda obtuvo el valor más alto del índice (82,6) y mantuvo su posición número uno en el ranking general, a pesar de las importantes reformas que se están llevando a cabo en materia previsional en ese país. Tailandia obtuvo el valor más bajo del índice (40,8) mientras que la Argentina quedó en la anteúltima posición (42,5).
El informe brindó varias sugerencias para la mejora del sistema argentino, entre ellas: aumentar la pensión para los segmentos más pobres y una mayor cobertura para empleados con planes de pensiones profesionales. También recomendaron introducir un nivel mínimo de contribuciones obligatorias en un fondo de ahorro para la jubilación y mejorar la normativa para un sistema de pensión privado.
Por su parte, Chile ocupó la posición 13 (67); Colombia la posición 21 (58,5 ); Perú ocupa el puesto 24 (57,2); México el puesto 35 (44,7), Brasil el puesto 26 (54,5).
El impacto económico generalizado del COVID-19 aumenta las presiones financieras que enfrentan los jubilados, tanto en la actualidad como en el futuro
“El impacto económico generalizado del COVID-19 aumenta las presiones financieras que enfrentan los jubilados, tanto en la actualidad como en el futuro. Junto con el incremento de la esperanza de vida y la creciente presión sobre los recursos públicos necesarios para garantizar la salud y el bienestar de una población cada vez más longeva”, señaló el informe de Mercer y el CFA Institute.
“La recesión económica ocasionada por la crisis sanitaria mundial ha provocado una reducción de las contribuciones al sistema de pensiones, un menor rendimiento de las inversiones y el aumento de la deuda pública en la mayoría de los países. Inevitablemente, esto afectará las futuras pensiones; lo quiere decir que algunas personas tendrán que trabajar durante más tiempo, mientras que otras deberán conformarse con un nivel de vida menor durante su jubilación”, señaló el David Knox, socio senior de Mercer y principal autor del estudio.
El nivel de deuda pública ha aumentado en muchos países por el impacto de la pandemia de coronavirus. Según la consultora, es probable que este incremento limite la capacidad de los gobiernos para sostener a sus poblaciones de adultos mayores, ya sea mediante pensiones o mediante la prestación de otros servicios como salud o atención.
“Asimismo, algunos gobiernos han permitido el acceso temporal a pensiones ahorradas o han reducido el nivel de las tasas de contribución obligatoria para mejorar las posiciones de liquidez de las familias. Es probable que estos cambios tengan un impacto significativo en la adecuación, sostenibilidad e integridad de los sistemas de pensiones en los próximos años”, añadió Deep Kapur, director del Centro Monash para estudios financieros (MCFS).
Por ejemplo, Australia permitió que las personas cuyos ingresos habían disminuido en más de un 20% tuvieran acceso a un máximo de aproximadamente USD 13.000 de los activos de sus fondos de pensiones, mientras que Chile permitió que los contribuyentes activos retiraran voluntariamente el 10% de sus fondos de pensiones individuales hasta un máximo de USD 5.600.
“Resulta interesante mencionar que los dos principales sistemas de ingresos de jubilación en el Índice Mundial de Pensiones, Holanda y Dinamarca, no han permitido el acceso anticipado a los activos de pensiones, a pesar de que los activos de cada sistema de pensiones representan más del 150% del PBI del país”, afirmó Knox.
La pandemia también aumentó la desigualdad de género en el otorgamiento de pensiones. Se espera que esa brecha se amplíe aún más en numerosos sistemas de pensiones, principalmente en los sectores más afectados donde las mujeres representan más de la mitad de la fuerza laboral, como servicios de hotelería y gastronomía.
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