El año pasado una vacación de 3 o 4 semanas en España, para una pareja, salía unos USD 7.000. Hoy, por poco más de ese valor, la misma pareja se puede hacer una pileta de 8 metros por 4 y sumarle al valor de su vivienda el triple de lo que le costó la incorporación a la casa.
Lo que paga es, además, cerca de la mitad de lo que esa pileta costaba hasta hace poco más de un año equivalente en dólares, cuando la cotización de la divisa inició el vuelo que retomó y acentuó desde hace ya varias semanas, contó a Infobae el arquitecto Jorge Balboa, del Estudio Balboa y Asociados, que trabaja principalmente en la zona oeste del Gran Buenos Aires: Morón, Castelar, la zona de Parque Leloir en Ituzaingó.
Por eso desde fines de agosto y principios de septiembre, con la pandemia de coronavirus ya asentada como un fenómeno con el que habrá que convivir largo tiempo y las vacaciones fuera o dentro de la Argentina como un proyecto plagado de incertidumbres, la demanda de construcción de piscinas, así como la compra de piletas de fibra, se disparó en el Gran Buenos Aires y otras urbes del país.
La demanda es tanta, dijo un “piletero” de la zona norte del Gran Buenos Aires que prefirió no dar su nombre (muchos veteranos operan en un régimen de altísima informalidad) que ya no puede tomar pedidos sino hasta enero o febrero. Para alguien que quiera tener y disfrutar su propia pileta de material este verano, se trata de una fecha demasiado lejos.
Balboa se dedicó durante años a hacer casas y “bonificar” una pileta de 8 x 4 como un extra, un punto de venta. Ahora, con las vacaciones en la costa en duda, las piletas de los clubes cerradas y las quintas más demandadas que nunca, hasta el punto que los precios de alquiler se duplicaron, las piletas se volvieron una actividad de construcción en sí misma.
Gente que dejó de ir al teatro, al restaurante, a la cancha, ahora destina su capacidad de ahorro en la casa
La demanda se refleja en los corralones de material
"Desde fines de agosto/septiembre arrancó la obra familiar: gente que se va a quedar todo el verano en su casa y quiere tener pileta, quincho, parrilla y tenía o pudo juntar unos dólares. Eso ayudó a recuperar el minoreo: lo vemos en todo: membranas, hierro, madera, techos. “Gente que dejó de ir al teatro, al restaurante, a la cancha, ahora mete el ahorro en la casa”, explica Pablo Gaitán, de una de las familias dueñas de Corralón Ciudadela, a cuatro cuadras de la General Paz.
El modelo “clásico” de piscina que ofrece a sus clientes, cuenta Balboa a Infobae, es una de 8 x 4 de hormigón, grande como para jugar el vóley, con travertilit (unos baldosones atérmicos y antideslizantes), escalera de hormigón, descarga a tierra y una serie de accesorios eléctricos (bomba y equipo filtrante), pintada, históricamente costaba unos USD 15.000 y hoy se puede hacer por aproximadamente USD 7.500, básicamente porque hay mayor y más barata disposición de mano de obra. “Se cotiza en dólares y se cobra como se puede”, dice. “Pero podés hacer la pileta que quieras, todo tipo de formas, diseñada en función del entorno, con entrada para discapacitados”.
No sólo ocio
La referencia no es ociosa. Con las piletas cubiertas de clubes y gimnasios cerradas hasta nuevo aviso, muchas actividades para gente grande o, por caso, para personas con autismo u otras condiciones a las que el agua les resulta un medio conveniente, ahora no tienen dónde hacerse. “Mi hijo se maneja bien en el agua, pero todos los clubes están cerrados”, explicó su pedido un cliente de zona Norte.
La ubicación es importante en el costo, en la medida que el transporte para mover a diario al personal y acarreo de materiales depende de la distancia. Los pileteros suelen trabajar “por tanto” y pueden llegar a cotizar una pileta en USD 5.500, pero después facturan aparte el traslado, el alquiler de contenedores, la pintura.
Quien quiera construir una pileta debe tener en cuenta también que se trata de una actividad bastante invasiva. Si es, por caso, en un espacio abierto, como en un country, la retroexcavadora hace las cosas más rápido, pero puede dañar bastante el terreno. Si se trata de una casa con patio, los familiares deben saber que durante los primeros días los albañiles pasarán con carretilla por el interior de la casa.
En un country o espacio abierto la excavación con retroexcavadora es más rápida, pero puede dañar bastante el terreno. En una una casa con patio, los familiares deben saber que durante los primeros días los albañiles pasarán con carretilla por el living
Entre inicio y fin de obra y pileta terminada son entre tres y cuatro semanas, algo menos si el tiempo ayuda. Una lluvia en la etapa de excavación puede provocar desmoronamientos y demorar las cosas. Esa etapa choca ya con una escasez: la de contenedores. Hoy es difícil conseguir más de un contenedor por día, cuenta Balboa. Y para una pileta de 8 x 4, dimensiona, se necesitan sacar entre 12 y 14 contenedores de tierra. Sólo los primeros centímetros sirven para el patio o jardín. Y la solución de piletas sobresalientes no es muy atractiva, por una cuestión de perspectiva. Hay pileteros o empresas con camiones propios, pero sigue el desafío de subir la tierra al camión.
Eso sí, ahora la gente pide piletas de 1,5 metros de profundidad, en promedio, por una cuestión de costos y mantenimiento, no como antes, recuerda Balboa, que pedían de hasta dos metros de profundidad, para zambullirse de cabeza.
La mano de obra es hoy por hoy lo más abundante, pero como la construcción, básicamente familiar, se largó casi toda al mismo tiempo, hay faltante de materiales. Arena, cemento, cal y piedra hay, lo que escasea y es caro es el hierro (que cotiza a valor dólar), las bombas y filtros hay que pedirlas bastante anticipación, especialmente si son importadas, igual que algunos materiales como ceresita.
Hacer bien las cuentas
Por sobre el costo base influye el lugar. Si la pileta es en CABA, hay que contar con ART, mientras en provincia, contó el piletero, se puede hacer todo o la mitad en negro. La ART, dice, aumenta hasta 40% el costo de la mano de obra. En los countries, en tanto, hay que contar sí o sí con seguro.
Si el pedido es una pileta con agua “calentita” o preparada para calefaccionar, dependiendo del tamaño, son de USD 2.000 extra en adelante entre mano de obra y sistema de calefacción. Se trata ya de otro costo y para gente que se anima a pagar no sólo una cuenta importante de gas ya no sólo en invierno, sino todo el año, dice Balboa.
Para bolsillos más flacos siempre está la posibilidad de las piletas prefabricadas, de fibra. Ahí también hay alta demanda y períodos de espera y no hay que olvidar las cuestiones de espacio. Quien quiere instalarla en un patio, debe cerciorarse antes que podrá entrarla sin problemas. Porque si al final hay que entrarla por arriba del techo, la cuenta puede terminar siendo bastante onerosa.
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