La evolución del dólar libre y de las paridades para dolarizarse a través de operaciones en la Bolsa acaparó el centro de atención en la semana financiera. Estas cotizaciones tienen en principio escasa incidencia en la economía real, aunque son el termómetro de las expectativas del mercado respecto del nivel de un indicador calve, como es el del tipo de cambio.
En un período de estricto control cambiario, estas referencias cobran más relevancia, justamente porque declina la credibilidad sobre los precios controlados a través de las diversas intervenciones oficiales.
En la semana el dólar libre subió once pesos o 6,6%, a los 178 pesos. Así le sacó 100 pesos de distancia a la cotización oficial mayorista, en $77,52, y la brecha cambiaria se amplió a 130 por ciento.
“Las miradas siguen dirigidas actualmente a la dinámica cambiaria, al reconocer que ni el drenaje de reservas ni ‘brechas’ superiores al 100% resultan sustentables ya que generan distorsiones que acentúan el círculo vicioso. Así es que la estabilización financiera es urgente, no sólo por implicancias sino también porque otorgaría espacio a implementar un plan económico integral que vaya corrigiendo desequilibrios fiscales y monetarios”, resumió Gustavo Ber, economista del Estudio Ber.
Las paridades bursátiles del contado con liquidación y el dólar MEP también alcanzaron máximos, a 153 y 167 pesos, respectivamente, como reflejo de la intención de los agentes financieros de dolarizarse a través de los activos.
Las expectativas devaluatorias tienen fundamento. Con una emisión monetaria de más de 2 billones de pesos (unos USD 30.000 millones al tipo de cambio oficial) el último año, se empieza a sentir una presión sobre los precios de bienes y servicios. La inflación de septiembre, de 2,8%, fue la más alta desde que el Gobierno estableció medidas de asilamiento sanitario en marzo pasado.
El dólar libre sube 136% en lo que va de 2020, mientras que el dólar oficial acumula un alza de 29% desde que empezó el año
Para Lorenzo Sigaut Gravina, director de Ecolatina, “la inflación parece haberse mudado a la zona de 3% mensual. Sin embargo, existe el riesgo que la misma se acelere si las crecientes presiones cambiarias no se contienen. Pese a que el Ejecutivo no quiere una corrección del dólar oficial, para evitarla tiene que romper lo antes posible el círculo vicioso de caída de reservas y aumento de la brecha cambiaria y viceversa”.
“Las restricciones cambiarias y las últimas medidas tomadas por el Gobierno no logran detener el drenaje de reservas y aumentan las chances de un salto devaluatorio forzado que impactará en la inflación, ante la ausencia de un plan consistente de consolidación fiscal y de control de la emisión monetaria que mejore las expectativas”, indicó un informe de la Bolsa de Comercio de Córdoba.
Acciones y bonos: ganancias en pesos y caídas en dólares
Este divorcio entre las inversiones en pesos y en dólares, que es lo que refleja la tensión de los precios de los distintos segmentos del mercado de cambios, tuvo su versión bursátil.
El panel líder S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires hilvanó once ruedas de ganancias -en pesos-, en las que sumó un 19%, para recuperar el piso de los 49.000 puntos.
Pero esta ganancia en moneda doméstica se revierte a una caída de 2,7% en dólares en lo que va de octubre, ante el repunte alcista del contado con liqui.
En el exterior faltó el impulso alcista que pudiera contribuir a una recuperación de los papeles argentinos que se se negocian en dólares. El Dow Jones de Wall Street perdió más de 6% en la semana, mientras que el Nasdaq registró una ganancia apenas superior al 1 por ciento.
Entre los ADR más representativos, Grupo Galicia restó 4,2% e YPF, un 7,9%, a 3,56 dólares, aunque en promedio los títulos privados promediaron una moderada baja semanal de 0,3% en Wall Street.
Del lado de los títulos públicos, los bonos en dólares con ley extranjera promediaron una pérdida semanal de 4%, con paridades entre 39 y 45 dólares, y una tasa interna de retorno del orden del 15 por ciento.
En tanto, el riesgo país de JP Morgan subió 35 enteros para la Argentina y quedó al borde de los 1.400 puntos básicos. Desde la salida a cotización de los nuevos bonos del canje, el 10 de septiembre pasado, el referente trepó casi 300 puntos o 27 por ciento.
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