Los operadores estaban desacostumbrados al ritmo de demanda desmesurada de dólares en todas sus formas. En el “blue” o mercado libre, pagaban lo que pedían los escasos vendedores. Abrió a $ 171 vendedor, pero avanzó a $ 172 y tocó los $ 174, tres pesos más caro que la rueda anterior. “Hubo gente dispuesta a pagar lo que le pidieran”, relató un operador a quien un cliente le dijo “tengo 200.000 pesos ¿Cuántos dólares me das?”.
La misma situación vivió el dólar contado con liquidación que llegó a tocar un máximo de $ $ 170 y, como amenazaba con seguir subiendo, salió el Banco Central a vender bonos de la deuda para moderar su precio. De esta manera consiguió que cerrara en $ 168,60 que representa una suba de $ 4,53 (+3%) sobre la rueda anterior. El monto de negocios trepó a USD 71 millones, un volumen elevado para estas operaciones. Para muchos, la intervención fue vana porque ayudo a abaratar un dólar que se utiliza para fugar capitales y que volverá a subir al día siguiente. Para el Gobierno deshacerse de bonos de la deuda es como tomar deuda nueva, pero a una tasa de 16%. El dólar Bolsa o MEP, sin intervención oficial, aumentó $ 4,69 (+3,1%) a $ 154,97 con negocios por USD 28 millones.
Los operadores miraron hacia el presidente Alberto Fernández. Ellos se habían agarrado la cabeza el día anterior cuando el mandatario desmintió una devaluación y una apropiación de los dólares depositados en los bancos. Esta frase lejos de calmar a los ahorristas e inversores, los puso en alerta y se están pagando las consecuencias.
En el Gobierno están mirando hacia adentro para buscar los culpables de la crisis cambiaria. “Ante la falta de efectividad de las medidas se viene un cambio de nombres”, dijo off the record un hombre cercano a la toma de decisiones. “Nadie lo dice en voz alta pero los que conocen al Presidente y al estilo de Gobierno que impera en el kirchnerismo, es un desenlace previsible”, agregó.
En la plaza mayorista, el dólar oficial se mantuvo en $ 77,48 porque el Banco Central quiso enviar una señal de tranquilidad al mercado. Pero los exportadores siguieron sin liquidar exportaciones. Apenas vendieron lo mínimo indispensable, lo que obligó al Banco Central a colocar USD 50 millones para satisfacer la demanda de los importadores.
Todo esto sucedía mientras el Banco Central se dedicaba a emitir circulares para cambiar el humor del mercado. Por caso, subió la tasa de plazos fijos entre 1 y 2 puntos, de acuerdo al monto del depósito. Aumentó tres puntos la tasa de pases, que es referencia del mercado y la elevó a 30%. En menos de un mes la subió 11 puntos.
También, para favorecer a las pymes y evitar que el crédito vaya a manos de empresas que compren dólares con ese dinero, resucitó los créditos subsidiados y obligará a los bancos a prestar a tasas de 30% anual 7,5% de la capacidad prestable.
Para desalentar la demanda de dólares de las grandes empresas, autorizó a las que están endeudadas en dólares y sean exportadoras, a que dispongan de las divisas que generen para pagar los vencimientos de las deudas. En otras palabras, las eximió de liquidar los dólares en la plaza oficial.
El mercado operó enceguecido buscando dólares y nada más que dólares. El Gobierno no comprendió que el problema no es el “hoy” sino el “mañana”. Los ahorristas e inversores no ven el futuro porque no hay medidas que alienten a invertir ni que atraigan dólares. Solo ven que las reservas disminuyen a una velocidad indeseable.
Por eso no se comprende que quieran frenar la compra de divisas con medidas tibias como la leve baja de retenciones o la suba de tasas. Tampoco ayudó que borren en un solo movimiento a 75% de los compradores de dólar ahorro que ahora son los principales clientes del “blue” y pagan lo que sea por el billete norteamericano.
La ayuda del FMI también la ven lejana después de que el Gobierno se negase a firmar la última declaración del Grupo de Lima. Ese gesto aleja al principal accionista del Fondo, Estados Unidos.
Los depósitos en dólares siguen su caída y son parte de esta dolarización de los ahorristas e inversores. Saben que con dólares en su poder, vivir en la Argentina será cada día más barato. El viernes pasado se fueron de los bancos USD 98 millones y los depósitos están en 15.548 millones un nivel que es el más bajo desde el 24 de octubre de 2016. Cabe recordar que el Gobierno de Cristina Kirchner dejó USD 9.820 millones en los bancos y durante la gestión de Mauricio Macri crecieron hasta 32.500 millones, que cayeron tras las primarias, y entregó el Gobierno con poco más de USD 19.000 millones en los bancos. Desde aquel momento jamás se pudo llegar a los USD 20.000 millones y la aceleración de la caída se produjo hace exactamente un mes cuando se anunció el endurecimiento del cepo. El día anterior los depósitos estaban en USD 17.414 millones, lo que significa que la salida en 30 días fue de USD 1.866 millones. Las reservas sintieron el golpe porque un fuerte porcentaje de esas colocaciones forman los encajes del Banco Central. Ayer las reservas perdieron USD 70 millones y están en USD 40.778 millones, 4.412 millones menos que los USD 45.190 millones que dejó gestión anterior.
La fiebre por el dólar consumió los primeros diez meses del Gobierno. Esto es lo que genera más tensión. Tanto CFK como Mauricio Macri, tuvieron su decadencia cambiaria en la etapa final del mandato y pudieron acudir a cuanto maquillaje había a mano para sostener la situación. Por eso el mercado se vio invadido de rumores que iban desde un feriado cambiario hasta el desdoblamiento, la devaluación o cambios en el Gabinete.
Los bonos de la deuda estuvieron más equilibrados y el riesgo país se mantuvo casi sin cambios en 1.404 puntos básicos. aunque tuvieron leves caídas. Pero los bonos en pesos, en particular los que están atados a la evolución del dólar oficial (dollar linked) tuvieron bajas de hasta 13,24% como fue el caso del AA37D.
La Bolsa con un aumento de 25% en el volumen de negocios a $ 1.258 millones logró que el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, subiera 2%. Tanto la mejora del volumen como la suba de precios, se debe a la demanda de acciones de quienes hacen operaciones de contado con liquidación. Ternium encabezó la suba con 4,20%, seguido por Edenor con 3,77% y Transportadora Gas del Sur con 3,52%.
Los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones que cotizan en dólares en Wall Street- tuvieron una rueda mixta donde las alzas igualaron a las subas. Lo mejor del día fue IRSA Propiedades Comerciales (4,55%) alentada por la reapertura de shoppings. La baja más significativa le correspondió a YPF con 4.80% a 24 horas de que se anuncie el plan Gas por parte del presidente Alberto Fernández.
Para hoy el clima no quedó mejor. La demanda de dólares está lanzada y quebrar en tan pocas ruedas la barrera de $ 170 coloca al mercado en una etapa donde no le importa qué precio hay que pagar por la divisa. Por eso, las subas de tasas no van a detener el movimiento. La Bolsa puede seguir en aumento, pero solo algunos papeles superarán la suba del dólar. Y si son atractivas las acciones es porque sirven para hacer operaciones en el mercado de dólares alternativos. Otra vez la Argentina volvió a ser monótonamente dependiente de la divisa de Estados Unidos.
Seguí leyendo: