La tensión cambiaria que experimenta la economía argentina por tercer año consecutivo no se disipa con los duros controles al dólar. Son las cotizaciones alternativas al cepo oficial las que reflejan este desequilibrio: este jueves anotaron nuevos máximos y ampliaron la brecha cambiaria a un 120%, un nivel insostenible y que no se registraba desde la hiperinflación de tres décadas atrás.
Semejante diferencia entre los precios del dólar en sus distintas franjas formales e informales es muy peligrosa para la estabilidad de la economía. La historia argentina siempre ratificó que la convergencia cambiaria termina en el valor más alto y en medio de una crisis mayor.
El dólar libre cerró a un récord de $171 y acumuló una suba de 127% en el transcurso de 2020
Con la supervisión del Banco Central, el dólar mayorista cedió este jueves un centavo, a 77,47 pesos. Si bien fue una baja ínfima, esta tendencia no ocurría desde el pasado 18 de febrero. En contraste, regresó la firme presión al alza para los dólares paralelos, que volvieron a anotar nuevos máximos.
El monto operado en el segmento de contado (spot) se incrementó a USD 260,6 millones, desde los poco más de USD 175 millones del miércoles. “La actividad oficial acotó el movimiento de los precios en otra rueda donde la demanda prevaleció sobre la oferta genuina”, afirmó Gustavo Quintana, operador de PR Corredores de Cambio. El Banco Central habría vendido unos USD 50 millones en la rueda, según estimaciones privadas.
La tensión cambiaria se evidenció en las cotizaciones alternativas. Con un dólar libre que subió cuatro pesos y alcanzó un nuevo récord de $171 para la venta, y un contado con liquidación del orden de los $168, la brecha cambiaria se mantiene en un rango no visto desde 1989, ahora en 120,7% entre el blue y el oficial mayorista.
¿Por qué sube el dólar libre?
En las últimas semana pudieron identificarse cinco fundamentos en este salto del precio del dólar que convalidan los agentes financieros.
1) Mayores controles. Un mes atrás, el Banco Central decidió -entre otras medidas- cargar con un 35% adicional a la venta de dólares a individuos, operatoria ya gravada con un 30% de impuesto “solidario”. Esta intención de disipar la demanda privada puso un nuevo y mucho más alto piso a las cotizaciones. Hoy el dólar para atesoramiento cerró casi a $137, más caro que los $131 que costaba el blue antes del anuncio oficial el pasado 15 de septiembre.
2) Debilidad de activos del BCRA. La entidad no puede dejar de vender divisas en la plaza de contado para contener una escalada del tipo de cambio formal. A la vez, el retiro de depósitos en dólares también esmerila el nivel de reservas. Pese al “súper cepo”, en lo que va de 2020 el BCRA informó una caída de reservas de USD 3.689 millones (-8,2%) y ventas netas de divisas para apaciguar el mercado del orden de los 3.768 millones de dólares. En tanto, los depósitos privados en moneda extranjera acumularon desde el anuncio del mega-cepo del 15 de septiembre retiros por 1.829 millones (-10,5%).
“El Banco Central sigue presionado, con una brecha muy nociva para la economía. Eventualmente, dependerá de la definición en términos de política económica. No hay un instrumento que por sí solo, pueda ser la solución sanadora para todos los males”, resumió Santiago Abdala, director de Portfolio Personal Inversiones.
Los analistas observan que la capacidad de intervención del Central en el mercado es limitada y de escaso alcance. Si la entidad se viera obligada a retirar sus posturas vendedoras la devaluación tomaría mayor velocidad y dicho escenario no debe descartarse en el corto plazo.
3) Desconfianza de inversores. Una vez anunciado el canje de deuda se inició un apurado desarme de carteras de fondos invertidos en papeles argentinos. Desde el 10 de septiembre pasado el riesgo país subió cerca de 30%, los precios de los bonos del canje cayeron en similar proporción y los ADR argentinos cedieron 23% en dólares.
En forma indirecta, este declive perjudicó al BCRA, que contaba en cartera con bonos soberanos por poco más de USD 6.000 millones, que ahora valen USD 4.300 millones. Se especuló con que la entidad iba a utilizar estas tenencias para intervenir en el mercado con ventas de títulos y bajar las paridades del MEP y el contado con liqui, estrategia hoy riesgosa frente a la pronunciada tendencia bajista de los flamantes títulos de deuda.
“Resolver las tensiones cambiarias de manera urgente resulta condición necesaria para encarar los desequilibrios fiscales y monetarios, que finalmente son los factores que retroalimentan la actual desconfianza”, describió el economista Gustavo Ber.
4) Inflación que acelera. El dato de inflación de septiembre difundido por el INDEC fue asimilado de forma negativa por los agentes financieros. El alza de 2,8% mensual en el IPC fue la mayor desde el 3,3% de marzo, cuando aún no habían impactado las medidas de aislamiento por el coronavirus. Una inflación que acelera a pesar de mantener “pisado” el precio del dólar oficial -que influye en productos e insumos importados- y congeladas las tarifas también alienta las expectativas de una mayor devaluación futura.
La inflación de septiembre fue la más alta desde que se establecieron las medidas de aislamiento y se cree que los precios pueden acelerar su aumento en próximos meses
“En este marco, en la medida que las empresas se vean afectadas por las nuevas restricciones, a la par que continúen incrementándose las expectativas de devaluación, podría observarse un traslado a precios en el corto plazo”, remarcó Ecolatina.
5) Excedente de pesos. La recesión económica y los elevados índices de desocupación y pobreza de la Argentina harían imposible un recorte del gasto público en los próximos meses, más cuando el país atraviesa el pico de contagios y decesos por la propagación del Covid-19. En el pasado, otras crisis de magnitud como las de 1989-1990 y 2001-2002 concluyeron con una brutal licuación de pasivos públicos vía devaluación y la crisis económica actual, que ya acumula tres años, podría tener un final parecido de extenderse en el tiempo.
La economía atraviesa un período en el que sobra la liquidez en pesos y se contrae la oferta de divisas. En 2020, el BCRA lleva emitidos sin respaldo unos $1.735.500 millones ($1,7 billón) para financiar el déficit fiscal a través de Adelantos Transitorios y Transferencia de Utilidades. Se trata de más de USD 25.000 millones -a un tipo de cambio oficial promedio de $68,69- o un 6% del PBI.
En 2020 el BCRA inyectó $1,7 billón para financiar el déficit fiscal y esa liquidez fundamenta mayores expectativas de devaluación
En este aspecto asume el centro de la escena la negociación con el Fondo Monetario Internacional, hoy principal acreedor del Estado argentino, después de haber desembolsado USD 44.000 millones entre 2018 y 2019, y las exigencias que haga el organismo para ceder a un nuevo acuerdo.
“Los inversores además tienen el foco puesto en los pedidos que efectuará el FMI a la Argentina el mes próximo cuando retorne al país para iniciar discusiones sobre un nuevo programa respaldado por la entidad”, señalaron desde InvertirOnline.
Acciones y bonos, de menor a mayor
A medida que los índices de Wall Street fueron recortando las pérdidas, en una sesión en la que se conoció un aumento de los pedidos de subsidio de desempleo en los EEUU, los precios de acciones y bonos argentinos negociados en el exterior fueron replicando la tendencia.
Los bonos soberanos con ley extranjera finalizaron neutros, después de exhibir una baja promedio de 1% al comienzo de los negocios. El riesgo país argentino, que inició con alza de 35 puntos, terminó con un incremento de apenas cinco enteros, a 1.408 puntos básicos.
Para los ADR argentinos que se negocian en dólares en Nueva York la rueda terminó con cifras mixtas. Del lado de las bajas destacaron Grupo Galicia (-0,8%) e YPF (-4,8%, a USD 3,57), mientras que IRSA Propiedades Comerciales repuntó 4,3% luego de informarse la reapertura de los shopping centers en la Argentina.
En la Bolsa porteña las acciones siguieron sostenidas en pesos, ante la búsqueda de cobertura en los dólares bursátiles frente a las depreciación del peso. El índice S&P Merval de Buenos Aires ganó un 2%, a un cierre de 48.239 puntos, con lo que acumuló una mejora del 17% en pesos en una seguidilla de diez ruedas hábiles de octubre.
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