La calificadora de riesgo Moody´s advirtió en su último informe sobre el perfil de la deuda argentina que una devaluación implicaría un mayor peso sobre el Producto Bruto Interno (PBI) dado que el 80% de la misma está denominada en moneda extranjera.
Según la firma, si bien la reestructuración de la deuda soberana dará como resultado un pago de intereses sustancialmente más bajo y un riesgo de refinanciamiento limitado hasta 2024, “el marco de política macrofiscal altamente incierto y la ausencia de reformas estructurales, hace que el riesgo de liquidez del gobierno se mantenga elevado a mediano plazo”.
“A pesar del endurecimiento gradual de los controles de capital, es probable que persista la presión sobre la moneda y las reservas de divisas del país, lo que aumenta el riesgo de un deterioro material en la carga de la deuda del país, aproximadamente el 80% de la cual está denominada en moneda extranjera”, aseguró la calificadora en su informe.
No obstante, afirmó que a pesar de estos desafíos a corto plazo, la reestructuración de la deuda le dará tiempo al Gobierno de Alberto Fernández para corregir “los grandes desequilibrios fiscales durante los próximos dos o tres años”.
A pesar del endurecimiento gradual de los controles de capital, es probable que persista la presión sobre la moneda y las reservas de divisas del país, lo que aumenta el riesgo de un deterioro material en la carga de la deuda del país, aproximadamente el 80% de la cual está denominada en moneda extranjera
“La perspectiva estable refleja nuestra opinión de que, dado el perfil mejorado de deuda posterior a la reestructuración de Argentina, las pérdidas de los inversionistas bajo reestructuraciones futuras de deuda probablemente permanecerían por debajo del 65%, un nivel consistente con una calificación de Ca”, remarcó.
En tanto, destacó que avanzar hacia una calificación de deuda positiva, requiere evidencia clara de voluntad y capacidad por parte de las autoridades para establecer un camino político creíble hacia la consolidación fiscal y para implementar políticas que conduzcan a una reducción material y sostenida de los desequilibrios macroeconómicos.
Y añadió que por el contrario, la calificación de Argentina se reduciría si anticiparan que las condiciones crediticias subyacentes podrían llevar a futuras reestructuraciones de deuda en las que las pérdidas para los tenedores de bonos podrían superar la marca del 65%.
El análisis crediticio de Argentina elaborado por Moody´s se mide en términos de fortaleza económica, instituciones y fortaleza de gobernabilidad, fortaleza fiscal y susceptibilidad a eventos de riesgo.
De acuerdo a la firma, la calificaciones de “Ca” para la deuda argentina refleja que los riesgos crediticios elevados permanecen presentes. “A menos que las autoridades aborden los desequilibrios macroeconómicos fundamentales que continúan socavando el perfil crediticio soberano, lo que plantea dudas sobre la capacidad de Argentina para cumplir con las obligaciones de deuda futuras”, advirtió.
La calificadora de riesgo sostuvo que nuevas caídas en las reservas disponibles del BCRA podrían precipitar una crisis de balanza de pagos y forzar una gran devaluación, agravando aún más la crisis económica
En ese marco, destacó que el pago de la deuda reestructurada requerirá que Argentina acceda a los mercados de capitales internacionales que hoy permanecen cerrados. “Esperamos que el acceso al mercado de Argentina siga siendo muy limitado mientras el gobierno no aborde los desequilibrios macroeconómicos de larga data. Argentina tiene una larga historia de formulación de políticas crediticias negativas y actualmente enfrenta una serie de desequilibrios macroeconómicos que pueden profundizar y prolongar una crisis económica ya extensa”, detalló.
Moody´s afirmó que espera que la economía se contraiga un 12% en 2020, en gran parte debido a las restricciones relacionadas con el coronavirus.
“La actividad económica se recuperará en 2021 con un crecimiento del PBI estimado en un 5%, pero esperamos que el crecimiento de la tendencia a largo plazo probablemente se mantenga por debajo del 2%, lo que refleja restricciones estructurales principalmente asociadas con perspectivas de bajos niveles de inversión”, aseguró.
Asimismo, alertó que el financiamiento del déficit fiscal por parte del Banco Central, que llevó a una mayor emisión monetaria, “está generando presiones adicionales sobre el tipo de cambio y aumentando el riesgo de estallidos inflacionarios impulsados por un ciclo devaluación-inflación”.
“Esperamos que los déficit fiscales cercanos al 9% del PBI este año y el 6% en 2021 sean financiados en gran parte por el Banco Central”, afirmó.
En otro orden, la calificadora de riesgo sostuvo que nuevas caídas en las reservas disponibles del BCRA podrían precipitar una crisis de balanza de pagos y forzar una gran devaluación, agravando aún más la crisis económica.
“Las perspectivas de crecimiento seguirán siendo moderadas después de múltiples shocks y años de volatilidad. El crecimiento económico ha sido volátil desde 2011 y esperamos que siga siendo negativo durante el próximo año a medida que el contagio del coronavirus y los esfuerzos de contención se sumen a una serie de varios años de shocks macroeconómicos severos, incluida una crisis cambiaria prolongada , condiciones financieras extremadamente restrictivas y una prolongada reestructuración de la deuda”, concluyó..
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