Si desde mañana no comienzan a entrar dólares del agro las opciones de desdoblamiento cambiario o devaluación podrían estar más cerca

El ministro está convencido de que esta semana se verá el fruto de la baja de retenciones. Las liquidaciones de la semana pasada fueron de operaciones previas a la baja de retenciones

Los exportadores están mucho más atentos al aumento de la soja en Chicago que a la baja temporal de retenciones de Guzmán

El fin de semana largo parece propicio para tomar medidas con el tipo de cambio, pero como el Gobierno no tiene el suficiente poder político, le quita el cuerpo a la responsabilidad. Las alternativas son devaluación o desdoblamiento del mercado cambiario, lo que equivale a más caída del salario e inflación, porque no está el respaldo para hacer el ajuste fiscal y las reformas necesarias. Por eso buscan ganar tiempo y cualquier palabra de aliento justifica postergar ese momento.

Martín Guzmán, el ministro de Economía, es la fuente de explicaciones de porqué no se deben tomar esas medidas. Está convencido que esta semana se verá el fruto de la baja de retenciones dispuestas hace casi dos semanas. Las liquidaciones de divisas de la semana pasada, correspondieron a operaciones que se hicieron antes de la baja de retenciones, explica. El trámite para las nuevas liquidaciones lleva más de cinco días hábiles y comenzaron el martes de la semana pasada, el día después de la publicación en el Boletín Oficial, por eso está convencido de que esta semana el mercado oficial verá aumentar la oferta de dólares y el Banco Central puede ser comprador.

La máquina de explicar

Martín Guzmán y Miguel Pesce tienen la misión de encontrarle la vuela al dólar.

De hecho, las justificaciones para eludir la reforma, que es inevitable, no tienen límite. El presidente Alberto Fernández justificó la caída de los nuevos bonos de la deuda. La Argentina fue muy exigente en la negociación, dijo y agregó que los montos que se negocian en dólar Bolsa o MEP y contado con liquidación son exiguos. Que se sepa, en las últimas 24 horas antes de llegar al acuerdo, la Argentina tuvo que subir casi 2 puntos su propuesta, porque si no sobrevenía el default. Los acreedores. querían el precio más alto posible porque descontaban una venta masiva de los bonos argentinos que tenían un rendimiento de casi 12% y salían al mercado con un riesgo país de 1.100 puntos básicos. Hoy están en 1.350 puntos. Bajaron casi 30% de precio. Este descenso le quitó al Banco Central un arma importante para intervenir en el mercado de contado con liquidación y en el de dólar MEP donde los negocios fueron aumentando, mientras los bonos perdían fuerza. Si hubiera habido intervención estatal con venta de bonos, hubieran retrocedido aún más.

Respecto de lo bajo de los volúmenes, el contado con liquidación está negociando más de USD 62 millones y el dólar Bolsa, alrededor de USD 35 millones. Entre los dos suman casi 100 millones, una cifra diaria importante por donde se la mire.

El mismo virus

Los bonos devaluados padecen el mismo virus que el dólar alto: la desconfianza. Los inversores ven el doble comando como un impedimento que nadie quiere mencionar en voz alta dentro del Gobierno. Por otra parte, el sector más radicalizado del kirchnerismo va ganando poder en los últimos tiempos. Los moderados que quieren pactar con el sector privado, cada vez tienen menos para ofrecer y tentarlos a que traigan dólares a la economía. Por supuesto, dentro del gobierno hay dos diagnósticos, los que creen que un pacto social soluciona todo y los que quieren combatir al sector privado porque creen que utilizan al dólar y a los medios de comunicación para conspirar. El fracaso siempre lo ponen afuera de sus acciones que alejan a inversores y a exportadores. El impuesto a la riqueza, es el ejemplo más contundente: castiga al sector agropecuario más que a ningún otro y le lleva todas las ventajas y mucho más de las que se le otorgaron al bajarle las retenciones.

Bonos y acciones reflejan la incertidumbre sobre el dólar REUTERS/Agustin Marcarian

Pero si se diera el desdoblamiento del mercado cambiario, las primeras grandes víctimas son los que adquirieron la semana pasada bonos en pesos atados al precio del dólar oficial (dolar linked). El gobierno celebró que colocó el equivalente a USD 1.176 millones en bonos atados al dólar. Los principales compradores fueron inversores institucionales, particularmente compañías de seguros que tienen un rango acotado de inversiones permitidas. Si se toma esa medida de desdoblamiento, verán que los títulos que compraron se ajustarán por el dólar más barato del desdoblamiento. Por eso los fondos de inversión temen que vuelva a suceder lo que ocurrió hace tres semanas cuando corrió el rumor del desdoblamiento y la gente comenzó a vender sus posiciones en bonos dolar link. Después, volvió la confianza y comenzó la recompra de esos títulos. Pero pocos creen que la semana financiera que empieza mañana, no vea una salida de los inversores de las posiciones en bonos que ajustan por el tipo de cambio.

Por de pronto, el ministro de Economía Martín Guzmán, rechaza las opciones confía en la respuesta de los mercados a las medidas de alivio en las retenciones de las exportaciones. Imagina liquidaciones superiores a USD 150 millones diarios. Por debajo de esa cifra, está el fracaso. Pero la realidad la marca Chicago. Para el exportador es más importante la suba de la soja en el exterior que las menores retenciones que le otorga el Gobierno. De hecho, en las negociaciones overnite, las que suceden antes de la apertura de Chicago, la soja estaba equilibrada y revertía bajas iniciales y el trigo y el maíz seguían firmes con alzas de hasta 0,65%. El oro, que es una buena noticia para la valorización de las reservas, subía 0,32 a USD 1932 por onza troy.

Por eso, lo que suceda esta semana en el mercado con las liquidaciones del agro será clave para la decisión del Gobierno. Pero si no viene una señal positiva como retroceder en la idea de aplicar un impuesto a la riqueza, es difícil que se logre ese objetivo. Para los exportadores, no es tan importante la aplicación del impuesto como que lo impulsen desde el Instituto Patria. Lo hablaron con el presidente Alberto Fernández, quien delegó la responsabilidad en el diputado Carlos Heller, una señal que no fue de las mejores para el sector agropecuario si buscaban una reafirmación del poder presidencial en la toma de decisiones.

Seguí leyendo: