El precio de la soja continúa con su carrera alcista en el mercado de Chicago, a pesar de la pequeña baja de ayer, ubicándose en precios máximos desde abril de 2018. Entre el 1° de septiembre y ayer, el valor aumentó 35 dólares, un 10%. Los contratos con vencimiento en noviembre de este año pasaron de cotizar USD 350,82 a USD 385,81 la tonelada. Mientras tanto, al productor local lo complican las retenciones y la elevada brecha cambiaria.
A pesar que en la rueda de negocios de ayer los mencionados contratos cerraron con una leve baja de USD 0,37, durante la jornada supo estar por encima de los USD 390 en la plaza bursátil estadounidense, que sirve de referencia internacional a la hora de establecer precios de los principales commodities agrícolas.
Los especialistas sostienen que está impactando la fuerte demanda del grano estadounidense por parte de China y la sequía que atraviesa Brasil, en conjunto con Argentina y Paraguay, que podría retrasar la siembra del cultivo.
“China comprando en Estados Unidos hasta finales de enero porque no puede comprar en otro lugar, a lo que se suma el problema de la sequía en el Mercosur, son los puntos fundamentales que están sosteniendo actualmente el mercado de soja”, dijo el analista del mercado de granos, Enrique Sarthes.
Y agregó: “Hay un tema estructural que llevan a que China mantenga una alta demanda de soja estadounidense. En el gigante asiático, se está recomponiendo la industria del cerdo y la del pollo y están demandando granos muy fuertes y se cree que van a importar más de lo que estaba proyectado. Además, está impactando en los precios que las mayores compras de China se atribuyen al cumplimiento de la Fase I del acuerdo comercial firmado con Estados Unidos, que funciona como un principio de solución a la guerra comercial que ambos países llevaron adelante desde finales de 2018”.
“Además, está el agravante del retraso de la siembra en Brasil (por la sequía), por lo que si el año pasado hubo ventas con embarques en enero de soja brasileña, en esta oportunidad posiblemente no se puedan realizar esas operaciones y los chinos saben que tendrán que realizar dichas en Estados Unidos. En el caso de Argentina, con el nuevo diferencial que se estableció a favor de la industria va a ser difícil que genere más negocios de exportación de poroto de los que ya generó”.
Según estimaciones, China podría comprar 100 millones de toneladas de soja hasta septiembre del año que viene, de las cuales 25 millones de toneladas, como mínimo, se las venderá Estados Unidos.
Impacto local
Según el reporte semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario, a partir de las medidas de la semana pasada y las subas en el mercado internacional, “las ofertas por soja disponible en la plaza Rosario quebraron la barrera de USD 300 la tonelada, valor que no tocaba desde mayo de 2018. El maíz, sin embargo, no se ha quedado atrás, consiguiendo volver a los anhelados USD 170 la tonelada, valor que ya había tocado brevemente a mediados de septiembre y que se encuentra en línea con los máximos de junio de 2019”.
Si bien la suba de los precios en Chicago repercuten con alzas en el mercado local, los precios no necesariamente incentivan a que el productor que todavía cuenta con soja de la campaña pasada en su poder, decida desprenderse de la misma. En este sentido, para Sarthes, más allá de la rebaja temporal de derechos de exportación de 3 puntos porcentuales de la soja que la deposita con una alícuota del 30%, “no hay incentivos para que el productor se desprenda de la cosecha por la brecha cambiaria", comentó el analista del mercado de granos.
Y además, señaló: "De lo que ya se vendió, hay 8 millones de toneladas que no tienen precio y todavía faltan vender 16 millones de toneladas, donde hoy el productor no tiene incentivo para venderlas, y no por la baja de retenciones temporal. El problema radica en que el productor observa que por su soja cobra un dólar de 51 pesos y que el dólar libre está en 150 pesos. Salvo que se tenga donde aplicar esos pesos por la venta de soja, no vende. Actualmente no hay incentivos para vender porque hay una brecha cambiaria enorme”.
Seguí leyendo: