El ex secretario de Finanzas Daniel Marx dijo que el Gobierno debe tener un programa de estabilización económica urgente para evitar “saltos en la inflación importantes” y consideró que un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) aliviará la tensión cambiaria.
En un seminario organizado por el estudio jurídico Nicholson y Cano, el ex negociador de la deuda dijo que “el tipo de cambio está bajo presión y más que todo refleja el riesgo argentino. Hay que repensar todo el mercado cambiario, pero no como algo suelto, sino como parte de un programa más integral de estabilización”.
“Si no hay tal programa de estabilización, esto termina en una corrección cambiaria, saltos de inflación importantes y más que nada en una economía que se resquebraja. Y cuando pasa eso, estaríamos en dificultades no menores en términos sociales y políticos”, advirtió Marx en el seminario virtual sobre Reestructuración de Deuda Corporativa.
En este sentido, dijo que la negociación de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) le debe servir al Gobierno como “guía más que con el FMI, como base de una política coherente, eso ayudaría sustancialmente a reducir el riesgo país”.
“Sería un aporte sustancial clarificar la línea de la política económica, con o sin el FMI”, afirmó el negociador con los gobiernos de Alfonsín, Menem y De la Rúa y titular de Quantum Finanzas.
Sería un aporte sustancial clarificar la línea de la política económica, con o sin el FMI
Además, “la negociación ayudaría porque tendería a ayudar a reforzar las reservas del Banco Central, a normalizar algo el mercado cambiario y así las empresas podrían recuperar su propio nivel de riesgo, es decir que hay que bajar ese spread de 300 puntos respecto del riesgo soberano que antes era inverso: valían más los bonos corporativos que los soberanos”.
“La estabilización de la Argentina va a venir del sector privado, porque el sector público sabemos que está muy limitado para el futuro, tanto por el desequilibrio de entrada que tiene y además por las complicaciones que está teniendo por el financiamiento del déficit fiscal, las reservas del Banco Central y la emisión monetaria”, afirmó.
“A algunos les llama la atención el superávit comercial creciente y aun así se siguen perdiendo reservas. Porque falta el otro motor: la salida de fondo por la cuenta capital, por ahorro que se dolariza o cancelaciones de inversiones o de créditos, aun cuando el sector público casi no está pagando deuda por el canje ahora y antes por el default”, explicó.
Para que funcione este motor, “tiene que mejorar el costo de capital”, sostuvo Marx.
“En los últimos 15 meses la tasa libre de riesgo en el mundo bajó 120 puntos básicos. En ese mismo período aumentó la tasa de riesgo argentina hasta los 1500 puntos. Estamos yendo para el otro lado”, advirtió.
En este sentido, subrayó que “hasta hace poco el riesgo del sector privado era más bajo que el soberano. El promedio simple era de 250 puntos básicos por debajo de la Nación en 2019, antes de las elecciones primarias. Hoy está encima del riesgo de la Nación, unos 300 puntos básicos; es decir que subió 550 puntos básicos”.
El Gobierno da señales diferentes: por un lado, les pagó recién a los holdouts y a la vez dice que no daría acceso al dólar oficial para que las empresas paguen sus deudas
Esto no se debe, aclaró, “a las finanzas corporativas en sí mismas, aunque hay elementos propios, pero lo que se nota en particular es la preocupación por el valor de la moneda y las interferencias en el pago de la deuda, sobre todo con las nuevas acciones regulatorias que se han emitido”.
“En el caso de la última regulación del Banco Central, el organismo ha recibido presentaciones de muchas empresas importantes, porque hay empresas que hicieron lo que se les pidió y ahora están esperando a ver qué les responde el organismo regulador sobre el acceso a los dólares en los próximos vencimientos”, detalló.
Sin embargo, consideró que “en algunos casos el gobierno da señales diferentes: por un lado, les pagó recién a los holdouts y a la vez dice que no le daría acceso al dólar oficial para que las empresas paguen sus deudas; el regulador debería definir una posición clara”.
“Las señales de los funcionarios del Banco Central son diversas: algunos dicen que las reservas se acaban y otros afirman que no quieren dañar al sector privado”, afirmó.
Sin default generalizados
En tanto, el titular de la calificadora de riesgo local Fix, Douglas Elespe, dijo que “hoy no vemos problemas intrínsecos de las empresas limitadas para acceder a dólares oficiales; son viables”.
“Se debería autorizar a las entidades financieras con deudas acceder al mercado único y libre de cambios, sobre todo por la sensibilidad del sector. Si el margen entre el deudor y el acreedor es pequeño, siempre se puede llegar a una solución, de lo contrario es más complicado. Tiene que haber igualdad de trato”.
Para Elespe, no habrá default generalizados a nivel corporativo, por estas regulaciones. “Realizamos un análisis de stress de las empresas que deben pagar al exterior y en todos los casos que calificamos, cualquiera de estas empresas podría pagar sin inconvenientes; pueden cumplir, aunque estén en este intríngulis cambiario”, sentenció.
Por su parte, el fundador de Greylock y uno de los líderes de los bonistas más optimistas sobre la Argentina, Hans Humes, admitió que, apenas terminó el canje, la mayoría de los acreedores salieron a vender sus nuevos bonos.
“Lo que vimos después del canje de la Argentina es que los mercados emergentes han seguido disfrutando de poder acceder a los mercados, pero hay una mayor percepción de riesgo tanto para las empresas como los gobiernos”, aclaró.
El aumento del riesgo, afirmó, “empezó con la Argentina, porque empezamos a ver que muchos fondos empezaron a vender apenas terminó el canje y el precio cayó como en ninguna otra reestructuración”.
“La Argentina tenía una economía en crisis antes de la pandemia y ahora está más sujeta al curso de la economía global durante la crisis sanitaria global. El problema es la falta de confianza del mercado, como resultado de los últimos años”, aseguró.
Al respecto, consideró que “la desventaja que tiene la Argentina es que no tiene los recursos para absorber el impacto de la crisis económica que viene por la pandemia y, con las otras reestructuraciones que debe hacer con el FMI, las provincias y las empresas, solamente puede salir de esta crisis cuando se solucione la pandemia global”.
“No hay flujo de caja para que el país pueda acceder a más recursos. Muchos fondos han vendido a precios bastante bajos y ese impacto es bastante importante sobre la confianza. No fue una reacción a las medidas, sino a que sentían que habían sufrido demasiado en la Argentina y vendieron. La gente en la Argentina ve entonces una perspectiva más negativa al futuro. Es un ciclo negativo y eso tiene un impacto sobre la economía real”, explicó Humes desde su hogar en Vermont.
Para que estos inversores vuelvan, “tiene que haber estabilidad no solo en la Argentina si no a nivel global. Espero que después de las elecciones en Estados Unidos mejore la confianza y que pase la crisis de salud”.
En el seminario también estuvieron Marcelo Villegas y Eugenio Bruno, socio y consultor asociado de la firma que organizó el evento.
Seguí leyendo: