La lechería es una actividad de larga data en Argentina, y como el país en sí mismo, tiene una historia de recurrentes crisis y de baja rentabilidad del sector productivo. Esto tiene más relevancia si se toma en cuenta que el productor argentino es al que menos se le paga por litro de leche en comparación con nuestros principales competidores y países aledaños, como así también que ese precio que se le paga es el que más retrocedió en la medición interanual.
Así lo afirmó un trabajo realizado por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA). Según el informe, el productor argentino recibió por litro de leche en agosto USD 0,258, mientras que en Uruguay ese precio asciende a USD 0,284, en Chile a USD 0,390 y en Brasil a USD 0,395. Si se toma en cuenta el precio pagado a otros países representativos por su producción y exportación lechera, la brecha también es significativa, como es el caso de Nueva Zelanda, donde se le paga al productor USD 0,343 por litro, mientras que en Estados Unidos es de USD 0,415 y en la Unión Europea + Reino Unido USD 0,389.
Para el director ejecutivo del OCLA, Jorge Giraudo, esta situación de bajo precio al tambero argentino, se atribuye a las retenciones y al “costo argentino”. Y comentó: "Hay unos USD 0,7 u USD 0,8 que quedan en el camino entre lo que se podría pagar y lo que realmente se paga y que corresponde al costo argentino. Para exportar, por ejemplo, tenemos un 9% de derechos de exportación que los otros competidores no tienen. Cualquiera de ellos exportan y no se les retiene el 9%. Asimismo, por ejemplo, Nueva Zelanda exporta a China con arancel cero y Argentina paga 10%. Con lo cual 10% de arancel, sumado al 9% de retenciones, hacen que automáticamente vendemos nuestro producto 19% más barato”.
Por otro lado, Giraudo aseguró que “en Argentina es mucho más caro el flete interno que uno marítimo internacional. O sea, es más caro llevar en camión un contenedor de leche en polvo desde Sunchales o Villa María al puerto de Buenos Aires que transportarlo desde ahí al puerto de Rotterdam, en Holanda”.
Otro agravante es que el precio pagado al productor por litro de leche medido en dólares en Argentina retrocedió en un año más que lo registrado en los países mencionados. Según el informe, el valor del litro de leche pasó de USD 0,297 en agosto de 2019 a USD 0,258 en dicho mes de 2020, marcando una caída del 13,1% en la comparativa. Uruguay también vio mermar este precio, pero a menor escalada al caer de USD 0,305 a USD 0,284, lo que significó una merma del 6,8%.
Caso contrario ocurrió con Brasil, donde el precio aumentó un 17,9% (de USD 0,335 a 0,395), Nueva Zelanda, con una suba del 8,4% (de USD 0,316 a 0,343) o Chile con un salto del 5,4% (USD 0,370 a 0,390).
Para Giraudo, este combo “impacta en el sentido que hace 10 o 15 años la producción de leche está estancada en 10.000 millones de litros, en el cierre de tambos familiares o de escala más chica porque el número no les cierra, por lo que se concentra la producción en tambos mas grandes”. Según el especialista, el 4% de los tambos en Argentina que producen más de 10.000 litros diarios producen el 25% de la leche a nivel nacional, mientras que el 50% tiene una capacidad de menos de 2.000 litros y produce el 15% de la leche.
Por otro lado, Giraudo marcó que no solamente afecta a la actividad cobrar menos por litro de leche, sino también en el aspecto del financiamiento. En este sentido, explicó que “nuestro competidor neozelandés o australiano accede a financiamiento de tasas del 1% o 2% anual en dólares a 40 años, mientras que nosotros tenemos tasas del 1% o 2% semanal. El mundo al tener mayor renta y mayor acceso al financiamiento puede aplicar tecnología para diluir costos y aumentar productividad. Por ende aumenta la producción y gana más plata”, concluyó al respecto.
Actualidad del sector
Para Giraudo, la actualidad del sector lechero argentino se encuentra en un escenario donde la rentabilidad es escasa o nula con aumento en los costos y precios que no se ajustaron al nivel de la inflación, en un contexto donde se espera un pico productivo este mes con un mercado interno “planchado”, pero con un considerable aumento en las exportaciones.
“La actividad está en el pico de máxima producción con un problema de sequía en muchas regiones y con el problema de que vamos a tener de precios bajos al productor. En contraposición está el aumento del maíz y la soja, por lo que la alimentación de la vaca se encarece, con un escenario de mercado interno que empieza a plancharse. Por suerte tuvimos casi un 40% más de exportaciones que descomprimieron un poco, porque si no la crisis sería mucho mayor”, planteó el especialista.
A partir de esto, aseguró que “tenemos un escenario actual donde ni la industria ni el productor están ganando plata” y agregó: “con una inflación que está en un 40%, los lácteos subieron solo un 20%, producto de precios máximos y cuidados. Lo que no entiende el sector es lo siguiente: el grueso de los insumos los paga en dólares que no maneja; otra parte la paga en pesos con una inflación que no maneja. Cuando quiere trasladar esos costos y quiere fijar el precio para compensarlo, aparece el Estado diciendo ‘no, de acá no pasa’. Eso no funciona en este planeta ni en esta galaxia”.
Por último, marcó que “el sector esperaba y que sorpresivamente no ocurrió, es la quita de los derechos de exportación. Sería un elemento fundamental para un sector como este, que genera tanto empleo, que se los quiten”. Este reclamo de cambios en el actual esquema de retenciones, es una medida en estudio en el seno del gobierno.
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