El salto del dólar libre en cualquiera de sus variantes, el blue y el financiero, y la consecuente brecha cambiaria que en definitiva presiona hacia la baja el nivel de las reservas es, por lejos, la principal y más urgente preocupación del Gobierno. Sin embargo, la distorsión que más afecta la economía también trae aparejadas consecuencias en algunos sectores de actividad cuyos indicadores entusiasman al equipo económico al punto de transmitir que la economía ya pegó la vuelta y se encuentra en los niveles pre-pandemia.
Los funcionarios se basan en tres datos claros, dos de los cuales son positivos, paradójicamente, gracias a la diferencia entre los distintos tipos de cambio vigentes. Una paradoja “feliz”.
En primer lugar, se conocieron ayer las estadísticas de producción, ventas y exportaciones de la industria automotriz. Esas cifras resultaron alentadoras ya que marcaron el nivel más alto del año en términos de unidades producidas, lo que implica incluso una mejora respecto del nivel previo a la pandemia. La producción creció 24,4% en relación a agosto y 16,1% respecto a septiembre del año pasado. Pero lo más notorio de los números publicados por la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) es que ese incremento se logró gracias al aumento de las ventas mayoristas. Esto es, las ventas de las terminales a las concesionarias. Las exportaciones, en contrapartida, si bien crecieron respecto de agosto, cayeron 17% en relación a septiembre del año anterior.
Por primera vez en año, en agosto las ventas de cemento aumentaron 10% por encima del nivel del mismo mes del año pasado. La expectativa del sector es que, en la medida que se vaya normalizando cada vez más la actividad, se recorte la caída que de todos modos se verificará en el acumulado anual, hoy de 20%
En consecuencia, la recuperación del sector se basa en la mayor demanda doméstica, beneficiada por la diferencia entre el dólar blue y el oficial. “Históricamente, cada vez que hay diferencias entre los tipos de cambios, las ventas de autos se ven beneficiadas”, admiten en las terminales. Esto porque los precios de los automóviles se fijan en pesos de acuerdo al valor del dólar oficial, con lo cual aquellos compradores con dólares ahorrados que los cambian en el paralelo se hacen con un “descuento” o “bonificación” de hecho. Cuanto mayor la brecha, claro está, mayor el beneficio. Esta distorsión, que tanto el ministro de Economía, Martín Guzmán, como el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, intentan combatir sin éxito desde hace meses, no impide que en Producción celebren el dato.
“La actividad industrial hoy está en niveles superiores al año pasado. Ya tenemos reactivación de muchos sectores. En septiembre, vemos que autos y motos muestran una variación interanual positiva muy significativa”, afirmó en una entrevista con Infobae la semana pasada el ministro de Producción, Matías Kulfas.
La recuperación del sector automotriz se basa en la mayor demanda doméstica, beneficiada por la diferencia entre el dólar blue y el oficial.
Algo similar ocurre en el sector de la construcción: también los despachos de cemento aumentaron en septiembre. Este rubro viene recuperándose desde que tocó su mínimo en abril, el momento más rígido de la cuarentena, y avanzó 13% respecto de agosto. Pero el dato clave es que también, por primera vez en año, las ventas de cemento aumentaron 10% por encima del nivel del mismo mes del año pasado. La expectativa del sector es que, en la medida que se vaya normalizando cada vez más la actividad, se recorte la caída que de todos modos se verificará en el acumulado anual, hoy de 20%. El mayor dinamismo de la construcción privada, fácilmente advertible en la vía pública en muchos municipios del conurbano bonaerense, por ejemplo, es también es una vía por la que se canalizan ahorros dolarizados que maximizan el beneficio de la brecha aun cuando en pesos también se incrementaron los costos.
Detrás de esos datos palpables, existen un tercer indicador que toman en el equipo económico para asegurar que la economía ya está no sólo por encima del nivel pre-pandemia sino mejor que hace un año. Por caso, el consumo de energía que en septiembre se situó un 0,7% por encima del mismo mes de 2019, de acuerdo al Centro de Estudios de la Producción. “A diferencia de otras crisis, en donde a la industria le va peor que al resto de los sectores, actualmente le va mejor que al promedio. La razón es que la pandemia cambió drásticamente los hábitos de consumo, de los servicios a los bienes, que pasaron de representar el 56% del consumo a 65%”, destacó el organismo.
Seguí leyendo: