Martín Redrado recomendó al gobierno salir del “plan vamos viendo”

El ex titular del BCRA criticó a la actual conducción de la entidad y el cortoplacismo oficial. “Al presidente le quedan muy pocos dólares”, subrayó. Y dijo que no recibió ni espera ofertas para sumarse al equipo económico

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(Maximiliano Luna)
(Maximiliano Luna)

Martín Redrado, quien renunció en 2010 a la presidencia del Banco Central en desacuerdo con la entonces presidente Cristina Fernández por el uso de las reservas, instó al gobierno de Alberto Fernández a salir de lo que definió como el “plan vamos viendo”.

“Estamos en el país de la VV: vamos viendo”, dijo el autor del reciente libro Argentina primero. “Le debemos al FMI 44.000 millones de dólares que la Argentina no tiene ni los va a tener, entonces va a tener que decir qué es lo que va a hacer en los próximos 5 o 6 años; los funcionarios tienen la obligación de salir del plan Vamos Viendo y buscar un camino hacia adelante. Hay que sentarse con un programa hecho en Argentina, sino va a tener un programa hecho enfrente (por el FMI), hay que marcar la cancha de antemano”, señaló.

Redrado había advertido el 12 de septiembre pasado que la situación del dólar era insostenible. Esa vez destacó las visiones contrapuestas del ministro de Economía, Martín Guzmán, y el titular del BCRA, Miguel Pesce. Desde entonces, el gobierno anunció dos paquetes de medidas. El primero, para limitar la “demanda” de la divisa, restringiendo y encareciendo el acceso de los ahorristas a la cuota de hasta USD 200 del llamado dólar “solidario”. Y el segundo, el jueves pasado, para acelerar las ventas del sector agroexportador y así aumentar la “oferta” de dólares.

En ambos casos las reacciones fueron negativas: el precio de los dólares “alternativos” y el riesgo-país aumentaron y las reservas siguieron cayendo.

Sobre el primer intento, Redrado señaló que “la represión de la demanda del dólar genera más incertidumbre”. El problema, explicó, es que “el peso ha dejado de ser una reserva de valor, por eso los argentinos usan el dólar”. La solución de fondo, añadió, es “devolverle al peso la capacidad de ser una reserva de valor”.

Sin embargo, según Redrado “Argentina tiene discusiones todos los días que me parece que no son constructivas; al presidente le quedan muy pocos dólares en el BCRA; y administrar es organizar las prioridades”.

El silencio (cambiario) es salud

El ex titular del Central criticó también a la actual conducción de la entidad (que encabeza Miguel Pesce, quien fuera vice de Redrado) por hablar de más. “Me preocupa que el Banco Central hable del dólar. Un Banco Central hace y no dice del tipo de cambio. Hablar del tipo de cambio puede generar expectativas que después no se pueden cumplir”, señaló.

Altri tempi. Redrado, cuando era presidente del BCRA en la primera gestión de Cristina Kirchner. En 2010 fue eyectado por resistirse a un decreto presidencial que disponía de las reservas de la entidad
Altri tempi. Redrado, cuando era presidente del BCRA en la primera gestión de Cristina Kirchner. En 2010 fue eyectado por resistirse a un decreto presidencial que disponía de las reservas de la entidad

Cabe recordar que cuando en el primer paquete de medidas se endureció el “cepo” cambiario, Pesce se había referido a la compra y venta del dólar blue como “un mercado delictivo”. Además, ayer Jorge Carrera, director del organismo, insistió en que el dólar a 130 o 150 pesos es caro y que el precio oficial, de 79 pesos es “muy competitivo”

Al respecto, el comentario del economista fue lapidario. “Recomiendo que el Banco Central trabaje todos los días pero que no hable del tipo de cambio. El tipo de cambio depende de una cantidad de variables que el Banco Central no maneja”.

Con las medidas más recientes, que incluyen una reducción temporal de las retenciones a la soja, para acelerar las ventas, dijo Redrado, “el gobierno está buscando un puente hasta el mes de marzo, que está la liquidación de la cosecha gruesa”.

Herencia complicada

El economista reconoció que cuando empezó el actual gobierno “Argentina venía de dos años de caída de la producción y del empleo, del aumento de la desigualdad”, pero a su juicio un problema importante sigue siendo la falta de un plan o rumbo claro.

“Desconozco si hay un plan para enfrentar al FMI. No tengo hoy un diálogo con el gobierno. Sin dudas el equipo económico va a tener que sentarse con alguna programación de lo que va a hacer”. Además, aunque sin mencionar el fallido intento del gobierno de postergar la elección del nuevo presidente del BID para evitar que fuera elegido el candidato de Donald Trump, Redrado observó que “el gobierno espera hacer una negociación a partir de la nueva administración en EEUU”.

Además del dólar y de la necesidad de salir del “vamos viendo”, Redrado habló de política exterior y de impuestos. Sobre lo primero, rescató la necesidad de proyectarse, desde el Mercosur, “hacia el mundo, no solo mirar a China, sino al sudeste asiático, medio oriente, que también consumen lo que Argentina produce” y aconsejó “no estar en esta mega pelea entre China y EEUU, sino proyectar y salir a buscar exportaciones en el mundo”.

Redrado, en sus tiempos en el Frente Renovador de Sergio Massa
Redrado, en sus tiempos en el Frente Renovador de Sergio Massa

De impuestos, dijo que “es un error ponerle más parches al sistema impositivo argentino. Lo tuvimos con el impuesto al cheque, las retenciones. El de Argentina es un sistema impositivo que no te impulsa a producir ni a consumir y menos a exportar; no me gustan los parches, y este impuesto es un parche”, señaló sobre el impuesto a la riqueza que, por iniciativa de Máximo Kirchner, ya tuvo media sanción en el Congreso.

Durante el gobierno de Eduardo Duhalde, Redrado fue también secretario de Relaciones Económicas Internacionales y en las semanas previas al inicio del gobierno de Alberto Fernández fue mencionado como potencial ministro de Economía, impulsado por el massismo. Tal vez por eso la periodista Romina Manguel le preguntó finalmente si se iba a sumar al equipo económico. “No hubo oferta ni tampoco la estoy esperando”, respondió el economista.

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