Pablo Ceriani, presidente de Aerolíneas Argentinas, anunció hoy en su cuenta de twitter que los gremios de pilotos alcanzaron un acuerdo que consideró “un paso fundamental para concretar la fusión de Aerolíneas y Austral”.
El objetivo de fusión entre las dos compañías aéreas del Estado había sido anunciada en mayo pasado con el objetivo de evitar la duplicación de estructuras y procesos y ahorrarse así una suma estimada en cerca de USD 100 millones anuales.
El principal obstáculo eran las diferencias entre la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), liderada por Pablo Biró, dominante en Aerolíneas Argentinas, y la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA), que pisa fuerte en Austral. De hecho, cuando en mayo el gobierno anunció la intención de fusionar ambas empresas UALA se declaró “en estado de alerta” por considerar que eso implicaría “la desaparición de una de las Empresas más antiguas y prestigiosa del país, Austral L.A”.
“Alcanzamos un acuerdo entre los pilotos de ambas empresas que pone fin a una historia de desencuentros al interior de nuestra línea aérea de bandera”, señaló Ceriani en un hilo de cuatro tuits en la red social del pajarito". Ceriani dijo también que a partir del acuerdo “el trabajo de nuestros pilotos se desarrollará bajo las mismas reglas y criterios, se integrarán sus escalafones y se unificará su representación gremial, lo que se traduce en más horas de vuelo y mayor productividad para nuestros aviones. También, mejorará la programación de los vuelos de Aerolíneas, unificará los criterios operativos y nos permitirá hacer más eficiente nuestra estructura organizacional”, agregó.
La fusión, explicaron desde la aerolínea de bandera, implicará “la creación de las dos nuevas unidades de negocios de carga y mantenimiento”. Además, estimaron el proceso con las empresa fusionadas y las unidades nuevas funcionando estaría listo antes de fin de año y permitiría ahorrar unos USD 100 millones en el ejercicio 2021.
En mayo pasado UALA había calificado de “falaces e incomprobables” los argumentos de ahorro y productividad invocados para la fusión. “Medidas de este tipo desarrolladas entre gallos y media noche, de carácter inconsulto y desproporcionado, evidencian la carencia de un Plan de Empresas para todas las unidades que componen el Grupo de Bandera”, había dicho entonces.
La presión que el parate aéreo a raíz de la pandemia de coronavirus puso sobre ambas empresas, que dejaron de tener ingresos, fue arrimando las partes. Aerolíneas perdió USD 680 millones en 2019 y se calcula que este año la pérdida superaría los USD 900 millones. Entre las dos empresas, por separado, el rojo a cubrir por el Estado podría así superar los USD 1.000 millones.
En su hilo tuitero, Ceriani dijo que al iniciarse la pandemia Aerolíneas Argentinas se había fijado dos objetivos: “Poner nuestro trabajo al servicio del país, con los vuelos de repatriación y los de carga con material sanitario, y realizar las transformaciones para mejorar la productividad y así superar la peor crisis de la industria”.
La fusión de Aerolíneas Argentinas y Austral, agregó, “resulta un paso fundamental en ese sentido”, pues permite “incorporar las mejores prácticas de la industria nos permitirá fijar una senda de crecimiento en la etapa que viene. Este acuerdo significa un avance en esa dirección”.
Aerolíneas debe aún conseguir que así como APLA Y UALA aceptaron unificar personería bajo un mismo convenio, también el gremio del personal de a bordo (azafatas y tripulantes) y el de la Asociaciación de Personal Técnico Aeronáutico (APTA, cuyo secretario general es Ricardo Cirielli) encuadren todo el personal bajo el convenio con Aerolíneas Argentinas.
Para el personal técnico esto implica trabajar tanto sobre los aviones Boeing y Airbus 330 ancho, de Aerolíneas, como en los Embraer de Austral. Ambas compañías unificadas sumarán una flota de 80 aviones.
En total, hay involucrados seis gremios: tres “de vuelo” (APLA; UALA y AAA, la Asociación Argentina de Aeronavegantes), el de mecánicos (APTA), UPSA (Unión de Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales, que incluye a trabajadores de los call center, y APA (Asociación de Personal Aeronáutico), que agrupa al resto del personal: maleteros, personal de tráfico, administrativos, etc.
“La fusión no supone reducción de personal; lo planteamos justamente como la posibilidad de adaptar la compañía al actual escenario sin necesidad de realizar reducciones significativas de personal”, dijeron en Aerolíneas.
Tanto Aerolíneas Argentinas como Austral Líneas Aéreas dependen del ministerio de Transporte de la Nación. La “fusión” sería de hecho una absorción de Austral por parte de Aerolíneas, que concluiría con la desaparición de Austral como marca, a lo que se oponía UALA en su comunicado de mayo pasado.
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