Por qué en medio de la incertidumbre el dólar libre se convirtió en valor de equilibrio de la economía

Con los controles “recargados”, la cotización de la divisa para ahorro converge con los tipos de cambio alternativos, que están en la zona de 140 pesos. El mayorista para el comercio exterior pierde terreno como referencia del mercado

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Con el refuerzo del cepo el dólar mayorista pierde protagonismo como referencia para la economía. (EFE)
Con el refuerzo del cepo el dólar mayorista pierde protagonismo como referencia para la economía. (EFE)

Las últimas restricciones cambiarias que fijan una doble carga impositiva para los ahorristas que quieran comprar dólares y que acotan el acceso de las empresas a divisas oficiales, empujaron a los distintos tipos de cambio formales e informales a un nuevo umbral entre $140 y 150 pesos.

Este techo actual para el dólar no es casual, sino causal y responde a distintos indicadores que son seguidos de cerca por analistas económicos.

1) Agregados monetarios versus reservas. Un informe de IDESA (Instituto para el Desarrollo Social Argentino) apuntó: "el dinero en efectivo, en cuenta corriente, cajas de ahorro y plazos fijos de la gente asciende a $6,3 billones”, mientras que “las reservas del Banco Central están en el orden de los USD 42.500 millones. Esto significa que por cada dólar en el Banco Central, hay $148 en poder de la gente”.

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“Si todos los pesos que dispone la gente se volcaran a comprar dólares, el tipo de cambio en lugar de $75 que fijó el Gobierno tendería a $148. Si bien se trata de una simulación hipotética y extrema, no es casualidad que en el mercado libre se transe el dólar en valores cercanos a esee monto. Dicho de otra manera, la masiva emisión monetaria ha generado una enorme inconsistencia entre la cotización del dólar oficial y la cantidad de dinero que dispone la gente”, señaló IDESA.

La masiva emisión monetaria ha generado una enorme inconsistencia entre la cotización del dólar oficial y la cantidad de dinero que dispone la gente

2) Aumento del circulante. Otro indicador “duro” del sistema financiero es el de la cantidad de dinero en poder del público. Como la demanda de dólar libre y del dólar Bolsa se canaliza con pesos en efectivo o en cuentas a la vista, el incremento de la circulación monetaria incide en similar proporción en el crecimiento de la demanda de divisas por fuera del cepo y también en el aumento del precio.

Desde que rige el cepo duro, con el límite de USD 200 mensual para individuos, la circulación monetaria medida por el BCRA aumentó 81% respecto del 25 de octubre de 2019. En ese lapso el precio del dólar subió a un récord de $147 ó 94% -está 15 puntos por encima del valor de equilibrio, por ende, caro según esta referencia- y el contado con liquidación, un 75% -tendría unos seis puntos de margen para subir-.

3) Salto del dólar oficial. El súper cepo elevó en 35% el precio del dólar al público, por la percepción por adelantado del Impuesto a las Ganancias, y estableció “de facto” un precio de referencia en estos niveles por encima de $132 para la venta.

La intención oficial de encarecer el precio del dólar minorista para equipararlo con las valuaciones alternativas también fijó a la vez un precio de reventa del dólar “ahorro” en el mercado paralelo, en las maniobras denominadas “puré”, que necesariamente requiere un mínimo margen de ganancia que le pone un piso al dólar informal.

La decisión oficial de llevar al dólar al público a una convergencia con el dólar bursátil y el libre sentó un precio de referencia para todo el mercado

Una reducida brecha entre el dólar paralelo y el minorista, retrajo la oferta en la plaza marginal. En las “cuevas” están tomando a la divisa a $141, con lo que las operaciones del “puré” -comprar oficial y vender en el informal- redujo la ganancia a $1.800 cada USD 200, que da poco incentivo para correr el riesgo de desprenderse de las divisas en un contexto devaluatorio y pasarse de una operación lícita a una ilegal.

4) Brecha y déficit fiscal. Un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea detectó una relación entre los niveles de déficit fiscal y de diferencia entre los precios del dólar oficial y los paralelos en un contexto de cepo cambiario recargado.

Jorge Vasconcelos, investigador Jefe del IERAL, recordó que “el cepo que tuvo vigencia entre 2012 y 2015 registró una brecha cambiaria promedio en torno al 45%, congruente con una emisión monetaria destinada a financiar al Tesoro equivalente a 2,8 puntos del PBI por año”.

El cepo que tuvo vigencia entre 2012 y 2015 registró una brecha cambiaria promedio en torno al 45%, congruente con una emisión monetaria destinada a financiar al Tesoro equivalente a 2,8 puntos del PIB por año (Jorge Vasconcelos)

Por eso, para Vasconcelos “no sorprende que la brecha del actual cepo se haya instalado en torno al 70%, ya que en los últimos 12 meses la emisión monetaria con destino al fisco se ubica en torno a puntos del PBI. Para superar la encrucijada, es clave generar un horizonte fiscal y monetario consistente con una reducción de la brecha en el futuro, aunque esto implique llevar la paridad oficial a un nivel más realista”.

En lugar de disminuir por el ajuste del control de cambios, la brecha entre el dólar oficial mayorista y los dólares libres se amplió a la zona del 90%. Esta brecha parece hoy excesiva, aunque podría responder también una expectativa de déficit fiscal mayor al 7% del PBI para 2021.

Un análisis de GMA Capital enfatizó que “todo exceso de demanda de divisas del sector privado se volcaría indefectiblemente hacia las cotizaciones libres en sus diversas variantes. Al mismo tiempo, el ‘dólar ahorro recargado’ con 65% de componente impositivo sobre la cotización oficial ($132) impone un piso alto al spread cambiario. Para tomar una referencia, durante el cepo 2011-2015, con brecha promedio de 40%, solamente el 4% de las jornadas se vio un diferencial superior al 65%”.

5) Cepo a empresas y dólar “liqui”. El BCRA restringió el acceso de empresas al mercado de cambios a un 40% de sus vencimientos de capital de deuda en dólares por el lapso del 15 de octubre hasta el 31 de marzo de 2021. De esta forma, las compañías que no cuenten con divisas en cartera estarán obligadas a refinanciar el 60% de estos pasivos a un plazo de, por lo menos, dos años.

En el mismo sentido, las compañías quedarán en algunos casos forzadas a dolarizarse a través de operaciones de contado con liqui, que son transacciones legales y formales que hoy fijan un tipo de cambio en torno a $142, desde ahora una referencia para las corporaciones más que el tipo de cambio mayorista.

Según estimaciones de la Consultora 1816, hay 20 compañías que tienen vencimientos desde ahora hasta finales de marzo. Los más significativos pertenecen a YPF, que debe USD 416 millones, y a Banco Hipotecario, que enfrenta un compromiso de USD 280 millones.

Ante la imposibilidad de acceder al MULC (Mercado Único y Libre de Cambios) para pagar la totalidad de sus pasivos hasta marzo de 2021, las compañías verían un aumento en su costo financiero (GMA Capital)

Al respecto, GMA Capital resaltó: “ante la imposibilidad de acceder al MULC (Mercado Único y Libre de Cambios) para pagar la totalidad de sus pasivos hasta marzo de 2021, las compañías verían un aumento en su costo financiero. El deterioro se explicaría por el acceso al mercado de capitales para obtener divisas opera un tipo de cambio 70% mayor que el oficial, y por el hecho de que las empresas deben reestructurar forzosamente y afrontar mayores rendimientos por el riesgo asociado”.

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