Las exportaciones agroindustriales siguen siendo vitales para la alicaída economía argentina, sobre todo si se toman sus dos principales complejos, como lo son el de maíz y de soja. Solo los despachos al exterior de estas dos cadenas representaron casi el 50% de las divisas que ingresaron al país en el período que va de abril a agosto del presente año, con una destacada performance de los embarques récord del cereal.
Así lo afirmó un informe realizado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el cual sostiene que las exportaciones de los mencionados complejos totalizaron entre abril (mes en el que comienza la campaña comercial de estos granos) y agosto en USD 10.957 millones. Esto significa que los despachos de los productos pertenecientes a estas cadenas representaron el 46,62% de los USD 24.017 millones que exportó Argentina en ese período. O dicho de otra manera, generaron casi USD 1 de cada USD 2 que ingresaron al país.
Dentro de estas exportaciones, el complejo maicero tuvo un rol destacado logrando un récord histórico con 25,36 millones de toneladas despachadas a agosto por USD 3.447 millones. De esta manera, superó en casi 3 millones de toneladas las exportaciones del año pasado a esta fecha y alcanzó en el octavo mes del año embarques récords por 4,6 millones de toneladas.
Por su parte, el complejo sojero exportó entre los meses citados USD 7.509 millones en total, de los cuales USD 5.400 millones provinieron de las venta de derivados y subproductos, como la harina, pellets y aceite. Sin embargo, el dato destacado provino de las exportaciones de poroto sin procesar, que alcanzaron las 6,22 millones de toneladas por USD 2.109 millones. Este volumen de despachos de materia prima se ubicó como el más alto desde la campaña comercial 2015/16.
Según explicó la entidad bursátil rosarina, “las exportaciones se vieron beneficiadas en el último tramo temporal por los fuertes incrementos que se dieron en los valores de estos commodities luego de que la pandemia de coronavirus golpeara a los futuros del mercado de Chicago”, sumado a “la influencia de la demanda de China”, lo cual apuntaló “enormemente” las cotizaciones, especialmente de la soja.
Por ejemplo, si se toma en cuenta el cierre de la semana pasada en el mercado de Chicago, se puede ver que el contrato de noviembre de la oleaginosa escaló USD 17,5 en solo siete días y USD 47,6 en un mes hasta los USD 383,42 la tonelada. Este valor se redujo en el día de ayer a USD 368,36 la tonelada. Parte de lo anterior se vio reflejado en los precios de la plaza local, donde en esta última semana los valores de la soja pasaron de USD 279,7 el 17 de septiembre a USD 288 al día siguiente y luego retrocediendo hasta USD 279,2 el 24 de septiembre.
Recaudación estatal
De todas maneras, la importancia del campo y la agroindustria no se cuantifica solamente por los dólares ingresados al país vía exportaciones, sino también por el impacto que tiene en la recaudación nacional.
Según un informe de la mencionada entidad bursátil, en 2019 los principales complejos agropecuarios y agroindustriales aportaron en concepto de impuestos nacionales el 20,9% de la recaudación total al alcanzar los 1.144.242 millones de pesos. Esto quiere decir que 1 de cada 5 pesos que ingresaron a las arcas del Estado Nacional, habrían estado explicados por la actividad del campo y la agroindustria. Si ese total se traspola al tipo de cambio oficial de ese año, el aporte aproximado fue de USD 23.719 millones.
Para obtener este cálculo, la BCR contempló en el análisis las cadenas de oleaginosas y cereales, harinas, aceites y demás derivados de su industrialización; el sector bovino, porcino, avícola, lácteo, algodonero, pesquero, forestal, la industria del tabaco, el sector frutícola, hortícola, y las producciones agroindustriales correspondientes a las economías regionales.
Asimismo, se analizaron seis eslabones que forman las cadenas agroindustriales: el sector primario, el sector secundario (manufacturas de origen agropecuario), el sector comercial, el sector transporte, el sector de maquinaria agrícola y los servicios conexos a la actividad, mientras que los impuestos considerados fueron los de mayor incidencia recaudatoria para el Gobierno nacional: Impuesto al Valor Agregado (IVA), derechos de exportación, impuestos a las Ganancias de Sociedades y Personas Físicas e impuestos a los Débitos y Créditos bancarios.
En base a esto, el impuesto de mayor incidencia en el sector fue el IVA que representó cerca del 33% del total recaudado, alcanzando los $380.832 millones. Luego siguieron los derechos de exportación o retenciones con 31% del total por $358.070 millones, y, en tercer lugar, los aportes y contribuciones a la Seguridad Social que explicaron el 19% del total con $214.046 millones. Además, se destacaron el impuesto las Ganancias de Sociedades, con $128.510 millones, al Débito y Crédito bancario por $46.324 millones y a las Ganancias de Personas Físicas con $16.459 millones.
Si este número se desagrega por contribución de los eslabones, se destaca que la producción industrial es el que más aporta en impuestos con $301.500 millones, seguido en importancia por los servicios conexos con $159.252 millones y por la producción primaria, con $130.070 millones.
En cuanto a las retenciones, el complejo que más aportó fue el oleaginoso con $272.122,7 millones, secundado por el sector cerealero con US$ 51.281,9 millones y por el bovino, con $19.103,8 millones.
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