Dólar: qué pueden hacer el Gobierno y el Banco Central para empezar a bajar la brecha cambiaria que supera el 90%

Por ahora, el BCRA prefiere no salir a vender bonos en dólares. Considera que acumular reservas es la única manera de recuperar la confianza de los mercados. Descartan una suba de tasas en el corto plazo

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El ministro de Economía, Martín
El ministro de Economía, Martín Guzmán, y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce.

“En Argentina el dólar nunca baja, sólo retrocede para tomar nuevo envión”. La vieja frase vuelve a resonar en este contexto de reglas aún más rígidas en el mercado cambiario. Son pocos los que hoy apuestan a que los distintos tipos de cambio financieros recorten de manera significativa. Pero todavía hay expectativa por lo que pueda hacer el Gobierno para bajar la brecha cambiaria, que se mantiene arriba del 90%.

Ayer el dólar informal trepó hasta los $ 147 para la venta, tocando nuevos máximos, mientras que el “contado con liquidación” aflojó más de 3% para finalizar apenas por encima de los $ 142. El oficial se sigue ajustando de manera muy gradual, a un ritmo de alrededor de 6 centavos por día y finalizó a $ 79,75 para el minorista.

El propio ministro de Economía, Martín Guzmán, planteó en una entrevista con Infobae que están buscando una disminución de la brecha. La pregunta es si esto podría conseguirse una vez que el mercado termine de digerir las últimas medidas o, por el contrario, hará falta que la ANSES o el Banco Central ayuden a través de la venta de bonos en dólares en el mercado.

Las mayores restricciones cambiarias tienen como objetivo principal que el Banco Central vuelva a acumular reservas. Pero habrá que tener paciencia: hasta ahora aún con un virtual feriado cambiario que bloqueó la compra de dólar ahorro continuó el drenaje, aunque a un ritmo menor

Esta intervención vía bonos ya se utilizó durante el cepo que estuvo vigente durante el gobierno de Cristina Kirchner. El problema es que salir a vender títulos implicaría tirar todavía más abajo las cotizaciones, luego de los derrumbes que se registraron desde que empezaron a cotizar. Las pérdidas acumuladas desde que el Gobierno finalizó el canje de deuda superan cómodamente el 20%. Por eso se especula que no sería el mejor momento para hacerlo.

En el Banco Central se monitorea aún con mucha preocupación cómo se viene comportando el mercado. Una mala noticia es que aún no logró acumular reservas, a pesar de que en los últimos días la demanda de dólar ahorro estuvo paralizada y recién se reanudaría a principios de octubre. Y si bien siguió el goteo de depósitos en dólares, en el directorio de la entidad creen que la situación se terminará de tranquilizar cuando los ahorristas comprueben que los billetes están.

Por otra parte, el titular de la entidad, Miguel Pesce, descarta la posibilidad de una suba de tasas en el corto plazo. “Uno de los pocos triunfos que se puede anotar la gestión es la baja de tasas a la mitad. No tendría sentido ahora desandar ese camino y tampoco está claro si tendría los efectos deseados”, aclaran fuentes de la entidad. Subir el rendimiento de las Leliq a más del 38% generaría además un mayor costo al Banco Central y podría generar más dolores de cabeza que beneficios.

Tampoco hay una decisión tomada sobre la posibilidad de gatillar el swap con China ni de aumentar las reservas a través de un préstamo otorgado por bancos internacionales, conocido como “repo”, aún cuando se trata de dos alternativas que son evaluadas en el Gobierno. Ninguna de estas opciones, se interpreta, harían bajar el riesgo país ni calmar a los mercados. Al contrario, lo más probable es que genera todavía más ansiedad.

¿Qué hay que mirar en el corto plazo para determinar qué puede pasar con el dólar? Sin dudas el comportamiento de las reservas, o mejor dicho la capacidad del Central para empezar a acumular los dólares del comercio exterior, que continúa con un superávit de alrededor de USD 1.500 millones mensuales.

Las mayores restricciones de acceso al mercado cambiario se tomaron justamente para eso. La intención es acumular reservas y por esa vía empezar a bajar la ansiedad de los inversores. Por eso es poco comprensible por qué el BCRA tardó tanto para imponer mayores controles, especialmente en lo relacionado al acceso al dólar ahorro.

La “ventaja” que tiene este cepo en relación a la experiencia anterior es que justamente se parte de un contexto de superávit en la balanza comercial, lo que permite mantener abierta la expectativa de que se logrará el objetivo.

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