Según un informe elaborado por Morgan Stanley al que accedió Infobae, titulado “Searching for a bottom” (buscando un piso), los nuevos bonos soberanos en dólares emitidos para el canje de deuda tuvieron el peor comienzo entre los países emergentes en los últimos 20 años.
Los nuevos bonos en dólares cayeron en promedio un 23% desde la fecha de liquidación del 4 de septiembre, con mermas en todos menos en uno de los días de negociación, destacaron los analistas de Morgan Stanley.
En ese sentido, agregaron que la situación local se compara con Ecuador, que también registró caídas pero 8% menor y donde la caída inicial probablemente estuvo más relacionada con los precios del petróleo, dado que los bonos repuntaron en los días en que los precios del petróleo también subieron. Asimismo, destacaron que el contraste es aún más marcado cuando se analizan las principales reestructuraciones de los mercados emergentes en los últimos 20 años.
“En términos de variación de precios, Argentina tiene ahora el peor desempeño teniendo en cuenta cómo se negociaron todos los bonos después de la fecha de liquidación inicial. En primer lugar, el bajo rendimiento se produce a pesar de uno de los mayores rendimientos de salida del 11-12% y uno de los precios de los bonos más bajos. En segundo lugar, el único bono que finalmente tuvo un peor desempeño que Argentina fue Grecia en 2012”, analizaron.
Y detallaron que en el caso de Grecia, pasaron 2,5 meses antes de que los bonos cayeran un 50% y alcanzaran un rendimiento del 30%. Según Morgan Stanley, con rendimientos del 13%, Argentina ahora está muy lejos de otros comparables como Ecuador, Angola y Sri Lanka.
¿Qué salió mal?
Los analistas a cargo del informe destacaron que “el mercado sabía que la reestructuración no era la panacea y que los importantes desequilibrios macroeconómicos, principalmente el déficit fiscal, todavía tenía que ser abordado en medio de una recesión global inducida por el COVID-19”.
En tanto, consideraron que con el Presupuesto de 2021 mostrando una déficit del 4,5% frente a un 4,7% estimado en 2020, no solo muestra poco voluntad de consolidar los fiscales, sino que también da cuenta de un déficit continuo.
“El impulso de confianza requerido no se ha producido y puede que tampoco llegue en los próximos meses. Esto significa que los precios de los bonos pueden permanecer bajos o incluso empeorar en el corto plazo, manteniéndonos neutrales”, plantearon en el informe.
Según Morgan Stanley, las opciones positivas permanecen sobre la mesa, pero es poco probable que el Gobierno recurra a ellos por ahora. Entre las variantes para la recuperación mencionaron un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de lo esperado que contemple un plan macroeconómico para restaurar la confianza. Y un fuerte compromiso desde el punto de vista fiscal.
La senda de consolidación también jugaría un papel positivo si se recorriera un camino hacia un tipo de cambio oficial más determinado por el mercado y una relajación de los controles de capital
La senda de consolidación también jugaría un papel positivo si se recorriera un camino hacia un tipo de cambio oficial más determinado por el mercado y una relajación de los controles de capital.
En otro orden, Morgan Stanley afirmó que los Credit Default Swaps (CDS) a cinco años son una opción atractiva atractivos. “Si se agrega un riesgo de forma gradual, el bono Global 2041 y potencialmente los CDS a 5 años lucen atractivos”, destacó en el informe. Y añadió que si estos instrumentos empiezan a cotizar de manera más activa y por arriba del 20%, tendrían un nivel interesante para vender protección de los CDS.
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