IFE: ¿habrá que trabajar para cobrar el bono de $10.000 que paga la Anses?

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, dijo que en su opinión el plan debería estar asociado a una contraprestación

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Daniel Arroyo, ministro de Desarrollo
Daniel Arroyo, ministro de Desarrollo Social

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, dijo hoy que “es evidente que hemos tenido un aumento de la pobreza” y que la prioridad será “recuperar a los que, en el medio de la pandemia, se transformaron en sectores pobres y no lo eran”. En tanto, Arroyo manifestó que las prestaciones sociales como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) “tienen que estar asociadas al trabajo” como con “capacitarse en oficios y terminar la escuela”, y precisó que el pago del IFE 4, la cuarta edición del pago, “se está estudiando”.

“Todo está en evaluación. Más allá de las miradas que cada uno tenga, hay que cruzar la cuestión fiscal y las condiciones económicas. Pero todo está en evaluación. El Presidente ha generado políticas con asistencia alimentaria y con el IFE, pero hoy no está definido cómo se sigue. Y se está debatiendo en el mundo la Renta Básica Universal pero no hay condiciones fiscales hoy para darla en Argentina”, afirmó el ministro Arroyo.

“No puedo dar opiniones sueltas porque el Gobierno está estudiando las alternativas, pero está claro que los planes sociales deben estar asociados al trabajo, con capacitaciones en oficios y posibilidad de terminar el secundario”, agregó.

No puedo dar opiniones sueltas porque el Gobierno está estudiando las alternativas, pero está claro que los planes sociales deben estar asociados al trabajo, con capacitaciones en oficios y posibilidad de terminar el secundario

La Anses, el organismo a cargo del IFE, dijo que anunciará la continuidad del programa antes del final de septiembre.

“El plan de salida es trabajo. Cualquier plan social como el IFE debe consistir en un ingreso de base con contraprestación, que sería trabajo, capacitación en oficios y/o terminar la escuela secundaria”, aseguró el ministro sobre lo que se podría venir a partir de octubre y que “está en discusión”.

En cuanto al impacto económico de la pandemia, Arroyo admitió que espera que los indicadores sociales empeoren sustancialmente. El cuarto pago, que arrancaría en octubre, todavía no está decidido.

“Es evidente que hemos tenido un aumento de la pobreza”, dijo Arroyo en declaraciones formuladas esta mañana a la radio La Red al ser consultado sobre su previsión en relación a las estadísticas sobre la evolución de la pobreza en el primer semestre del año, que dará a conocer el próximo 30.

En este sentido, el ministro señaló que los sectores de la población que se encuentran actualmente bajo la línea de pobreza son “los que ya lo eran, a los que se les sumaron los que se le pararon las changas por la pandemia, y la gente que, con un trabajo formal, terminó igual en un merendero porque no le alcanza”.

En ese marco, Arroyo manifestó que “la primera tarea es recuperar a los que en el medio de la pandemia se transformaron en sectores pobres y no lo eran”.

El plan de salida es trabajo. Cualquier plan social como el IFE debe consistir en un ingreso de base con contraprestación, que sería trabajo, capacitación en oficios y/o terminar la escuela secundaria

Arroyo sostuvo que existen “tres generaciones de pobreza estructural, es decir, pobreza intergeneracional en una misma familia”, por lo cual “el desafío es doble: recuperar a los que han caído en la pandemia, pero también a los que ya venían con esta situación”.

Por otra parte, analizó que, “sacando el tema del trabajo y el coronavirus, los otros dos problemas más grandes son el costo de los alimentos y el sobreendeudamiento de las familias”.

En tanto, el ministro indicó que hay “500 comedores donde antes de la pandemia analizamos la situación nutricional” pero que tras la llegada del coronavirus al país “nos pusimos a contar personas”.

Es evidente que hemos tenido un aumento de la pobreza

“La cantidad de asistentes aumentó, pero baja un poco cuando se carga la Tarjeta Alimentaria, y en algunos casos hubo un poquito más de movimiento de changas de construcción y textil”, indicó Arroyo.

En este punto, señaló que estas fluctuaciones “dependen mucho de las aperturas en las distintas regiones”.

“No obstante, está claro que en el segundo trimestre de este año estuvo más cerrada la actividad”, finalizó Arroyo.

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