Como resultado de las nuevas trabas cambiarias anunciadas la semana pasada, la imposición de una percepción del 35% a cuenta de Ganancias y Bienes Personales para todas las compras de divisas, el valor del peso argentino perdió terreno en Uruguay, uno de los destinos turísticos y de negocios más concurridos por argentinos. El valor que toman bancos y casas de cambio de Punta del Este y otros destinos orientales por el peso argentino equivale ahora a $ 311 por cada dólar, más del doble de lo que vale el dólar libre en la City porteña o un 137% más del cambio que cobran los bancos por consumos con tarjeta de crédito.
El tipo de cambio de dólar contra pesos argentinos informado por el Banco República Oriental del Uruguay (BROU) llegó esta semana a los $311 por unidad, un salto del 15% respecto de su valor de principios septiembre, cuando rondaba los $270.
Uruguay se debate hoy entre la posibilidad de apostar por la mejor temporada veraniega posible o mantener cerradas las fronteras. Con sus dos grandes vecinos, Argentina y Brasil, seriamente afectados por la pandemia de coronavirus COVID-19 el presidente Luis Lacalle Pou puso en duda si se permitirá el ingreso desde países limítrofes este verano. La decisión llegaría dentro de dos meses.
En ese contexto en el que el turismo en Uruguay es prácticamente inexistente, las cotizaciones del peso argentino y el real brasileño son prácticamente teóricas. Casi no hay operaciones cambiarias que involucren a esas monedas.
“Si finalmente se abren las fronteras y esas monedas se empiezan a operar en casas de cambio vamos a ver realmente a qué precio se hace. Hoy no hay, la verdad, un mercado”, dijo el dueño de una casa de cambio con presencia en Punta del Este a Infobae.
El dólar en el BROU cotizaba a principios de agosto cerca de los $270 pesos argentinos, nivel que conserva todavía en casas de cambio y bancos privados en muchas partes de Uruguay. El salto que lo lleva por primera vez por encima de los $300 se explica por las recientes trabas cambiarias argentinas.
El martes de la semana pasada el Banco Central impuso una percepción del 35% a cuenta del Impuesto a las Ganancias o a los Bienes Personales para la compra de divisas para ahorro y consumos en moneda extranjera, además de establecer nuevos límites para el acceso al mercado cambiario.
Si finalmente se abren las fronteras y esas monedas se empiezan a operar en casas de cambio, vamos a ver realmente a qué precio se hace. Hoy no hay, la verdad, un mercado
Así, el dólar para ahorro y el tipo de cambio al que se cobran consumos en moneda extranjera con tarjetas de crédito pasó a estar gravado con el 30% de Impuesto PAIS establecido el año pasado y esta nueva precepción al mismo tiempo. Pasó de valer $101 a costar $131 como resultado de la decisión de la entidad conducida por Miguel Pesce.
El precio de $311 por dólar, o su equivalente para la compra de pesos uruguayos, es el que surge de operaciones con dinero en efectivo. En el caso de que argentinos con tarjetas emitidas en su país de origen recurrieran al mercado cambiario uruguayo, el precio por dólar quedaría por cuenta de su banco, con lo cual sería similar al local.
El año pasado, el sector turístico de Uruguay en general y de Punta del Este en particular se vio sacudido por la creación del Impuesto PAIS a las operaciones cambiarias. Temerosos de perder el flujo de turistas del país limítrofe, los comerciantes diseñaron distintas alternativas para abaratar el tipo de cambio, como la emisión de tarjetas prepagas que permitían evitar ese tributo.
Este año, la pandemia de coronavirus COVID-19 cambió el escenario y todavía no está definido si habrá temporada de verano tradicional.
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