En los últimos tres meses se hizo evidente la necesidad de la intervención del Banco Central en el mercado de cambios para equilibrar la oferta y evitar un salto cambiario a ritmo más acelerado.
Está claro que es una estrategia de la entidad el mantener un gradual ritmo de devaluación del peso para moderar la inflación, pues en muchos precios de la economía tiene alta incidencia el componente importado en la fabricación del producto final.
Un dólar más caro presionaría al alza de la inflación. En lo que va de 2020, el IPC que mide el Indec aumentó un 19%, mientras que el tipo de cambio oficial para el comercio exterior de exportación e importación subió 26%. No obstante, en una comparación interanual, la inflación le sacó ventaja a la devaluación: en doce meses aumentó un 41%, mientras que el dólar mayorista se encareció 33%, significó la apreció del peso en casi 6 puntos porcentuales.
Las ventas de divisas del BCRA frenan la suba del dólar y también absorben liquidez excedente
Un complemento de esta estrategia resultó ser el de la venta de dólares que efectúa el BCRA, pues estas posturas no solo frenan a la cotización que rige el comercio exterior, si no que además sirven para absorber pesos de la plaza financiera y retirarlos de la demanda de bienes y servicios.
Más allá del efecto inmediato para moderar precios, el sacrifico de reservas tiene elevados costos. Con activos externos debilitados, el BCRA debilita día a día su capacidad para intervenir en el mercado y las expectativas de devaluación se acrecientan para los próximos meses.
En los tres meses transcurridos entre el 18 de junio y el 14 de septiembre, el BCRA acumuló un saldo neto negativo de unos USD 2.943 millones por su intervención cambiaria: en el tramo final de junio el saldo neto fue de unos USD 99 millones, más ventas netas por USD 586 millones en julio; USD 1.279 en agosto y otros USD 979 millones en la primera parte de septiembre.
En consecuencia, la absorción monetaria por estas intervenciones fue de unos $6.952 millones en las últimas diez ruedas operativas de junio, más $40.535 millones en julio; $93.656 millones en agosto, y otros $72.979 millones en septiembre. Totalizan unos $214.122 millones en los últimos tres meses.
Desde junio, con la venta de dólares el BCRA absorbió la mitad de los pesos emitidos para asistir al Tesoro
De esta manera el sacrificio de reservas se convirtió desde mitad de año en la principal vía de absorción monetaria, frente a giros del BCRA al Tesoro por unos $440.000 millones desde mediados de junio, por Adelantos Transitorios y Transferencia de Utilidades. Cabe señalar que en lo que va del año, la asistencia del BCRA al Tesoro se aproximó a 1,6 billones de pesos.
Con esta emisión, contrarrestada en parte por la venta de divisas del Banco Central, la Base Monetaria creció poco menos de $170.000 millones (8%), desde $2.118.509 millones del 18 de junio a $2.287.039 millones el 15 de septiembre. Si no fuera por el sacrifico de reservas, la expansión de Base Monetaria hubiera orillado los $400.000 millones, el doble.
En el mismo sentido, perdieron relevancia los instrumentos creados para absorber el excedente de pesos, por esa emisión del BCRA para cubrir el déficit, como las Leliq y pases.
En los últimos tres meses, las Letras de Liquidez (Leliq, a 28 días de plazo y con una tasa de 38% anual) y los Pases Pasivos (a un día de plazo y tasa del 18,9% anual) se utilizaron principalmente para absorber los propios intereses por la colocación de estos pasivos remunerados, con efecto menor sobre la cantidad de pesos en la calle, que son los que presionan sobre inflación.
Desde mediados de junio, el pago de intereses por Leliq y Pases alcanzó los $180.000 millones, mientras que el stock de estos títulos creció en $295.398 millones, por cuanto el efecto neto de absorción se redujo a unos $115.000 millones, la mitad de lo contraído vía venta de dólares al contado.
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