El Financial Times se hizo eco de la creciente ola de salida de empresas extranjeras de la Argentina, espantadas por las medidas intervencionistas.
“Un número creciente de compañías están recortando sus inversiones en la Argentina o volando del todo, por temor a las movidas crecientemente intervencionistas del gobierno” dice la primera frase de la nota, que define a la administración de Alberto Fernández como “izquierdista”.
La nota, del corresponsal del FT en Buenos Aires, expone la paradoja de que mientras el ministro de Economía Martín Guzmán presentaba el presupuesto 2021 con proyecciones optimistas (inflación de 29%, crecimiento de 5,5%), la compañía chilena Falabella anunciaba su salida del país y el gobierno anunciaba controles de capital aún más estrictos para proteger sus menguantes reservas internacionales.
El altamente influyente diario británico recuerda que el presidente se anotó una “gran victoria” con la reciente restructuración de la deuda, pero que su esfuerzo inicial por reconstruir la confianza de los inversores se frenó a partir de marzo, con la pandemia de coronavirus.
“Es una exageración decir que hay un éxodo masivo, pero las empresas están lidiando con una política que tiene una dirección crecientemente intervencionistas que puede empeorar las condiciones económicas”, dice Keziz McKeague, un asesor de McLarty Associates, una firma de lobby y negocios fundada por Thomas “Mack” McLarty, un amigo y ex asesor del ex presidente norteamericano Bill Clinton, de quien fue también “enviado especial para las Américas”.
Los que se fueron
El FT precisa que salidas recientes incluyen a la autopartista Axalta, la química alemana BASF y las francesas Saint-Gobain Sekurit y Pierre Fabre. Latam, la más grande compañía aérea de América Latina, acota, ya había decidido irse del país en julio.
El artículo no deja de mencionar que el coronavirus fue un fuerte golpe para la economía argentina, “que está aún bajo uno de los más estrictas y largas cuarentenas del mundo”, pero aclara que según analistas e inversores la causa principal de las empresas extranjeras para darle la espalda al país es el intervencionismo estatal que –dicen- “no se ve en otros lado de la región”.
La causa principal para dalle la espalda al país no es el coronavirus, sino el intervencionismo estatal
McKeague, el ejecutivo de McLarty, aclara que tras el fallido intento oficial de intervenir y expropiar Vicentin, es improbable que haya nuevas nacionalizaciones de gran escala, pero añade que los “enormes desafíos” que el propio gobierno impone a las empresas con controles de capital “draconianos”, restricciones a la importación y congelamientos de precios están haciendo que los negocios en algunos sectores, como los de consumo masivo, se vuelvan “crecientemente insostenibles”.
Otro ejecutivo de una multinacional, no citado por su nombre, dice: "con todo lo que está pasando ahora, olvídense que una compañía extranjera haga alguna inversión. Y Alejandro Díaz, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Norteamericana en la argentina señala que los controles cambiarios, de precios y de importación “están profundizando las preocupaciones y planteando dudas sobre el desarrollo de planes de negocios”.
La única compañía citada decidida a quedarse y lugar por su lugar en el mercado argentino es Fly Bondi. Un ejecutivo de su grupo controlante afirma que el gobierno les aseguró que quiere crear un ambiente regulatorio sano y justo
La única compañía citada decidida a quedarse y luchar por su lugar en el mercado argentino es la low cost Fly Bondi, a diferencia de aéreas como Qatar Airways, Emirates y Air New Zealand, que ya decidieron irse del país. “Si, como nos han asegurado, el gobierno crea un sano y justo ambiente regulatorio, seguiremos invirtiendo en la Argentina”, dice Peter Yu, director gerente del Cartesian Capital Group, controlante de Fly Bondi.
Por ultimo, el artículo recuerda las proyecciones del presupuesto 2021, pero las contrasta con la opinión de economistas para los cuales el 29 % de inflación estimado para 2021 es demasiado optimista teniendo en cuenta la masiva emisión monetaria de los últimos meses, lo que hace temer que el endurecimiento de los controles de capital “solo demora la eventual devaluación”. Al respecto, concluye citando al economista Luis Secco: “sólo están comprando tiempo”.
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