El equipo económico avanzó en las últimas semanas en su hoja de ruta que partió del primero objetivo de aliviar el frente financiero con la renegociación de los plazos de pago de la deuda pública externa e interna con el sector privado; siguió con la presentación en tiempo el Presupuesto 2021 con proyecciones para el trienio, y le queda la tarea de repactar los vencimientos con los organismos internacionales.
“Respecto a los pagos de principal al Fondo Monetario Internacional (USD 3.735 millones) y Club de París (USD 2.100 millones), se asume la postergación de los vencimientos más allá de 2023. Los pagos de servicios de intereses y de principal del resto de Organismos Internacionales y Bilaterales y de intereses al Fondo Monetario Internacional y el Club de París por un total de USD 4.700 millones serán financiados, mayormente, mediante nuevos desembolsos por parte de Organismos Internacionales y Bilaterales”, destaca el Mensaje de Presupuesto, asumiendo de que se trata de un mero trámite administrativo.
Sin embargo, la coyuntura económica no parece transitar por un camino llano y, por tanto exento de dificultades, que asegure una rápida negociación de los compromisos con los funcionarios del FMI, y que se acelere el proceso de reactivación tras una nueva depresión del PBI, como casi 20 años antes, aunque ahora con un alto componente derivado de las medidas preventivas de la pandemia del COVID-19, pero también por decisiones de política económica y un escenario político que disparó más tensiones en el mercado de cambios, con más regulaciones que involucraron a las empresas endeudadas con el resto del mundo y aumento de impuestos.
La coyuntura económica no parece transitar por un camino llano y, por tanto exento de dificultades, que asegure una rápida negociación de los compromisos con los funcionarios del FMI, y que se acelere el proceso de reactivación tras una nueva depresión del PBI, como casi 20 años antes
No obstante, la vicejefa de Gabinete de Ministros de la Nación, Cecilia Todesca, dijo sobre el cierre de la semana: “la economía en el 2020 ha tenido un golpe enorme debido a la pandemia por el coronavirus, sumado a que veníamos de dos años terribles en la Argentina, pero vamos a salir, haciendo lo que los argentinos y las argentinas sabemos hacer: producir. No estamos viendo otra película, vemos la misma que la gente. Hacemos un enorme esfuerzo y sabemos que el empleo no se genera cuando se baja el costo laboral, sino cuando se produce más”.
Frente a ese escenario, Infobae entrevistó a Diana Mondino, economista, profesora de la Universidad del CEMA, para conocer su mirada sobre la situación presente y futura de la Argentina, en particular en lo vinculado a las medidas cambiarias y los lineamientos del Presupuesto plurianual.
- En la última entrevista que le hice antes de la irrupción de la pandemia del COVID-19 y del inicio del ciclo de larga cuarentena, destacaba: “se debe cambiar la política fiscal, no se puede pagar impuestos por existir”, ¿justifica la situación sanitaria lo hecho por el Gobierno desde entonces, o hubiese sido una oportunidad para reasignar partidas, dado el exceso de gastos?
- ¡¡Claro que “no se puede pagar impuestos por existir”!! Locales cerrados, industrias paradas, hoteles y restaurantes vacíos, todos deberían pagar impuestos como si estuvieran en actividad. No tiene sentido. Peor aún, los anticipos de impuestos parten de la base que se tienen ingresos similares a los del año anterior. Al mismo tiempo, las partidas de gastos han aumentado, lo que sí es comprensible por el auxilio indispensable para familias y empresas por la pandemia. No se han reasignado partidas -que yo sepa- sino que muchas ya habían aumentado en diciembre 2019, por encima del presupuesto de ese momento, apoyados en la Ley de Emergencia.
- ¿Con el índice de riesgo país por arriba de 1.200 puntos alguien que no sea el ministro Martín Guzmán puede decir que la deuda pública es sostenible?
- Sostenible quiere decir que no aumenta respecto a la situación inicial. La famosa “Regla de Oro” es que la tasa a pagar no puede ser superior al crecimiento de la economía. ¿Hace falta alguna aclaración más?
- Entonces no es financiable un déficit fiscal primario de 4,5% del PBI y final que se presupuesta en 6% del PBI en 2021?
- Financiar un déficit siempre aumenta la deuda, aunque la tasa fuera cero. Justamente si hay déficit es porque no alcanzó el dinero para pagar. Otra pregunta es si alguien querrá prestar a esa tasa fondos adicionales, ya que sólo podrá cobrar cuando haya perspectivas de superávit operativo. Además, hay que ir pagando parte de la deuda… o renovarla (sin fondos frescos). El superCepo no ayuda porque nadie querrá comprar más bonos argentinos con semejantes limitaciones. Por las dudas, aclaremos que financiar con emisión también es deuda del Tesoro con el BCRA. ¡Que nunca se pague es otra cosa! Tengo un amigo que dice: si el atajo fuera bueno, no existiría el camino.
El superCepo no ayuda a financiar el déficit fiscal porque nadie querrá comprar más bonos argentinos con semejantes limitaciones
- El ministro Daniel Arroyo dijo pocos días atrás: “vemos un rebote de la economía, en las últimas tres semanas de agosto hubo más changas” ¿es un buen indicador?
- La economía informal es muy fuerte en países en desarrollo que tienen el gran desafío de crear oportunidades de trabajo de mayor productividad. En la Argentina co-existen dos tipos de economía informal: aquellas tareas que podemos asimilar a las temporarias y de baja capacitación, como las changas, y otras que son de mucha mayor complejidad pero que están por debajo del radar impositivo. Es bueno que se reactive todo tipo de actividad pero si las que se reactivan son las que no pagan impuestos es imposible mantener el gasto público.
Hemos llegado sin escalas a una “economía dual” donde coexisten sectores dedicados al mercado local, casi de subsistencia, y otros que podrían competir en una economía global. Nos hemos metido en una trampa de la que es difícil salir. Si el sistema impositivo trata a ambos sectores por igual, nunca podrán progresar los de menores recursos. Y si los tratamos en forma diferencial, cobrando mucho más a los formales, no hay incentivos para formalizarse y dejar las changas o dejar de evadir impuestos. Esa es una razón adicional por la que hay que modificar y simplificar nuestro sistema impositivo.
- ¿Qué piensa de la política cambiaria y el superCepo? ¿Es sostenible una brecha de más de 100% entre los pesos por dólar que recibe un productor agropecuario y lo que se paga por el cupo para ahorro y más a través de los canales oficiales alternativos?
- Tuvimos una devaluación sin ninguno de los beneficios y generando problemas adicionales. Es injusto e ineficiente. Hay múltiples precios para un solo bien, no hay mecanismos para ahorrar (el que pudiera), el sector privado está casi obligado a defaultear, el mercado de capitales va quedando del tamaño de un maní. Se da por sentado que las divisas son del gobierno y no de quien exporta. Lo peor es que es un sistema que hace imposible reconstruir el nivel de reservas. Se cerraron varias ventanillas de entrada de dólares. Al curar el default se mantenían abiertas las puertas para las empresas. Ahora, con el superCepo están forzadas a renegociar deudas o “romper el chanchito”. Así, no salen divisas pero tampoco entran. Más importante aún: ¿Cómo crecer en exportaciones si los costos empeoran? Las importaciones son las únicas beneficiadas con este sistema. Crucemos los dedos para que no haya demasiado amiguismo al otorgar los permisos de importación.
Se cerraron varias ventanillas de entrada de dólares. Al curar el default se mantenían abiertas las puertas para las empresas. Ahora, con el superCepo están forzadas a renegociar deudas o ´romper el chanchito´
- En la Argentina la presentación del Presupuesto se ha constituido en un mero trámite administrativo y legal más que en una hoja de ruta y de propuestas comprometidas de política económica por parte del Poder Ejecutivo, para que luego sea debatido y aprobado por el Poder Legislativo. ¿Cree que ahora tiene características que lo hacen diferente?
- Las principales normas de un país son la Constitución y la Ley de Presupuesto. Veo a ambas muy debiluchas en su respeto y cumplimiento. Hay una enorme discrecionalidad del Poder Ejecutivo Nacional que puede reasignar partidas libremente. Lleva mucho trabajo hacer un presupuesto y se tira por la borda si al mismo tiempo se modifica por decreto la coparticipación de impuestos, se aplaude que se vayan empresas del país y seguimos esperando las 60 medidas, que -justamente- deberían estar claras en el presupuesto. Hay sectores importantes en el limbo, como el de conocimiento o biodiesel, ni hablar de energía. Creo que se hizo pensando en los efectos positivos de la reestructuración de la deuda. Un país con pocos recursos debería dejar claros los lineamientos y plantear cuidadosamente sus prioridades. Eso sí, tenemos un presupuesto con “perspectiva de género”…
- ¿Qué le parecen los supuestos macroeconómicos, mantienen la característica de la mayor parte de los últimos 20 años de mostrar incongruencias entre aumento del PBI, inflación, recaudación y financiamiento?
- Insisto: aún no se discutió y ya quedó obsoleto con el nuevo superCepo, que posiblemente modifique diversas variables (inflación, tasa, crecimiento, saldo comercial, etc.). El presupuesto es una ficción. Lo más sorprendente es que en el presupuesto se espera un crecimiento en recaudación en términos reales. Es difícil creer que el sector privado pueda pagar mayores impuestos, especialmente viniendo de un año tan malo como 2020.
- De la proyección de aumento de plurianual del PBI hasta 2023 se desprende que el Gobierno no tiene como meta bajar aceleradamente el nivel de pobreza, porque la reactivación que proyecta luce modesta después de una fuerte depresión…
- Es un tema muy relevante: Si hubiera una nueva moratoria para jubilados no es fácil ubicarlo en el presupuesto plurianual. No se observa que el gasto social se haya orientado a actividades productivas. Algún crecimiento habrá ya que el nivel 2020 es bajísimo. No creo que la inflación ceda y aunque así fuera es imposible que los salarios reales suban ya que continuamente subimos el costo del capital (sólo con capital barato puede haber salarios altos). Las empresas, especialmente las pymes, se han quedado sin financiación, no les será fácil crecer y contratar más gente.
No creo que la inflación ceda y aunque así fuera es imposible que los salarios reales suban ya que continuamente subimos el costo del capital (sólo con capital barato puede haber salarios altos). Las empresas, especialmente las pymes, se han quedado sin financiación
No olvidemos que las provincias también tienen serios problemas financieros que, nuevamente, el superCepo ha complicado. Si siguen actuando de esponjas absorbiendo más gente en empleo de dudosa eficiencia sólo empeorarán el problema. La pobreza sólo se reduce con mayor producción y aumento de productividad. Creo que sería más útil cambiar el enfoque y en lugar de subsidiar el desempleado, dedicarse a mejorar sus capacidades. En lugar de cobrar impuestos a las empresas para entregar planes con esos fondos, sería más lógico bajarle los impuestos a la empresa que contrate. El costo fiscal es el mismo, pero el resultado económico es radicalmente diferente: la empresa crecería y la persona tendría un trabajo en lugar de un plan.
- ¿Qué rol le asigna el Presupuesto al papel del Banco Central, tanto en materia cambiaria, como en el uso de los instrumentos de regulación monetaria y financiamiento al Tesoro?
- El Banco Central es el marido que paga la tarjeta de crédito de la esposa dispendiosa. (Se ríe). La función del BCRA es dar estabilidad a la moneda, pero se ha resignado a financiar mansamente los gastos del Tesoro. Aún cuando tuvieran razón quiénes dicen que la emisión no genera inflación, la contabilidad nunca se equivoca: si la emisión (un pasivo) aumenta pero no crecen las reservas en divisas (el activo)… tenemos un problema. Quien diría que hasta las Leliq ya son un problema secundario.
- ¿Cómo imagina que termina este año y en cuánto condicionará la política económica de 2021?
- Lo más importante es evitar la anarquía social. No hay respeto por las leyes. Hay anomia generalizada. Estamos cerca de una revolución, pero “al revés”: la gente que está en la calle pide respetar la Constitución y es el propio gobierno quien quiere actuar como un partido único y sin división de poderes. El efecto de la cuarentena ha debilitado notablemente la economía. Veníamos mal y empeoramos. El déficit que tengamos en 2020 inevitablemente deberá ser revertido ya que no hay forma de financiarlo. Si cerrar el déficit fiscal de 8% del PBI en 4 años de Macri fue doloroso, no imagino lo que será cerrar el que nos quedará post-cuarentena. Por suerte siempre tendremos la posibilidad de volver a crecer vía exportaciones. Hasta ahora se han tomado medidas contrarias (retenciones, limitaciones a circular, etc.). Aún así, no pierdo las esperanzas.
Si no fuera por la meritocracia, ¿cómo se elige a los científicos de Conicet o se llega a Presidente? Si no fuera por la meritocracia, ¿cómo se supera la lotería del nacimiento? Con meritocracia los mejores pueden progresar, hay premios al esfuerzo y a los buenos resultados
- Una reflexión final: ¿Qué opina sobre la meritocracia, contribuye o desalienta el desarrollo de una Nación?
- Si no fuera por la meritocracia, ¿cómo se elige a los científicos de Conicet o se llega a Presidente? Si no fuera por la meritocracia, ¿cómo se supera la lotería del nacimiento? Con meritocracia los mejores pueden progresar, hay premios al esfuerzo y a los buenos resultados, gracias a eso hay buen fútbol o conjuntos de rock. A los buenos, cada uno en lo suyo, les tenemos confianza en su tarea y les va bien. Es obligación de un gobierno mantener la cancha en condiciones en lugar de inclinarla cada vez más. Difícil que una Nación se desarrolle si dependemos del “dedo de los de arriba”. Sin meritocracia sólo les va bien a los que dependen del poder.
Fotos: Martín Rosenzveig
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