Además de poner límites al dólar ahorro y a los consumos en moneda extranjera, las nuevas normas cambiarias también apuntan contra las compras de divisas que hacen empresas para poder pagar deudas en dólares que contrajeron en el pasado. Es una de las canillas por la que más reservas perdía el Banco Central.
En los últimos meses, las empresas apuraron la compra de divisas para cancelar deuda, por temor a trabas como las que surgieron hoy. En los hechos, la entidad conducida por Miguel Pesce no agrega ninguna nueva norma que impida el pago de deudas. Pero desde que en septiembre del año pasado se impusieron los controles de cambios, el Central se arrogó la potestad de prestar o no conformidad previa a cada operación cambiaria de las empresas. Esa atribución del BCRA será la herramienta para aplicar más controles.
En su comunicado, el BCRA señaló que “en línea con los esfuerzos del Estado Nacional” en la renegociación de su deuda, "estableció los lineamientos bajo los cuales las empresas del sector privado podrán iniciar un proceso de renegociación de sus respectivos pasivos externos, que permita acomodar su perfil de vencimientos a las pautas requeridas para el normal funcionamiento del mercado de cambios”, explicó el BCRA en un comunicado.
La estrategia de las empresas que se deshacen lo antes posible de deuda en dólares es resultado de duras lecciones aprendidas, por ejemplo, en la salida de la convertibilidad.
“Bajo este nuevo marco, se invita a las empresas del sector privado a mantener el proceso de desendeudamiento en moneda extranjera en curso, a un ritmo que resulte compatible con las necesidades de divisas de la economía y la estabilidad cambiaria”, agregó la comunicación oficial.
De esa manera, a pesar de ese amable tono de “invitación”, el Banco Central podrá negarle una parte de los dólares a aquellas firmas que tengan que cancelar obligaciones y que éstas deberán reestructurar el saldo que no puedan pagar. La "invitación” del Central incluirá, seguramente, pedirle a muchas de esas empresas que usen los dólares que tienen en el exterior.
Una salvedad importante es que esa decisión se aplicará a las empresas con vencimientos superiores a 1 millón de dólares en un mes. En base a la legislación que el BCRA viene aplicando, con la controversial Comunicación A7030 y sus modificaciones, se entiende que las empresas tendrán asegurado el acceso en el mercado a ese millón de dólares mensual para afrontar sus pagos.
“El marco establecido se enfoca sobre las empresas con vencimientos mensuales superiores a 1 millón de dólares, incorporará un período de gracia para el trámite de las renegociaciones con los acreedores y considerará la posibilidad de la cancelación de hasta el 40% de los vencimientos de capital, en línea con lo realizado por las principales empresas del sector privado”, agregó.
Desde el comienzo de la gestión de Miguel Pesce, en el Banco Central sonaban advertencias acerca de que una parte sustancial de la demanda de dólares venía del apuro de las empresas por precancelar sus deudas en el exterior, por temor a una mayor devaluación o a restricciones cambiarias más duras. Ambas cosas, en forma paulatina, fueron llegando.
En julio, los pagos netos de deuda financiera con el exterior representaron una salida de USD 492 millones. Este total "se explicó por cancelaciones netas de deuda local por USD 389 millones, y de títulos de deuda y deuda financiera del exterior por USD 102 millones”, consignó el informe del mercado de cambios del BCRA, correspondiente al mes de julio. En ese mismo mes, el dólar “solidario” le costó al BCRA USD 740 millones.
Según los operadores bancarios, la mayor parte de la deuda a cancelar son obligaciones negociables -como se llama en la jerga financiera a los bonos emitidos por empresas- pero también hay líneas de financiamiento en dólares tomadas con bancos.
La estrategia de las empresas que se deshacen lo antes posible de deuda en dólares es resultado de duras lecciones aprendidas, por ejemplo, en la salida de la convertibilidad. Desde entonces, cuando muchas organizaciones vieron saltar el costo de sus obligaciones ante la suba del dólar, los reflejos de los gerentes financieros están muy aceitados. Un recordatorio de la importancia de moverse rápido lo tuvieron el año pasado, cuando las primeras medidas de control de cambio dificultaron el pago de vencimientos de bonos corporativos regidos por la ley local.
Seguí leyendo: