“¿Quién es el genio al que se le ocurre decir ´poné que es realista el presupuesto, con eso nos van a creer más´”?, se preguntó el economista Guido Lorenzo, de la consultora LCG, en su cuenta de Twitter, luego de que desde el Ministerio de Economía dejaran trascender algunos números del Proyecto de Presupuesto y un texto que afirma que las pautas son realistas.
Si hay algo en lo que la mayoría de los analistas económicos coincide es en que las estimaciones fijadas en la iniciativa son poco creíbles y que reflejan una clara subestimación de los ingresos. Otros, sin embargo, refutan esta idea diciendo que lo demuestra el Presupuesto 2021 es que el año próximo será de resistencia y de tener todas las variables pisadas.
De acuerdo con los números que el ministro de Economía, Martín Guzmán, oficializó esta tarde ante los medios, la economía crecería el año que viene 5,5%; la inflación será del 29% y el dólar se ubicará, en diciembre, en $ 102,4. A su vez, la política del gasto será expansiva, con un fuerte componente de obra pública, y el déficit fiscal bajará será del 4,5% del PBI.
Consultado por Infobae, Lorenzo aclaró que “las pautas macro son inconsistentes en términos de inflación”, ya que pone en duda que de un nivel de entre 35% y 40% que terminará este año, en 2021 pueda bajar a 29% sin ningún tipo de plan. “Además, el tipo de cambio va a correr menos que la inflación, por lo que uno puede deducir que la política antiinflacionaria es el atraso cambiario”, agregó.
Sobre el nivel de actividad, sostuvo que el 5,5% refleja un “sendero recuperación muy lento”, luego de una caída prevista para este año del 12,1%, y “el déficit primario de 4,5% del PBI es un desafío en términos de financiamiento, por lo que o se reasignarán partidas o aumentarán los impuestos”.
Para el consultor económico Hernán Hirsch, “es un presupuesto que refleja un gobierno que ha optado por priorizar la recuperación económica con una política fiscal de gasto público expansiva, que buscará maximizar su impacto en el nivel de actividad mediante una política cambiaria de suave deslizamiento del dólar”. “Se buscará evitar una fuerte devaluación con un endurecimiento cambiario”, dijo.
El analista avizora en el Gobierno una intención de que el tipo de cambio y los precios vayan en la dirección deseada por el gobierno, y esa intención explica el endurecimiento cambiario anunciado esta noche.
“Hoy están endureciendo el cepo y trabando todo un poco más. El presupuesto incluso puede ser un instrumento: subestimando inflación y recursos, podes gastarte el excedente”, manifestó el economista de FIEL, Juan Luis Bour, al agregar que “subestiman para tener mas recursos discrecionales. Y pisan precios y uso de dolares porque se quedaron sin reservas. Es una economía cada vez mas de comando y control, o de descontrol”.
Federico Furiase, de EcoGo, coincidió con quienes sostienen que los números del Presupuesto no son consistentes. Para él, la cifra de inflación y de dólar proyectada implica que el gobierno pudo estabilizar la macro y las variables nominales y generar un shock de confianza que le permita salir del círculo vicioso en el que está metido ahora en términos del déficit fiscal, el aumento de la emisión, el crecimiento del stocks de las Leliqs, el aumento de la brecha y la pérdida de las reservas. “Las últimas medidas van en sentido de aumentar las restricciones, pero no hay nada que se esté haciendo para generar ese shock de confianza”, sostuvo Furiase.
También opinó sobre los datos conocidos del Presupuesto el economista Martín Kalos, de EPyCA Consultores. Por Twitter, sostuvo que “el crecimiento previsto para 2021 es moderado, frente a semejante caída en 2020, y estará motorizado por la inversión (parte de un piso ínfimo) y las exportaciones (rebote mundial)”.
En materia de inflación, planteó que la estimación de que este año cierre en 32% implica que de agosto a diciembre los precios deberían subir un promedio de 2,85% y, por ende, habrá mucha calma en precios regulados y el dólar. Sobre el 29% para el año próximo, Kalos remarcó que la inflación prevista en el Presupuesto “suele ser un piso realista”, ya que “la técnica de presupuestación exige cautela: si se previera una inflación más alta, también tendría que estimar tener más ingresos, lo cual es un riesgo”.
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