El Gobierno ajusta detalles para el regreso de los vuelos el 1º de octubre

Paola Tamburelli, de la ANAC, dio precisiones en un encuentro con representantes de las aerolíneas. Aclaró que la fecha estará sujeta a la decisión final de las autoridades sanitarias y del Poder Ejecutivo

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Aviones de pasajeros de Aerolíneas
Aviones de pasajeros de Aerolíneas Argentinas están estacionados en el Aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires (REUTERS/Agustín Marcarián)

El Gobierno avanza en la reanudación de los vuelos comerciales a partir del próximo mes. Así lo confirmó Paola Tamburelli, la titular de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC): Estamos trabajando para que el 1º de octubre sea el regreso para los vuelos regulares, tanto domésticos como internacionales”, aseguró en un seminario online con representaciones del sector aeronáutico.

Sin embargo, la funcionaria aclaró que la fecha estará sujeta a la decisión final de las autoridades sanitarias y de las máximas autoridades del Poder Ejecutivo. “Hay que tener en cuenta que, por la dinámica propia del virus, la situación sanitaria varía de provincia en provincia”, explicó Tamburelli.

Hay que tener en cuenta que, por la dinámica propia del virus, la situación sanitaria varía de provincia en provincia

Por eso, las autoridades provinciales van a tener poder de decisión en cuanto a recibir o no los vuelos. “Lo mismo sucede con los vuelos internacionales, van a estar condicionados por las restricciones dispuestas por cada Estado”, agregó.

La funcionaria destacó que el retorno de los vuelos es una “prioridad” y que se trabajó en una planificación sólida; por lo tanto, está todo listo para esta reanudación de los vuelos comerciales. “Es indispensable restablecer la conectividad en la Argentina. Pero respetamos la decisión que se tomó de priorizar la salud y la vida, con los costos y consecuencias que vinieron asociadas”, indicó.

Las empresas tienen listos los
Las empresas tienen listos los protocolos para retomar la actividad regular

Además, adelantó que mañana se llevará a cabo una reunión con todos los organismos del sector aerocomercial para terminar de “limar los últimos detalles” del protocolo para el regreso de los vuelos, que ya fue aprobado y va a ser presentado luego a las máximas autoridades del Poder Ejecutivo.

Junto a directivos de empresas del sector, Tamburelli participó este jueves del seminario online “Argentina: Listos para el Despegue” organizado por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) en colaboración con la Asociación Latinoamericana y del Caribe del Transporte Aéreo (ALTA) y la Cámara de Compañías Aéreas en Argentina (JURCA).

Los vuelos comerciales en la Argentina están suspendidos desde fines de marzo, cuando se establecieron las medidas de aislamiento social preventivo y obligatorio en todo el territorio. El sector aeronáutico esperaba el retorno de las operaciones regulares para el 1° de septiembre, luego de que ANAC publicara una resolución que les permitía vender pasajes a partir de esa fecha. Pero por el aumento de los casos de coronavirus en todo el país, el Gobierno lo postergó.

Expectativas en las líneas aéreas

El sector aerocomercial fue uno de los más golpeados por la pandemia. Y esperan que la recuperación sea muy lenta, no solo por las restricciones sino por los temores de los pasajeros a viajar en un contexto de incertidumbre.

Desde IATA explicaron que preveían un regreso a la demanda de vuelos igual a la prepandemia para 2023, pero que ahora esa fecha se estiró hasta 2024. La recuperación –estiman– será primero para los vuelos domésticos y luego regionales e internacionales, en ese orden.

La industria aeronáutica necesita planificar y hacer hipótesis sobre el futuro. Para la temporada alta de 2021 vamos a estar muy cerca de los niveles de demanda de 2019

El titular de Aerolíneas Argentinas se mostró confiado en que la vuelta de las operaciones será exitosa. “El público tiene ganas de volver a usar este medio de transporte. Creemos que va a funcionar muy bien. Con los vuelos de repatriación y los vuelos especiales ganamos experiencia en los protocolos”, destacó Pablo Ceriani, presidente de la línea aérea. Y detalló que solo hubo dos contagios de personal de la compañía como consecuencia de los vuelos.

Según las estimaciones de Ceriani, la compañía podría volver a los niveles de 2019 para julio del año que viene. “El nivel de incertidumbre con el que trabajamos es muy alto. Hablar de predicciones es inmanejable, pero la industria aeronáutica necesita planificar y hacer hipótesis sobre el futuro. Para la temporada alta de 2021 vamos a estar muy cerca de los niveles de demanda de 2019”, detalló.

El aeropuerto de Ezeiza, sin
El aeropuerto de Ezeiza, sin vuelos durante la cuarentena

Una muestra del deseo de los pasajeros de volver a volar es que, durante el pasado Hot Sale, la compañía vendió un 80% de lo previsto y el 54% de los tickets con fecha para la temporada alta del año próximo.

Por su parte, Mauricio Sana, el CEO interino de Flybondi, destacó que para las empresas lowcost hay varios factores extra que impactan en su negocio en la pandemia. “Nuestro mercado ha perdido poder adquisitivo. El 69% de nuestros clientes tiene menos ingresos familiares. Tenemos un mercado muy sensible a las tarifas. También el posible cierre de El Palomar es un condimento adicional que nos hace más difícil proyectar”, explicó el directivo.

El panorama de los mercados donde ya se reanudaron las operaciones tampoco es muy alentador. Luis Monreal, gerente general de la aerolínea alemana Lufthansa para la Argentina y varios países de la región, señaló que el efecto de abrir las fronteras favorece la recuperación del tráfico y hace que los pasajeros tengan interés en viajar. Pero que las empresas deben explicar y comunicar mejor que es seguro volar.

“Las cuarentenas de 14 días que tienen algunos países para los que llegan es una restricción fuerte para el turismo y los viajes cortos de negocios. Vemos que hay tres tipos de clientes. Los que quieren volar mañana, los que tienen miedo y los que quieren volar pero tienen dudas”, describió.

Con respecto a la demanda, observan picos para los viajes programados de dos a tres semanas de anticipación y para los que tienen un plazo de más de seis meses. Son los que más se incrementan.

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