El Banco Central aprobó una normativa para permitir que los bancos puedan tomar depósitos en pesos pero ajustar su rendimiento a la cotización del dólar oficial, con el objetivo de crear una alternativa para quitar del mercado una parte de la enorme masa de pesos que demanda dólares en todas sus variedades.
Si bien los bancos ya están autorizados a captar plazos fijos en pesos ajustados por el dólar o a tasa variable, en los hechos no lo hacen porque hasta ahora no tenían a quién prestárselos una vez tomados bajo esas condiciones. En el BCRA apuntan a que los bancos volcados a la prefinanciación de exportaciones puedan salir a buscar depositantes de este tipo y, en lugar de pagarles una tasa de interés prefijada, les devuelvan su depósito ajustado por la cotización del dólar.
“Este cambio permitirá que las entidades financieras puedan ofrecer instrumentos de ahorro vinculados a la evolución de la cotización oficial del dólar, conocidos como dólar linked, y ofrecer préstamos a empresas exportadoras, generando un nuevo mercado para el ahorro en pesos”, dijo el Central en un comunicado.
La medida no parece haber sido adelantada a los bancos, como a veces ocurre en estos casos. No obstante, en una entidad de primera línea y con fuerte actividad en el comercio exterior, señalaron a Infobae que la idea merece ser analizada para implementar plazos fijos u Obligaciones Negociables ajustables por el tipo de cambio.
La idea permite usar pesos para financiar a exportadores pero evita el “descalce de monedas”. En los hechos, esto último significa que no está permitido que reciban préstamos en dólares aquellos que generan ingresos en pesos. Este mecanismo era corriente en los años 90 y fue uno de los causantes de la crisis del 2001.
La normativa no crea un nuevo tipo de plazo fijo, por lo que el banco que esté interesado podría poner plazos y otras condiciones. Al mismo tiempo, la mención del comunicado a “la cotización oficial del dólar” podría hacer suponer que seguirá habiendo un único valor oficial. Ante la incesante presión sobre el tipo de cambio, que obligó al BCRA a vender USD 1.300 millones en el mercado durante agosto, una de las opciones que se barajan en despachos oficiales es la del desdoblamiento cambiario, en el que coexistan un dólar comercial y otro dólar financiero. En el Central deslizan que desdoblar no es una opción bajo análisis.
La instrumentación de la medida implica “una modificación en la determinación de la Posición Global Neta de moneda extranjera a fin de favorecer la captación de depósitos a tasa variable para destinar al prefinanciamiento de exportaciones, sin que se genere un descalce entre las monedas”, señala el comunicado del BCRA. Ese cambio permite a los bancos “deducir para la determinación de la posición de contado de la Posición global neta en moneda extranjera las prefinanciaciones de exportaciones cuyo fondeo se impute a pasivos vinculados con la evolución del valor del dólar en el mercado oficial de cambios”.
Ahorrar en pesos
A comienzos de año, el Banco Central intentó hacer más atractivo el ahorro en pesos a través de otra herramienta: los plazos fijos ajustados por UVA, es decir, por la inflación. Desde el 1° de febrero pasado, los bancos están obligados a ofrecer esos depósitos a un plazo de 90 días, con una tasa mínima del 1% que se agrega al ajuste por el costo de vida y la posibilidad de cancelarlos anticipadamente luego de los primeros 30 días recibiendo una tasa menor que la original.
Pero los ahorristas le dieron la espalda al plazo fijo en UVA precancelable, cuyo stock al lanzarse la medida era de $45.000 millones. Tuvo un crecimiento hasta mediados de abril, en que llegó a un pico de $59.000 millones, tal vez impulsado por la inflación de abril del 3,3%, la máxima en lo que va del año. Actualmente no superan los $35.000 millones. La presión impositiva no lo ayuda: el plazo fijo en UVA es el único depósito en pesos alcanzado por el impuesto a la renta financiera.
Los bancos determinarán si los plazos fijos ajustados en dólares corren mejor suerte. Esta vez no están obligados a ofrecerlos. Para transformar esta idea del Banco Central en un producto concreto para el ahorrista podrán fijar sus condiciones, siempre que se evite el “descalce de monedas”. En los hechos, esto último significa que no está permitido que reciban préstamos en dólares aquellos que generan ingresos en pesos. Este mecanismo era corriente en los años 90 y fue uno de los causantes de la crisis del 2001.
Para evitar eso, en el BCRA aspiran a que el sistema funcione de la siguiente manera. El banco podrá tomar un plazo fijo en pesos y ajustable por el valor del dólar oficial. Ese depósito podrá ser prestado a un exportador para financiar una venta al exterior: los créditos de este tipo son en dólares pero el exportador recibe pesos, que previamente liquidó el banco en el mercado de cambios. Una vez que la exportación se concretó, el exportador le devuelve al banco los dólares, lo que le permitirá a su vez que el banco le devuelva los pesos al depositante, ajustados por el dólar y sin riesgos de descalce.
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