Más allá de la continuidad del cupo de USD 200 para dólar ahorro, los recurrentes trascendidos respecto de una modificación al régimen cambiario que los funcionarios del área económica no descartan ni confirman comienzan a acrecentar la inquietud en el sector privado. Provocan una preocupación particular en aquellas empresas que deben enfrentar el pago de obligaciones en dólares en las próximas semanas, tanto en el mercado local como doméstico.
Una decisión que se percibe en el mercado como inminente, dada la presión sobre las reservas del Banco Central, confirmando un posible desdoblamiento cambiario, ya sea como nuevo marco general o de hecho, limitando el acceso a divisas a las compañías que deben cumplir sus compromisos financieros, sumó ayer tensión entre los CFO, algunos de los cuales recordaron a Infobae que “ni siquiera en 2015” se implementó esa restricción. Impedirles el acceso a dólares para el pago de deuda implicaría para las empresas recurrir al contado con liquidación, cuya brecha con el oficial el Gobierno intenta aplacar, o aplicar fondos propios, en algunos casos depositados en el exterior. En cualquier variante, significa un aumento de costos, aun cuando puedan lograr una refinanciación con sus acreedores. Esa alternativa, claramente, es más compleja para aquellas compañías que tienen vencimientos inminentes,
En ese sentido, el primer caso que podría sentar precedente o, por el contrario, descomprimir el nerviosismo en torno a la cuestión, es el de IRSA. Su firma subsidiaria dueña de los principales shoppings de la Ciudad de Buenos Aires enfrentará el próximo lunes 14 un vencimiento en el mercado doméstico por USD 140 millones de capital e intereses. Diez días más tarde, el 23 de septiembre, deberá afrontar otro pago de intereses, en este caso internacional. En la misma fecha, YPF tiene agendado un compromiso.
Impedirles el acceso a dólares para el pago de deuda implicaría para las empresas recurrir al contado con liquidación, cuya brecha con el oficial el Gobierno intenta aplacar, o aplicar fondos propios, en algunos casos depositados en el exterior.
La lista más inmediata continúa con John Deere, con un vencimiento en el mercado local por USD 21,3 millones, mientras que a fin de septiembre, el 27, también Arcos Dorados deberá hacer sus propios pagos en el exterior. A partir de ahí, el calendario corporativo en la plaza internacional luce más despejado hasta principios de noviembre, cuando el Banco Hipotecario tendrá que cumplir obligaciones por USD 75 millones, de capital e intereses. Claro que para esa fecha se asume que, desdoblado o no, el mercado ya tendrá definido el mecanismo para hacerse de los dólares necesarios para evitar el default.
Actualmente, la autorización del Banco Central para el pago de obligaciones no está exenta de requisitos. Las empresas deben acreditar que no operaron en el mercado de CCL en los últimos 90 días ni que tienen disponibilidad de divisas en el exterior. Pero es un canal que, aun con esas limitaciones, se mantiene abierto. “Un tema es cortar el chorro de dólares para girar dividendos, otra muy distinta es hacerlo para el pago de obligaciones. Es casi empujar al sector privado al default”, se quejó un gerente financiero de una compañía que, por el momento, no enfrenta dificultades. “Sería un contrasentido enorme, particularmente cuando el Gobierno acaba de solucionar el problema de la deuda soberana”, agregó.
En más de una ocasión, en el Gobierno reconocieron tener bajo análisis la posibilidad de un desdoblamiento e incluso la vicejefa de Gabinete dedicada al área económica, Cecilia Todesca Bocco, admitió la necesidad de discutir la medida ya que, según dijo, “es una incomodidad la brecha del dólar, tenemos problemas estructurales en el mercado de cambios. No nos encantan los controles cambiarios, pero tenemos que ir trabajando sobre esto”. La funcionaria es una de las figuras del gabinete económico más convencida de esta estrategia. Desde el Banco Central, en tanto, las señales son confusas y se limitan a advertir que cualquier empresa que hoy deba cumplir con obligaciones financieras, puede hacerlo a través del mercado de cambios oficial. Sin embargo, no se arriesgan a afirmar, extraoficialmente, que la situación se mantendrá inalterable. De todos modos, a esta altura, la mayor incógnita de las empresas es el timing de una nueva restricción que vislumbran inexorable.
Seguí leyendo: