¿Seguirá el cupo mensual de USD 200?: cuáles son las alternativas que se analizan para el futuro del dólar “solidario”

Aunque el ministro Guzmán ratificó la continuidad de la venta minorista para atesoramiento, en los despachos oficiales y de las consultoras privadas se debaten opciones para frenar la salida de reservas

Pese a que el ministro de Economía ratificó que el cupo se mantendría, analistas y funcionarios evalúan alternativas. (Reuters)

Tras el exitoso canje de deuda por unos USD 107.000 millones, con jurisdicción extranjera y local, el ministro de Economía Martín Guzmán se encargó de salir al cruce de versiones sobre nuevas restricciones cambiarias para evitar la caída de las reservas del BCRA y una mayor devaluación.

El viernes, Guzmán ratificó que continuará vigente el cupo de USD 200 mensuales para comprar para atesoramiento, conocido como dólar “solidario”. Pero la delicada dinámica de los activos del Central, que cayeron unos USD 300 millones la semana pasada –con ventas en el mercado por unos USD 400 millones–, llevó a nuevas especulaciones de los analistas acerca de la posibilidad de sostener el nivel de venta de divisas para atesoramiento.

¿Qué hay sobre la mesa con respecto a las ventas habilitadas para a para personas físicas? Cuatro son las alternativas más firmes que discuten los expertos en el ámbito económico.

1) Reducir el cupo. En agosto, el Banco Central acumuló un saldo negativo por su participación en el mercado por USD 1.279 millones, de un nivel que no se observaba desde octubre del año pasado, justo antes de establecer el cupo de USD 200 para individuos.

La AFIP informó que el Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS), alcanzó una recaudación de $21.888 millones en agosto, cifra que permite contabilizar en unos USD 950 millones la demanda minorista del mes pasado, por parte de unos cinco millones de individuos. En este número se cuentan tanto las operaciones para atesoramiento a través del mercado de cambios como los gastos por consumo con tarjeta en el exterior, que también demandan reservas y tributan el recargo del 30 por ciento.

Recortar el cupo para minoristas podría reducir la sangría de divisas en las arcas oficiales, aunque la entidad monetaria atraviesa un “estrés de reservas” también por otros conceptos, pues compensa la merma de oferta para abastecer a importadores y para suministrar de dólares a las empresas que cancelan deuda con el exterior. También hay vencimientos de deuda pública para afrontar: en agosto los pagos a organismos demandaron 420 millones de dólares.

2) Aumentar el impuesto PAIS. El recargo del 30% por el impuesto PAIS, establecido el pasado 26 de diciembre, gana ponderación en el monto recaudado por la AFIP. En los primeros ocho meses de 2020 el impuesto PAIS ya recaudó 89.611 millones de pesos.

Cabe recordar que el impuesto “solidario” tiene un destino específico: el 70% de lo recaudado ingresa a las arcas de la Anses y el 30% restante está previsto que se utilice para obras de infraestructura, vivienda social y turismo. En agosto, la recaudación por el impuesto PAIS alcanzó $21.889 millones, el 24% de lo necesario para el pago de un mes de Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), unos $90.000 millones para nueve millones de familias.

Con ingresos públicos debilitados por la fuerte recesión en el marco de la cuarentena, es una tentación para el Gobierno aumentar la alícuota del impuesto PAIS, que el mes pasado representó el 3,6% de los ingresos ($612.146 millones), aunque el riesgo es que una suba de precio efectivo del dólar minorista, a la vez que desaliente la demanda, pueda erosionar el monto de percepción en épocas de “vacas flacas”.

3) Autorización previa en AFIP. El cepo cambiario, que empezó más laxo a partir del 1 de septiembre del año pasado (cupo mensual de USD 10.000) y se fue ajustando con el paso de los meses, tuvo una ventaja respecto del anterior, pues no requería de una autorización de la AFIP para la operación, un mecanismo poco transparente para bloquear la demanda, tal como se estipuló durante el control de cambios vigente entre el 31 de octubre de 2011 y el 16 de diciembre de 2015.

Con aquel esquema implementado por Ricardo Echegaray al frente de la AFIP, la demanda para ahorro o turismo requería una autorización del organismo, que en la misma operación vía web establecía un límite mensual de compra, ya sea para atesoramiento o libre disponibilidad, en base a un porcentaje del ingreso declarado por el contribuyente.

Pese a la traba burocrática, el cepo de la segunda presidencia de Cristina Kirchner tampoco resultó efectivo, pues estuvo acompañado de un palpable atraso cambiario, que terminó incentivando los gastos con tarjeta por turismo en el exterior, los consumos de productos importados a través de sitios de e-commerce y las ventas de autos importados que, medidos a precio “blue”, terminaban costando menos en la Argentina que en su país de origen.

4) Mantener los dólares en el banco. La variante más conservadora y menos costosa para el ahorrista podría ser la de una exigencia de mantener los USD 200 adquiridos en el mercado oficial por un tiempo determinado en la entidad bancaria. Esta alternativa no es una idea nueva. Ya en enero de 2014 el Gobierno había autorizado a que los compradores de dólares fueran eximidos del pago adelantado del 20% del impuesto a las Ganancias aplicado a estas operaciones si el comprador dejaba los billetes en una caja de ahorro o en un plazo fijo, con la libertad de retirarlos cuando quisiera una vez transcurrido un plazo de 365 días.

Como la mayor parte de los depósitos en dólares se contabilizan como reservas del BCRA en concepto de encajes, se estima que podrían mantenerse los niveles presentes de ventas minoristas sin afectar el monto de los activos brutos.

Sin embargo, esta opción no serviría más allá del corto plazo, pues de sostenerse el ritmo de ventas del BCRA en el mercado, seguirían en declive las reservas líquidas o de libre disponibilidad de la entidad, que son, justamente, las que necesita para intervenir en la plaza y equilibrar eventuales faltantes del lado de la oferta.

Guido Lorenzo, economista de la consultora LCG, consideró que el problema “más urgente quizás es el tema de la pérdida de reservas del Banco Central, que por mes están perdiendo alrededor de USD 1.000 millones con una hoja de balance que no supera los USD 10.000 millones de reservas netas. Quiere decir que este modelo actual no aguanta más de 10 meses”.

Un informe de Portfolio Personal Inversiones consideró que “el cupo de los USD 200 corre peligro. En los últimos días el Gobierno se ocupó de desmentir dicha medida e insiste en que se mantendrá, mientras que por otro lado buscará combatir la brecha con las herramientas que el BCRA tenga disponibles –venta de bonos principalmente–. Sobre este tema, el BCRA tiene un total de USD 7.600 millones en los nuevos bonos 2030 y 2035, disponibles para vender en el mercado y bajar las cotizaciones contado con liquidación y MEP si es necesario. Además, están la Anses y otros fondos como la Superintendencia de Riesgos del Trabajo del Ministerio de Trabajo, que se le suman al poder de fuego del BCRA para poder bajar la brecha”.

Para la consultora Delphos Investment, “desde el lado del activo del Banco Central, las reservas brutas continúan descendiendo desde fines de junio hasta los actuales 42.700 millones de dólares. En un entorno moderadamente optimista, éstas podrían alcanzar los USD 45.000 millones a fin de año, por debajo de nuestras estimaciones previas”.

Seguí leyendo: