El punto de inflexión que el Banco Central esperaba para empezar a contener el dólar comienza hoy. En lo cambiario, el BCRA tuvo un durísimo agosto, en el que debió vender USD 1.300 millones en el mercado a pesar del cepo y atravesó el anuncio del acuerdo con los acreedores sin que eso haya tranquilizado a la demanda. Pero en la entidad esperan que cambie la historia, ya que a partir de hoy dispone de USD 8.000 millones en los nuevos bonos del canje, que podría vender a cambio de pesos, para sacarle nafta a la presión cambiaria, o bien a cambio de dólares, para sumar reservas.
Pocas personas conocen de esas presiones y movimientos del mercado como el economista Juan Basco, ex jefe de Operaciones del Banco Central durante casi dos décadas, retirado a comienzos de 2015. Desde un lugar clave dentro de la línea de funcionarios del BCRA, en el que se toman las decisiones de comprar o vender dólares para mantener equilibrado el mercado, a Basco le tocó enfrentar las sistemáticas corridas cambiarias que sufrió la Argentina post 2001.
Asegura en diálogo con Infobae que la temida devaluación brusca para salir de una brecha cambiaria superior al 70% puede atenuarse y que no hay que esperar una medida mágica: una corrida nunca se frena con una sola decisión sino con un abanico de decisiones, en el que destaca una negociación firme con los agroexportadores: “Ni complicarles la vida, ni darle el ministerio de Agricultura a la Sociedad Rural”. Y advierte que con el cupo mensual de USD 200, no hay que hacer nada.
—A partir de hoy, el Banco Central tiene USD 8.000 millones de los nuevos bonos. ¿Eso va a calmar al mercado?
—Es una herramienta más que tiene para intervenir. En un momento en que no hay muchos instrumentos, siempre es bueno que el Banco Central tenga con qué hacer operaciones de mercado abierto. Igualmente, al dólar no se lo frena con una sola medida sino con varias cosas, eso en la historia argentina ya se vio muchas veces.
A los exportadores de granos hay que darles algún tipo de incentivo para que liquiden mejor, ya sea sentándose con ellos para convencerlos o dándoles alguna zanahoria para que les resulte más interesante vender (Juan Basco)
—¿Cuál sería hoy el menú de herramientas para calmar el dólar?
—Tener un gobierno políticamente fuerte y cerrar los acuerdos con los acreedores y con el FMI. También, tener una negociación seria y firme con los que realmente tienen los dólares, sin complicarles la vida pero a la vez sin darle el ministerio de Agricultura a la Sociedad Rural. Otro punto es el swap con China, hay que negociar rápidamente con los chinos. Hay que dejar en claro que es un acuerdo utilizable, que no es cosmética, que están los dólares. Además, hay que tener los bonos disponibles, por si hace falta utilizarlos.
—¿Qué hay que hacer con el cupo mensual de USD 200 para ahorro?
—Con eso yo no haría nada, modificarlo sería contraproducente. No pondría más cepo. El dólar se puede calmar con las otras medidas.
—¿Por qué se disparó la cantidad de argentinos que compran el dólar “solidario”?
—Hay una presión para comprar dólares porque suenan amenazas de que se va a “cerrar la canilla”, pero también porque hay excedentes de pesos en mucha gente que redujo su nivel de consumo a causa de la pandemia. Ese consumo postergado, sobre todo en aquellos que tienen un ingreso asegurado, hace que más gente compre dólares. La normalización de la economía va a hacer que muchos empiecen a vender, aún en el blue, y eso ayudará a quitar presión. El problema que puede surgir es que si hay verdadera reactivación, va a subir la demanda de los importadores.
—¿Qué se puede hacer desde el lado de la oferta de dólares?
—Ahí está el problema, en cómo generarlos. Hay que lograr no solo que haya más exportadores sino también que los que exportan vendan los dólares. Hay una oferta fija que es la de los exportadores de granos, que en cierta forma liquidan de la forma en que ellos quieren. Hay que dar algún tipo de incentivos para que liquiden mejor, ya sea sentándose con ellos para convencerlos o dándoles alguna zanahoria para que les resulte más interesante vender los dólares. Las negociaciones que teníamos nosotros con los exportadores fueron bastante exitosas, creo que después los gobiernos posteriores no las hicieron.
—Durante el macrismo, tenían libertad absoluta para liquidar cuando quisieran.
—Y antes de eso, en el final del kirchnerismo estaban completamente peleados con ellos. Hay que negociar. Y hay que hacerlo con firmeza, no es menor negociar con Dreyfus o Bunge, a veces te llenan la cara de dedos. Ahora bien: si el gobierno les da un horizonte, para que ellos también puedan llevar adelante su negocio, para que las retenciones no cambien, los exportadores van a liquidar. Es cierto que la época del año de liquidación más fuerte ya pasó.
En el largo plazo, en algún momento el tipo de cambio va a tender a ir hacia el valor que hoy tiene el mercado informal, eso no se puede evitar. El tema es cómo hacer que no pase de golpe.
—¿Cómo ve la política cambiaria actual, en la que el mercado ya sabe que el dolar oficial sube todos los días en la misma proporción?
—La previsibilidad excesiva no ayuda mucho, en especial con los exportadores de granos, hay que darle un poco más de juego. De todas formas, es preferible eso a que dejen el dólar estable, lo peor que se puede hacer es atrasar el tipo de cambio. Está bien que se haga una devaluación diaria como la que se está haciendo, pero no es bueno que sea tan previsible como está ocurriendo ahora. Pero para eso hay que estar bien seguro de cómo se está administrando el tipo de cambio. El mercado tiene que ver que tenés todas las armas y podés hacer otros movimientos, eso es muy importante a la hora de sentarse a negociar.
—En la Argentina, siempre que hubo una brecha cambiaria tan grande, tarde o temprano, se corrigió con una devaluación brusca.
—Eso es cierto. En el largo plazo, en algún momento el tipo de cambio va a tender a ir hacia el valor que hoy tiene el mercado informal, eso no se puede evitar. Pero si sacaran el cupo de USD 200 del dólar ahorro, la brecha cambiaria va a ser más grande todavía. El tema es cómo hacer que no pase de golpe. Lo importante es transmitir la sensación de que vas a aguantar y que te sentás a hablar con los actores que influyen en el mercado. Todavía hay capacidad para administrar el tipo de cambio. No soy un agorero de los que creen que la única solución para frenar al dólar es una devaluación brusca.
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