Durante la pandemia, entre los meses de marzo y junio, se perdieron 168.600 puestos de trabajo registrados en el sector privado, según datos del Ministerio de Trabajo. Sin embargo, entre junio y julio comenzaron a aparecer señales de un incipiente cambio de tendencia.
En marzo, el empleo asalariado privado cayó un 0,7% en términos mensuales (unos 41.000 trabajadores menos). En abril, reducción fue la más importante, con una caída de 1,7% (102.000 empleos menos), mientras que en mayo la pérdida de empleo se redujo a -0,3% (20.000). En junio, en tanto, el empleo asalariado registrado del sector privado presentó una variación mensual de -0,1% (5.600 trabajadores menos), de acuerdo a las estadísticas del ministerio de Trabajo, con datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).
Entre junio y julio comenzaron a aparecer señales de un incipiente cambio de tendencia
“La tendencia a la estabilización del nivel de empleo privado se explica por un cambio en la demanda laboral en varios sectores de actividad. Algunas actividades empiezan a recuperar parte del empleo. Además de la relativa estabilidad del empleo asalariado privado, el número total de trabajadores registrados muestra un moderado crecimiento con respecto al mes anterior”, explicó un informe del ministerio.
Luego de tres meses de caídas consecutivas (marzo, abril y mayo), en junio, el trabajo registrado —en total— se incrementó un 0,2%, lo que implica que alrededor de 28.800 personas accedieron a una ocupación formal.
“Este crecimiento se debe, fundamentalmente, a la recuperación de los ocupados independientes, principalmente del trabajo monotributista”, detalló el informe. Sin embargo, la información surge de un registro administrativo basado en la declaración de los contribuyentes al sistema de seguridad social y, por lo tanto, no distingue si el crecimiento se debe a trabajadores que comenzaron a realizar una actividad laboral de manera independiente o a la decisión de monotributistas de regularizar los aportes a la seguridad social, que habían sido postergados al inicio de la pandemia.
La información sobre la evolución del trabajo registrado en el mes de julio relevada por la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) en las empresas de 10 o más trabajadores en 12 aglomerados urbanos, señaló que el nivel de empleo asalariado privado muestra una variación mensual de -0,1%.
Las expectativas netas de aumento de personal, que miden la diferencia entre las empresas que esperan aumentar su cantidad de empleados y las que esperan disminuirla, continúan siendo negativas (-3,1%)
“De este modo, las pronunciadas caídas observadas durante los meses de marzo, abril y mayo parecen haber dejado lugar a valores cercanos a cero, equivalentes a los verificados en los meses de enero y febrero”, señaló el informe oficial. “La contracción porcentual del empleo registrado privado en julio de 2020 es la de menor intensidad que en el mismo mes de los años 2018 y 2019″, destacaron.
Por su parte, las contrataciones de personal mostraron un leve crecimiento respecto a junio (paso de 0,7 a 0,8). El valor permanece entre los más bajos de la serie, pero duplica la tasa de entrada verificada en abril y mayo (cuando fue de 0,4 puntos porcentuales). Por su parte, la tasa de salida se mantuvo en el mismo nivel de los dos meses anteriores (0,8 puntos porcentuales).
¿Cuáles son las proyecciones empresarias para los próximos tres meses? Las expectativas netas de aumento de personal, que miden la diferencia entre las empresas que esperan aumentar su cantidad de empleados y las que esperan disminuirla, continúan siendo negativas (-3,1%). Sin embargo, desde el ministerio, aseguran que son de menor intensidad que en los meses previos.
En julio, el 43% de las empresas relevadas dijo estar operando como siempre. En abril, ese valor fue de solo el 25%. Por el contrario, en julio el 16% de las empresas no operó u operó a menos del 25%, mientras que en abril ese porcentaje alcanzaba al 37% de las firmas. Las respuestas de las empresas respecto de su nivel de actividad muestran diferencias entre el Gran Buenos Aires y el interior del país, con una mejor la situación en el interior que en el área metropolitana de Buenos Aires.
Desde el ministerio advirtieron que las medidas de aislamiento social preventivo y obligatorio impuso una serie de problemas a la producción habituales de las estadísticas laborales. En relación a la información estadística que surge de los registros administrativos del SIPA, las declaraciones mensuales que realizan los empleadores al sistema tienen más rezago de lo habitual, lo que genera cambios en las estimaciones más recientes.
Por ejemplo, la estimación de empleo registrado privado publicada para el mes de mayo, pasó de -0,1% a -0,3%. Por eso, es probable que en los próximos meses se continúen incorporando al registro declaraciones tardías y las estimaciones actuales permanecen en revisión.
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