Sebastián Galiani: “El equipo económico narra constantemente escenarios irreales”

El ex viceministro de Hacienda entre enero de 2017 y junio de 2018 refutó gran parte de las críticas del Gobierno a la gestión de Cambiemos, en particular en lo referente a la sustentabilidad de la deuda. Le inquieta el rumbo de la economía

"Ningún economista serio piensa que Argentina tenía un problema de solvencia antes de las PASO de 2019. En mi opinión, pensar en el problema de la concentración de vencimientos es poner el carro delante de los caballos"

La economía argentina no logra recuperar los grados de libertad para tomar medidas fiscales y financieras más agresivas destinadas a atenuar los efectos de la cuarentena que comenzó el 20 de marzo, pero tampoco ayuda la negativa del Gobierno a desenvolver en su primer año sin un plan económico integral, y concentrarse únicamente en objetivos que se consideran condición necesaria, pero no suficiente, como la reestructuración de los vencimientos de la deuda pública externa, principalmente.

Probablemente, más fuerte que eso, y sobre todo en un escenario inédito de COVID-19 que llevó al Gobierno a tomar medidas extremas de aislamiento prolongado, en particular en los casos de actividades mano de obra intensiva vedadas, y la prohibición del uso de los medios públicos de transporte para un 90% de los usuarios, según se desprende de la caída del tráfico desde el 21 de marzo hasta hoy, hubiese sido la búsqueda de consenso para acompañar el proceso, y evitar la depresión que tuvo lugar en todo el tercer trimestre y que se proyecta persistirá en el tercero, aunque tal vez algo más atenuado.

Al respecto, Infobae entrevistó al ex viceministro de Economía entre enero de 2017 y junio de 2018, Sebastián Galiani, con el cargo de secretario de Política Económica del Ministerio de Hacienda de la Nación, y actual docente en la Universidad de Maryland, ciudad donde reside, para conocer no sólo su visión a la distancia, sino también para consultarlo sobre las recurrentes críticas del Gobierno a la gestión anterior y los errores de la gestión de Mauricio Macri.

- En las últimas semanas el Gobierno ha hecho críticas muy duras a la política de Cambiemos, en particular en lo que respecta a la segunda mitad, cuando inició negociaciones con el FMI ¿Cómo parte de ese equipo, que autocrítica hace?

- Mi salida del gobierno se anunció en abril de 2018 y debido a ello, no participé activamente de las negociaciones con el FMI. La principal crítica que tengo es que el Banco Central no debió haber puesto la banda cambiaria acordada en septiembre de ese año a crecer al 2% por mes. El tipo de cambio había hecho un overshooting, y necesitaba apreciarse en términos reales. Ello agregó inflación innecesaria. Por otra parte, si bien creo que las bandas cambiarias eran un buen compromiso en un año electoral con mucha incertidumbre nominal, el ancho de la banda era excesivo. En Argentina, después de un overshooting, y más en un año electoral, la volatilidad nominal domina a la volatilidad real. Lamentablemente, el BCRA y el FMI no encontraron el balance adecuado. No critico haber ido al FMI, y mucho menos acordado un programa de convergencia fiscal. Ojalá ello se hubiese hecho al inicio del gobierno de Cambiemos.

La principal crítica que tengo es que el Banco Central no debió haber puesto la banda cambiaria acordada en septiembre de ese año a crecer al 2% por mes. El tipo de cambio había hecho un overshooting, y necesitaba apreciarse

- Una de las críticas más fuertes a la herencia que dejó Cambiemos se refiere a la concentración de vencimientos de la deuda contraída con el FMI entre 2021 y 2023 ¿En condiciones de recuperación de los equilibrios fiscal, monetario y externo la Argentina no debería poder recuperar el crédito privado por 7% a 10% del PBI por año, y no comprometer la sustentabilidad del resto de la economía?

- Correcto. Ningún economista serio piensa que Argentina tenía un problema de solvencia antes de las PASO de 2019. En mi opinión, pensar en el problema de la concentración de vencimientos es poner el carro delante de los caballos. En general, si un país es solvente, los vencimientos se renuevan y los plazos se estiran. Puede ser necesaria alguna operación coordinada para ello, pero estas operaciones de mercado son normales. Lo importante es la solvencia fiscal. Por supuesto, la solvencia se afecta significativamente por el riesgo país, y ello ocurrió inmediatamente tras las PASO de 2019. Era el gobierno entrante quien tendría que haber ido a hacer un road show explicando su programa fiscal y de financiamiento el día inmediatamente posterior a ganar las elecciones. Hicieron lo contrario. La presentación del ministro Guzmán sobre deuda en el Congreso de la Nación Argentina de febrero de este año mostró claramente que el gobierno quería instalar la idea de que la deuda no era sostenible.

- ¿Qué otra crítica hace de la gestión de Cambiemos?

- La más importante es que, en mi opinión, hubo una inconsistencia inicial entre la política fiscal y la monetaria. En 2016, no solo el ajuste fiscal debió haber sido más fuerte, sino que se tomaron varias medidas fiscales que comprometieron la trayectoria de ajuste posterior, como, por ejemplo, la reparación histórica sin una reforma previsional de fondo, la fuerte reducción del impuesto a las ganancias personales, y el aumento en las asignaciones familiares a los trabajadores de altos ingresos. Por otro lado, el BCRA, hizo suyas metas de inflación muy ambiciosas conociendo la trayectoria fiscal adoptada, lo cual fue un error que se pagó después. De todas formas, vale aclarar que no estuve de acuerdo con que a fines de 2017 se afecte la independencia del BCRA.

- En su última carta a la directora gerente del FMI, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, expresan: “Desde Diciembre de 2019, cuando asumió la nueva Administración, implementamos un conjunto diferente de políticas diseñadas para prevenir una caída mayor de la producción, y el empleo, reducir la inflación, restaurar la sustentabilidad de la deuda externa y pública, y crear las condiciones para facilitar la remoción, a su debido tiempo, de las restricciones al acceso al mercado de cambios oficial” ¿Cree que antes de la irrupción del COVID-19, el escenario económico caminaba en la dirección que exponen los funcionarios del Frente de Todos?

- Lamentablemente no, creo que el equipo económico narra constantemente escenarios irreales. Lo lamento pues durante los primeros meses de gestión le di mi apoyo públicamente. Uno siempre quiere que las cosas salgan bien, y además las primeras declaraciones del ministro Guzmán eran razonables. Pero las acciones de política económica no terminaron acompañando a sus declaraciones.

"Uno siempre quiere que las cosas salgan bien, y además las primeras declaraciones del ministro Guzmán eran razonables. Pero las acciones de política económica no terminaron acompañando a sus declaraciones"

- La carta del Gobierno al FMI concluye: “Planeamos establecer políticas consistentes para lograr los objetivos del programa de estabilidad financiera y macroeconómica, y tomaremos cualquier medida adicional que se requiera a tal fin” ¿Cree que se trata de un mero formulismo, o ve al equipo económico predispuesto a aceptar las clásicas políticas de ajuste del Fondo, sobre todo luego de los severos desbarajustes que generó la extensa cuarentena?

- Para empezar, le diría que lo que importa es que está dispuesto a hacer el Presidente, y en este caso, que está dispuesta a hacer la vicepresidenta. Alberto Fernández declaró que esperaba que el FMI entendiese la situación social argentina y no le pidiese un plan de ajuste. Ahora bien, el gobierno tendrá que ir bajando el déficit fiscal. El déficit actual no es financiable.

- A más de 160 días de vigencia de la cuarentena ¿Qué evaluación hace de las políticas que adoptó el Gobierno para evitar que se propague el virus y de los paliativos económicos y sociales, y su comparación con economías similares?

- La política sanitaria del gobierno fracasó. La mejor estrategia que tenían era hacer una cuarentena temprana, pero corta, y desarrollar una amplia capacidad de hacer testeos, rastreos y aislar a las personas contagiadas. Esto funciona siempre y cuando el nivel de contagios se mantenga estable en un nivel bajo. Por ello se justifica una cuarentena temprana. También podrían haber desarrollado políticas de aislamiento focalizado en la población de alto riesgo para disminuir el costo económico y social de la cuarentena. Pero el gobierno nacional, lamentablemente, no hizo nada de ello.

“La política sanitaria del gobierno fracasó. La mejor estrategia que tenían era hacer una cuarentena temprana, pero corta, y desarrollar una amplia capacidad de hacer testeos, rastreos y aislar a las personas contagiadas”

- ¿Qué cabe esperar para el corto plazo y mediano plazo, mientras el equipo económico logra renovar el acuerdo que suspendió con el FMI?

- Nadie espera en el corto plazo buenas noticias económicas. Hay que reconocer que al Gobierno le tocó una situación económica muy dura. Cualquier gobierno hubiese tenido una caída en el nivel de actividad y un fuerte incremento en el déficit fiscal durante la pandemia. Creo que, al tomar medidas restrictivas tan duras y prolongadas, exacerbó los problemas económicos, sin lamentablemente obtener a cambio beneficios sanitarios. En la medida que se controle la epidemia, la economía continuará recuperándose, pero, aún así, el nivel de actividad quedará por debajo del nivel de 2019 por un par de años. Además, hay una situación de inflación latente que en algún momento se va a materializar. Ahí, será clave que el Gobierno tenga un programa de ajuste fiscal creíble, algo que aún no se ve siquiera que tenga consenso político. Sin él, los pronósticos económicos solo pueden ser malos.

"Será clave que el Gobierno tenga un programa de ajuste fiscal creíble, algo que aún no se ve siquiera que tenga consenso político. Sin él, los pronósticos económicos solo pueden ser malos"

- Una característica de las crisis en la Argentina es que tiene su origen en el sector externo, y la brecha cambiaria entre el tipo de cambio oficial y libre ha sido un semáforo, aunque pareciera que tardíamente los funcionarios y la política le prestaron atención ¿Es así, o hay otros disparadores más fuertes?

- Argentina ha tenido muchas crisis económicas profundas, las cuales respondieron a distintas combinaciones de causas. La situación que se está engendrando ahora tiene características similares a las prevalecientes en 1975 y 2015. Claro, a fines de 2015 Cambiemos evitó la crisis, y avanzó en revertir varios de los malos fundamentos heredados, que hoy vuelven a estar presentes: altísimo déficit fiscal financiado con emisión monetaria, cepo cambiario y alta brecha cambiaria y fuerte distorsión de precios de los servicios públicos. Sin embargo, hay una situación de estanflación estructural que persiste desde 2012.

El país tiene tres grandes problemas por superar, más allá de la coyuntura dramática que enfrenta: 1) un desmanejo crónico de sus cuentas fiscales, que lo pone siempre al borde de la insolvencia y la alta inflación. Esto afecta severamente su capacidad de crecimiento junto a 2) sus grandes problemas estructurales: su estructura productiva protegida. Necesitamos integrarnos al mundo, económica y políticamente; y 3) la situación social ha desmejorado mucho desde el regreso de la democracia. Hoy hay un conflicto distributivo vertical muy fuerte además del conflicto horizontal que traíamos de antaño.

- Según su experiencia en la gestión, ¿cuáles son las principales resistencias que encuentra un ministro para poder encarar un proceso acelerado para normalizar la economía: las presiones de la política, las demandas sindicales y de los empresarios, ¿o la imposibilidad de lograr avances que sean percibidos por la sociedad, y la base de votantes?

- No he sido ministro, y ello hace una diferencia importante. El cargo que ocupe no me expuso a la política como me hubiese gustado. Ello limita mi visión al responderle. Aun así, creo que el principal problema que enfrenta un gobierno reformista en Argentina es el reducido horizonte temporal que posee y que el mismo se da, además, bajo la sombra del populismo. Se han acumulado demasiadas distorsiones, y su remoción tiene altos costos de corto plazo, lo que hace que sea difícil de sostener políticamente un programa en el tiempo, y que además sea costosísimo pues se gobierna bajo la posibilidad cierta de que regrese el populismo y tire todo avance por la borda. Los brotes verdes, en ese contexto, son mucho más difíciles de generar.

Creo que el principal problema que enfrenta un gobierno reformista en Argentina es el reducido horizonte temporal que posee y que el mismo se da, además, bajo la sombra del populismo

- ¿Qué espera para la economía argentina en 2021, el “rebote del gasto muerto”, a la posibilidad de reactivación en V en forma sostenida?

- El 2021 en Argentina es el largo plazo. Fíjese que hace dos semanas que solo leemos sobre las internas en la coalición de gobierno. Lo que sí me animo a decirle es que, si se dispara la inflación fuertemente, vamos a tener una caída en la actividad, no una recuperación. El gobierno va a apostar a que ello no pase hasta las elecciones de medio término, pero no es claro que pueda lograrlo.

"Si se dispara la inflación fuertemente, vamos a tener una caída en la actividad, no una recuperación. El gobierno va a apostar a que ello no pase hasta las elecciones de medio término, pero no es claro que pueda lograrlo"

- ¿Con qué escenario estima que se encontrará el país en los mercados internacionales, tanto para renovar deuda y obtener crédito, como para el intercambio comercial?

- Nuevamente, hay mucha incertidumbre de corto plazo. Aún no sabemos cuándo tendremos vacuna, y cuánto tiempo tomará, y si será exitosa una campaña de inmunización mundial. Tampoco sabemos claramente cuál será el futuro de la política internacional de Estados Unidos, lo cual es clave para contestar su pregunta.

Mientras el Gobierno no muestre un programa fiscal que recupere la solvencia del Estado, no veo que pueda acceder significativamente a los mercados de crédito para incrementar su deuda neta

Aun así, mientras el Gobierno no muestre un programa fiscal que recupere la solvencia del Estado, no veo que pueda acceder significativamente a los mercados de crédito para incrementar su deuda neta, aunque hay un exceso de liquidez generalizado en los mercados financieros, y esto algo va a traccionar el precio de los bonos soberanos argentinos, especialmente si se alcanza un acuerdo rápido con el FMI.

Asimismo, mientras el Gobierno continúe profundizando su aislamiento internacional, tampoco será determinante para el país lo que pase en el mundo más allá de lo que suceda con el precio de las materias primas que exporta la Argentina, las cuales han comenzado a recuperarse.

Fotos: Martín Rosenzveig

Seguí leyendo:

Más Noticias

El carry trade, el dólar, el cepo, y la suerte del campeón

En el corto plazo, con un esquema de reservas netas negativas, liberar el cepo no parece una opción posible, ya que dejaría a la economía argentina al borde de una corrida cambiaria y también desprotegida ante una crisis internacional

Baja de impuestos para compras en el exterior: se podrá pagar 40% menos comprando online en EEUU

Desde diciembre, el Gobierno introduce cambios que reducen los costos de importación para compras vía courier. Las modificaciones prometen generar ahorros significativos en productos electrónicos e indumentaria adquiridos en el exterior

Desregulación: el Gobierno autorizó a 3 líneas aéreas a operar nuevas rutas al exterior

La medida se enmarca en la política de Cielos Abiertos que lleva adelante el Ejecutivo en el marco de la desregulación aerocomercial. Cuáles son las empresas y dónde volarán

Productores de economías regionales alertaron por aumentos de hasta 500% en las importaciones de alimentos y bebidas

Desde el Instituto de Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA) sostienen que la apertura del comercio exterior está poniendo en riesgo las cadenas agroindustriales, la creación de empleos y exportaciones de alto valor

Dólar tarjeta: el Gobierno ratificó que será más barato y estimó que sólo la mitad del gasto de turismo afecta a reservas

El presidente del Banco Central aseguró que no preocupa al equipo económico la salida de divisas por consumos en el exterior. En septiembre el déficit por turismo fue de casi USD 600 millones