En los primeros ocho meses del año los salarios del sector privado registrado perdieron la carrera contra una inflación que estuvo atada de pies y manos.
Estimaciones del sector privado reflejan que la pérdida fue del 4,5% desde enero, pese a que la suba de precios se vio frenada por la cuarentena y por los controles de precios aplicados por el Gobierno.
Econviews proyectó entre enero y agosto una caída del salario real del 4,5%. El último dato oficial es el del SIPA de mayo, que mostró una caída del 4% frente al mismo mes del año pasado. En 2019, la caída fue del 6,1%, en 2018 del 20% y en 2017 creció el 3 por ciento.
Por su parte, la inflación, con los datos que manejan las consultoras, acumuló una suba del 19% hasta el mes pasado y el 41,1% en los últimos 12 meses, explicó Lorena Giorgio, de Econviews.
Matías Carugatti, de la consultora Seido, sostuvo que “con un pronóstico moderado, el salario real del sector privado habría caído el 6% hasta agosto”.
En tanto, el IPC habría acumulado una suba del 18,7% desde enero y del 40% en los últimos 12 meses, según Seido.
El mes pasado, la inflación rondó el 2,8% por efecto del descongelamiento de algunos precios que estaban bajo el control oficial. Así lo indicaron a Infobae las consultoras que realizan su relevamiento de precios en forma privada, que prevén una aceleración en los próximos meses y un resultado anual que rondará el 40 por ciento.
Cabe recordar que en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central, las consultoras estimaron que el IPC del mes pasado llegaría al 3%, al 39,5% en diciembre próximo y al 46,7% en 2021.
Giorgio, de Econviews, explicó que estimaron una suba del 3% el mes pasado. “Si bien hay muchos precios controlados y otros que no suben porque las actividades permanecen cerradas, los precios de los productos dolarizados comenzaron a crecer más rápidamente. Además de la mayor cantidad de dinero en circulación, la dinámica que mostró el tipo de cambio, especialmente en las últimas semanas de julio y las primeras de agosto, también contribuyó a la aceleración de la inflación”, aseguró.
En este sentido, recordó que en los últimos tres meses la inflación núcleo subió más rápido que el índice general; en particular, en julio la diferencia fue bastante amplia, del 2,5% frente al 1,9%.
“El rubro alimentos y bebidas, que es el de mayor peso en el indicador general, también se mantuvo dinámico en agosto ya que la suba de algunos productos del programa Precios Máximos a mediados de mes pasado tendrá la otra mitad de su impacto en el dato de agosto”, aclaró.
También “influyó sobre los precios del último mes, y lo seguirá haciendo hacia adelante, la normativa del Banco Central que obliga a los importadores a utilizar los dólares que tengan declarados en el exterior para hacer sus pagos, sin posibilidad de acceder al mercado de cambios”.
“Esto implica que muchos precios locales estén fuertemente vinculados al tipo de cambio paralelo, que hoy ronda los 130 pesos por dólar”, advirtió.
“Esperamos que el ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial aumente en los próximos meses, ya sea a través de un salto brusco o por incrementos en los saltos diarios que decida el Banco Central, con su consecuente traspaso a los precios”, dijo la economista.
Por otro lado, destacó que “los precios se mantuvieron más contenidos que lo que se preveía en el primer semestre del año, ayudados por la debilidad de la demanda”.
“Esperamos que el consumo empiece a reaccionar hacia el último trimestre del año y que la inflación mensual promedie el 4% en los meses que restan. De esta manera, 2020 cerrará con una inflación punta a punta del 40%”, concluyó.
Federico Moll, de Ecolatina, dijo que estiman una suba del 2,6%, “con una leve desaceleración en la segunda quincena explicada por alimentos”
“La clave de la inflación en julio y agosto fue el descongelamiento de algunos precios con controles. El nuevo esquema de precios en consumo masivo debería durar hasta noviembre, con lo cual es probable que volvamos a tener una aceleración para fin de año”, adelantó.
Sin embargo, aclaró que la inflación de agosto “no se explica por un grupo de bienes, hay cierta homogeneidad en los aumentos” y se da “en un contexto en el que los salarios, uno de los principales drivers de la inflación, no parece estar presionando sobre la estructura de costos de las empresas”.
“Si la estrategia es pisar precios de consumo masivo vía controles vamos a tener un 2021 difícil”, advirtió, aunque de inmediato aclaró que no se observa que “haya precios siguiendo al blue todavía; puede haber un efecto, pero marginal. La brecha no es todavía un factor determinante a la hora de analizar el proceso inflacionario”.
Carugatti, de Seido, dijo que el cálculo preliminar de agosto está en torno a 3,5%. “Para el resto del año bajaría un poco, siempre y cuando el tipo de cambio nominal oficial no se escape fuera de control; pero no vemos que perfore la barrera del 2-2,5% mensual. Principalmente, porque este tipo de cambio oficial viene moviéndose a ese ritmo aproximadamente”, detalló.
Además, “si avanzamos en la normalización de la economía, los precios van a ir descongelándose y el reacomodamiento se sentiría en el IPC”.
En tanto, Federico Furiase, de Eco Go, estimó que el IPC llegó el mes pasado al 2,6%. “Todavía hay una amplia dispersión entre precios congelados por el coronavirus, tarifas congeladas, lista de precios -máximos y cuidados- que viene anestesiada; y los precios libres, que van ajustando ante la escapada del dólar de la brecha y el contexto de excedente de pesos”, explicó.
Sin embargo, a medida que “se flexibilice la cuarentena y se vayan acomodando algunos de los precios que hoy están anestesiados, esperamos una aceleración de la inflación en línea con la dinámica de los precios libres que se van acomodando a una dinámica de brecha cambiaria en alza, excedente monetario, caída en las reservas y restricciones de acceso al MULC, que pueden acelerar los ajustes de precio ante la incertidumbre del costo de reposición con brecha cambiaria alta”, indicó.
Otro consultor, Camilo Tiscornia, dijo que agosto habría cerrado con una suba del 2,2% y el año llegaría al 38%. “Seguimos pensando que va a haber más inflación en los próximos meses; habrá una suba del dólar un poco más rápida y que tanta emisión va a ir generando más inflación, sobre todo si recupera la actividad”, afirmó.
De este modo, en 2020 -una vez más- los salarios subieron por la escalera y los precios por el ascensor.
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