La era de la revolución digital y la incorporación de nuevos hábitos como el consumo a través de smartphones y dispositivo digitales, sumado a la tendencia creciente de monedas digitales y pagos online se acrecentó en los últimos años, pero sobre todo a partir de la llegada de la pandemia del COVID-19, y también aumentaron las consecuencias no deseadas como el fraude, el hackeo y otras formas de estafas.
Infobae consultó a bancos y especialistas en seguridad digital para dar cuenta de los riesgos más comunes a los que están sujetos los consumidores, así como de las distintas herramientas y conocimientos para evitar ser estafados a la hora de compartir una Clave Bancaria Única (CBU) para recibir dinero o pagar una operación vía electrónica, o incluso operar con tarjetas de crédito y débito en los portales de internet o comercios.
Un estudio de Prisma Medios de Pago dio cuenta de que durante el segundo trimestre del año hubo un leve incremento interanual en las transacciones con tarjeta de débito (5%) mientras que el uso de tarjetas prepagas creció 285%. Mientras que Red Link registró en julio un récord de más de 570 millones de transacciones electrónicas.
Además, las compras con tarjeta de débito crecieron en su participación a partir del uso de más de 2 millones de plásticos que estaban inactivos, lo que muestra un crecimiento en la bancarización en forma interanual.
Las compras con tarjeta de débito crecieron en su participación a partir del uso de más de 2 millones de plásticos que estaban inactivos
“Un rol fundamental están cumpliendo las aplicaciones para los teléfonos celulares o smartphones y computadoras personales, con los que cada vez se pueden hacer más operaciones como pedir comida, hacer compras en el exterior por internet, abrir cuentas bancarias en minutos, realizar transferencias inmediatas de dinero entre cuentas propias y de terceros”, destacan los consultados.
Ene ese marco, existen herramientas para hacer transferencias de dinero como el CBU (Cuenta Bancaria Única) o el Alias. Se trata de un código de 22 dígitos que conlleva datos sobre el banco y el tipo de cuenta.
Generalmente las personas y empresas informan el CBU para posibilitar una transferencia a la hora de cobrar un bien o un servicio. Sin embargo, al compartir este código pueden producirse dos estafas.
De acuerdo a información del banco Santander, uno de los principales problemas es que “usen tu CBU para obtener un préstamo en compañías financieras y después te llamen para hacerte creer que fue un error del banco y devuelvas los fondos a una cuenta de un tercero. O que generen un comprobante falso de acreditación de los fondos o transferencia y que te digan que hay un error del banco, y minutos más tarde te llaman desde una supuesta entidad para que vayas a un Cajero Automático y te estafen”. En este punto destacaron que suele suceder mucho por ventas a través de redes sociales.
Una de las herramientas que ofrece el banco para controlar el consumo son las “Alertas”. Desde Online Banking de la entidad financiera se pueden seleccionar las alertas que el usuario quiera para que le llegue información para estar al tanto de los movimientos de su tarjeta de crédito, al momento que se realizan.
Fuentes del Banco Galicia informaron que en caso de tener que proveer información, es importante detectar que los datos que solicitan sean razonables con la operación que el usuario está realizando. Por ejemplo, para recibir una transferencia es natural compartir el CBU. “Lamentablemente, existen sitios que imitan a la web original con el objetivo de engañar a las personas y recabar información privada como claves, códigos de acceso o token. Es fundamental reconocer dichas situaciones, ya que las contraseñas, por ejemplo, son personales e intransferibles, y ni siquiera la entidad proveedora debería solicitar las mismas”, destacaron.
Existen sitios que imitan a la web original con el objetivo de engañar a las personas y recabar información privada como claves, códigos de acceso o token
Los especialistas alertan que “nunca” se deben dar datos a personas desconocidas que llaman por teléfono, mandan un mensaje, se comunican por redes sociales o por correo, sobre los números de las tarjetas o de las cuentas bancarias, código de seguridad de la tarjeta, CBU o Alias de CBU y cualquiera otra identificación.
Voceros del BBVA remarcaron: “no hay que acceder a ser guiado telefónicamente para generar claves, utilizar cajeros automáticos, o realizar transferencias para cobrar un premio”.
“Hay que estar alertas a los avisos que te llegan de las entidades tanto por SMS, mensaje push al celular o por mail, ya que nos ayudan a verificar que la transacción es una que realizamos nosotros. También se recomienda revisar periódicamente el estado de cuenta bancaria para ver que no se hayan hecho transacciones desconocidas y ante cualquier inconsistencia de algún dato, consultar con los canales que se ponen a disposición cuanto antes”.
Desde el Banco Provincia comenzaron a alertar por la posibilidad de fraudes, engaños y estafas desde que arrancó el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) el 20 de marzo.
Claves a la hora de comprar por Internet
Los especialistas recomiendan hacer compras digitales sólo en sitios oficiales y seguros. Se sugiere verificar que la dirección de la página cuente con el prefijo https y un candado verde cerrado.
Otra medida a tener en cuenta es buscar opiniones de la tienda online para evitar caer en el mismo error que otros usuarios que fueron menos precavidos.
También evitar los enlaces de correos electrónicos y anuncios. Si una entidad quiere ofrecer algún descuento lo debe hacer a través de sus páginas oficiales, no a través de mensajes en cadena, comentarios o eventos.
Hay que considerar que en las redes sociales, los usuarios pueden encontrar páginas falsas, anuncios fraudulentos o enlaces maliciosos en los comentarios.
Otro ítem destacado es no almacenar datos de pago, ya que si por alguna casualidad se compromete la seguridad de la tienda online que estás usando o roban las credenciales, intentarán utilizar esos datos para realizar compras sin consentimiento.
Por otra parte, se recomienda realizar las compras online desde un dispositivo actualizado y protegido por un antivirus, evitar realizar compras desde redes wifi públicas, y usar contraseñas segura.
Mientras que desde el Banco Galicia sugieren que al momento de realizar compras en forma digital, hacerlo en sitios reconocidos, escribir manualmente la dirección de Internet y evitar la ayuda de buscadores.
Al momento de realizar compras en forma digital, se recomienda hacerlo en sitios reconocidos, escribir manualmente la dirección de Internet y evitar la ayuda de buscadores
Según el ingeniero Jonatan Roldan, Head of Information Security and Compliance de Paymovil, con las nuevas posibilidades que nos permiten las tecnologías financieras se busca que 1.700 millones de personas en todo el mundo (el 31% de la población adulta, según un informe del Banco Mundial), que no están bancarizados, cuenten con un sistema financiero flexible, confiable, dinámico, seguro, barato incluso gratuito, que mitigue su condición de pobreza y economía informal.
Pero este mundo de nuevas posibilidades genera riesgos que requieren ser atendidos por todos los actores en el ecosistema.
“Se debe comprar solo en sitios seguros. Para eso hay que verificar que la URL de la página web comience con ´https://´ y que aparezca el icono del candado cerrado a la izquierda de esta. Si le das clic ese es el certificado de validación que garantiza que el sitio es confiable. Si ves algo raro, sospechá, consultá, asesórate y no operes hasta estar seguro”, planteó.
También sugirió utilizar, siempre que sea posible, conexiones seguras, redes conocidas como en una casa o el trabajo, y no operar en redes desconocidas, mucho menos en redes públicas ya que el riesgo de sufrir un problema aumenta muchísimo.
“Hay que desconfiar de las ofertas que llegan por WhatsApp u otras aplicaciones, emails desconocidos, ventanas emergentes y en especial en las redes sociales que son inseguras”, aseguró.
En esa línea, sugirió pensar antes de cerrar una transacción por estos medios y pedir información para validar y confiar en aquella persona que parece ser confiable. “También hay que prestar atención a los medios de pago que ofrecen las páginas web. En general, los sitios que solo aceptan transferencias bancarias, suelen ser poco confiables”, aseguró.
Phishing o el hackeo por mail
“La llegada de la cuarentena cambió los hábitos y costumbres, y permitió descubrir nuevas habilidades y aprender a utilizar las redes sociales para aumentar las ventas y a trasladar el trabajo de la oficina al hogar, adaptándose a incluir la rutina laboral al entorno familiar”, coincidieron en destacar en las entidades financieras que sólo fueron autorizadas a ofrecer transacciones presenciales por turno y para casos muy acotados.
“Aprovechando el uso masivo de internet, se modificaron los métodos de robo, creciendo abruptamente las estafas virtuales. Éste flagelo creció a nivel mundial, al bajar los delitos presenciales”, contaron a Infobae las fuentes.
Según Martín Duran, especialista en seguridad gubernamental y corporativa, “uno de los métodos más habituales de fraude se da mediante el envío de un mail sobre falsos inconvenientes con tarjetas de crédito que el usuario deberá subsanar urgentemente”.
En ese sentido, dijo a Infobae: “una modalidad común es la de un logo de la tarjeta de crédito que invita a entrar a un link en el que se deberán completar los datos personales con el fin de solucionar una supuesta baja momentánea del plástico. De esa forma, se captan los datos primarios de la víctima que serán utilizados posteriormente con fines indebidos. En caso de recibir este tipo de intimaciones se deberá desestimar el mensaje y ante cualquier duda consultar de manera telefónica o mediante la página oficial del banco emisor”, detalló.
Y añadió Durán: “otra manera de robo virtual es a través de la ilusión en la que se envía un mail o se publica en alguna de las redes sociales más conocidas un sorteo o una promoción tentadora, donde se sugiere compartir la publicación para tener mayor posibilidad de acceder a un supuesto premio”.
Otra manera de robo virtual es a través de la ilusión en la que se envía un mail o se publica en alguna de las redes sociales más conocidas un sorteo o una promoción tentadora, donde se sugiere compartir la publicación
“Posteriormente llega el mensaje felicitando al participante por haber sido el feliz acreedor del premio. En estos casos invitan gentilmente a la víctima a completar todos sus datos personales y bancarios con el fin de poder proceder al pago del envío de su adquisición, que por supuesto es inexistente. De esta manera obtienen los datos primarios necesarios para poder obtener la clonación de tarjetas de crédito y de débito”, alertó.
Son varios los casos en donde los ciberdelincuentes utilizan el correo para robar. En ese contexto, las entidades financieras recomiendan revisar detenidamente el remitente de los correos y sospechar de aquellos que contengan caracteres o letras extrañas.
Otra sugerencia tiene que ver con no hacer clic en enlaces o descargar archivos adjuntos si se tienen dudas sobre la procedencia de un email y también reforzar la seguridad de los dispositivos electrónicos, ya sea una computadora personal o un teléfono móvil.
“Los correos electrónicos engañosos, también conocidos como phishing, por lo general, están acompañados por una advertencia de urgencia y, posiblemente, por amenazas que indican que tu cuenta se cerrará a menos que brindes la información solicitada”, advirtieron desde el Banco Provincia. Asimismo, recomiendan desactivar la funcionalidad autocompletar formularios en el navegador y tenerlo actualizado.
Por su parte, desde el Banco Nación afirmaron que otro dato importante a tener en cuenta es que “las redes oficiales de la banca pública se encuentran verificadas, es decir, poseen una tilde azul de fácil identificación junto a su nombre”.
Al tiempo, en todas las entidades remarcaron: ”el banco nunca solicita datos de cuentas ni contraseñas por ninguna vía”.
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