Sin dudas, el mes de agosto estuvo marcado por un acontecimiento funcionó como “bisagra” para los mercados, la economía en general y también el crédito político del Gobierno: el desenlace favorable de la reestructuración de la deuda emitida con ley extranjera, que alcanzó una aceptación del 99 por ciento.
A los USD 65.000 millones que serán canjeados por nuevos títulos se le sumarán sin grandes dificultades los USD 42.000 millones de bonos en dólares con ley local. Si además la administración de Alberto Fernández consigue reprogramar los vencimientos con el Fondo Monetario Internacional, que prestó a la Argentina unos USD 44.000 millones, el mayor escollo financiero del Gobierno estará despejado por los próximos tres años.
El 4 de agosto, una vez que se conoció el acuerdo con acreedores en el exterior, devino una toma de ganancias contundente, que dejó un saldo mensual negativo para acciones y bonos, mientras que en el mercado de cambios el BCRA siguió regulando con fuertes posturas vendedoras el avance gradual del dólar oficial.
Los ADR de compañías argentinas que se operan en dólares en las bolsas de Nueva York restaron un 6% en promedio, con pérdidas más acusadas para los bancos (de un -14% en promedio) y empresas ligadas a los servicios públicos, como Telecom (-22,5%), Edenor (-14,4%) y Transportadora Gas del Sur (-16,4%), luego de que el Gobierno declarara el 21 de agosto servicios esenciales a Internet, celulares y la televisión paga.
La reestructuración de la deuda en dólares y la reprogramación de vencimientos con el FMI despejarán el horizonte financiero por tres años
“Los números dentro del panel líder fueron mayormente negativos entendiendo que la principal preocupación del mercado tiene que ver con la ausencia de un plan económico, en medio de la crisis económica actual que se fue profundizando con las medidas de aislamiento obligatorio”, señaló un reporte de Portfolio Personal Inversiones.
Para los bonos en dólares la caída mensual promedió el 1%, aunque ésta fue testimonial pues los títulos, dentro del proceso de canje, serán reemplazados por nuevas emisiones, cuyo futuro valor en el mercado secundario será el verdadero “termómetro” de la percepción de los agentes financieros sobre la renta fija y también sobre eventuales emisiones de las empresas privadas en el mercado de deuda.
Una vez confirmado el acuerdo por el canje, los operadores empezaron a advertir la falta de un plan económico para avalar nuevas alzas
El panel líder S&P Merval concluyó en agosto en 46.835 puntos, con una pérdida mensual en pesos del orden del 5%, y más de 9.000 puntos debajo del nivel máximo nominal histórico intradiario de 56.114 alcanzado el 4 de agosto.
“Que estamos mal no es ninguna novedad, lo sabemos de sobra. Los descalabros macroeconómicos y la frágil situación del país siguen siendo drivers negativos para nuestra bolsa, de ahí el golpe negativo de una secuencia en baja de 17 días seguidos, con un recorte de 12 mil puntos, nos tuvo ’contra las cuerdas’, pero esa baja termina formando un ajuste alcista de una pauta plana de ’corrección continua’”, confió Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil.
El riesgo país de JP Morgan cayó más de 100 enteros, cerca de 5% para la Argentina, a 2.150 puntos básicos. Es de esperar que con la negociación de los nuevos bonos del canje logre descender a su rango más bajo desde las PASO de agosto de 2019, aunque probablemente se sostenga por encima de los 1.000 puntos, un umbral demasiado alto para un país emergente.
GMA Capital advirtió que la Argentina tiene “un mercado de capitales muy poco desarrollado respecto del resto de la región, con valuaciones de empresas castigadas y con pocos participantes”. Consideró que “la reestructuración de la deuda es una oportunidad para romper la histórica inercia. Sin embargo, la situación de menor incertidumbre ante un default es solo una condición necesaria que requiere el auxilio de arreglos a nivel macroeconómico e institucional”.
En el plano cambiario, el ganador fue el dólar oficial, que a paso lento pero firme avanzó $1,86 o 2,6% en el mes, según la cotización mayorista. En $74,18, acumula un alza de 23,9% por encima de la inflación.
El dólar blue terminó ofrecido a $135 en la última rueda cambiaria de agosto, un peso por debajo precio con el que concluyó julio, aunque cerca de sus valores máximos del pasado 24 de julio, cuando cerró a 139 pesos.
En tanto, las cotizaciones bursátiles del “contado con liquidación” y MEP, a $126 y $122, respectivamente, avanzaron un peso en el octavo mes del año, aunque recortaron un 7% respecto de sus valores máximos, consecuencia de las escasas operaciones en el marco del cierre del canje de deuda.
La otra cara de la moneda la ofreció la creciente demanda de dólar “solidario”, por parte de ahorristas que buscaron aprovechar la brecha entre la cotización formal y las alternativas, ya sea para atesoramiento o para efectuar la maniobra del “puré” y hacerse de la diferencia en pesos con la reventa en el mercado paralelo. En el último mes, el Banco Central debió efectuar ventas de contado por más de USD 1.000 millones para equilibrar la oferta formal.
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