El think tank de los bancos internacionales afirmó que será difícil que la Argentina logre una inflación baja en forma sostenida y una recuperación importante luego de la pandemia del COVID-19, por tener menos herramientas económicas que otros países emergentes.
El economista Sergi Lanau, subjefe de investigaciones del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, según su sigla en inglés), dijo en diálogo con Infobae: “se observa una recuperación en forma de V en los países emergentes luego del duro golpe que sufrieron en el segundo trimestre a raíz del COVID-19″.
Lanau, que tiene un doctorado en economía de la Universitat Pompeu Fabra, trabajó como economista del Fondo Monetario Internacional (FMI) para los programas de varios países, entre ellos el de Grecia y de algunos de América latina. Previamente, fue economista de la división de finanzas internacionales del Banco de Inglaterra. Aquí, sus principales definiciones desde Washington:
- La recuperación en los mercados emergentes: “En los últimos dos meses hemos visto recuperaciones fuertes en forma de V en muchos mercados emergentes, en parte porque la caída fue muy pronunciada. La recta final de la recuperación es complicada ya que el sector minorista tiene muchas dificultades para operar mientras COVID-19 siga siendo un problema. Por esta razón hay un riesgo importante que la vuelta a niveles de crecimiento normales sea lenta”.
La recta final de la recuperación es complicada ya que el sector minorista tiene muchas dificultades para operar mientras COVID-19 siga siendo un problema. Por esta razón hay un riesgo importante que la vuelta a niveles de crecimiento normales sea lenta (Sergi Lanau)
- ¿Por qué algunos pocos países, entre ellos la Argentina, siguen con altas tasas de inflación?: “La inflación ha sido relativamente baja en muchos países por años. La crisis actual refuerza esta tendencia porque deprime la demanda de los consumidores. En los pocos países donde ha habido un problema de inflación, tenemos que buscar las causas en las políticas económicas”, explicó. En el caso de la Argentina, afirmó, “el país ha pasado períodos muy largos en su historia usando la política monetaria de forma muy liberal para ayudar a financiar déficits fiscales. Esto provoca inflación y sobre todo expectativas que seguirá habiendo demasiada impresión de dinero y subidas de precios. Por esta última razón es muy difícil la transición a una situación de inflación baja duradera”.
- El escenario mundial 2021, con ¿más inflación o deflación? “El riesgo principal es el de baja inflación en escenarios en los que la recuperación económica es más débil de lo esperada. Europa por ejemplo ha sufrido este problema des de la crisis de la deuda publica en 2011-13. Si la recuperación es fuerte, la inflación subirá, pero difícilmente a niveles preocupantes, en parte porque los bancos centrales subirían tasas en este tipo de escenario”.
Si la recuperación es fuerte, la inflación subirá, pero difícilmente a niveles preocupantes, en parte porque los bancos centrales subirían tasas en este tipo de escenario
- La sustentabilidad de la recuperación china: “La recuperación industrial en China ha sido rápida y completa. Las exportaciones manufactureras también se normalizaron pronto. En el sector minorista la situación es más complicada, pero la economía en general se ha recuperado. A diferencia de la crisis global, las políticas económicas en la China son menos expansivas al día de hoy lo que quiere decir que la demanda China para exportaciones de otros mercados emergentes quizás crece menos”.
- La comparación de esta crisis con las anteriores (La Gripe española, la Gran Depresión y la crisis del 2008): “Esta es una crisis que escaló muy rápidamente en marzo con un gran impacto en los mercados financieros. La respuesta global en términos de políticas económicas fue muy robusta, lo que evito una situación de colapso. A pesar de esto, es una recesión profunda y a diferencia de 2008-09 la causa no es algo que controlemos nosotros”, resaltó. Al respecto, sostuvo: “el problema actual es un virus que desconocíamos hace unos meses, no burbujas financieras, gasto público excesivo u otros ‘errores humanos’. Hemos controlado el impacto económico razonablemente bien, pero cuánto costara recuperarse es fundamentalmente incierto”.
La respuesta global a esta crisis fue muy robusta, lo que evitó una situación de colapso
- Las barreras comerciales y al capital tras la crisis: “Hace tiempo que hay cierto descontento social y político con el comercio internacional y el multilateralismo. La crisis actual no ayuda en este sentido, porque, con limitaciones severas de movilidad, el comercio internacional y las cadenas de producción se complican. Muy posiblemente el debate sobre la globalización seguirá. Es pronto para saber si habrá cambios importantes: en general, el comercio internacional se basa en estructuras de producción en múltiples países que no se pueden cambiar fácilmente”.
- El mal desempeño económico argentino frente a otros países de la región: “Argentina ha tenido un desempeño inferior a muchos países emergentes debido, en parte, a que no ha conseguido construir instituciones macroeconómicas sólidas a lo largo de los años que permitan mitigar la volatilidad del ciclo económico. En otros países, en mayor o menor medida, estas instituciones han ayudado a impulsar -o al menos a sostener- el crecimiento económico en un marco de inflación baja y condiciones financieras estables”, explicó. “A partir de ello, a diferencia de Argentina, otros países han contado con herramientas adicionales para enfrentar los diversos choques externos o domésticos que se sucedieron en la última década”, aclaró.
Argentina tuvo un desempeño inferior a muchos otros países emergentes debido, en parte, a que no ha conseguido construir instituciones macroeconómicas sólidas que permitan mitigar la volatilidad del ciclo económico
- La alta liquidez que están aprovechando los países de América latina para endeudarse a tasas bajas: “Lo que hemos visto ha sido una recuperación moderada de los flujos de capital de no residentes, luego de fuertes salidas en marzo y abril. Sin embargo, aun teniendo en cuenta que muchos países de la región han logrado emitir deuda en el exterior, la magnitud de los ingresos de capital ha sido modesta con relación a las salidas observadas previamente”, aclaró. “Las posibilidades de sostener ingresos de capital en el tiempo dependen en gran medida de las condiciones y perspectivas económicas que ofrezca cada país. A pesar de la incertidumbre acerca de la duración de la pandemia y su impacto en el crecimiento, la región continuará necesitando capital para crecer y ofreciendo oportunidades atractivas a los inversores. Un ingreso de capitales que vaya más allá de los fundamentales de una economía puede exacerbar desequilibrios macroeconómicos prexistentes, pero no vemos esto como el principal riesgo en la presente coyuntura”, precisó el economista del IIF.
- La situación argentina después del canje y ante la negociación con el FMI: “Ciertamente un acuerdo con los acreedores y conversaciones con el FMI para implementar un programa serían señales positivas en cuanto a las posibilidades de atraer capital externo. Una vez que se concrete la reestructuración de la deuda y a medida que la pandemia vaya quedando atrás, la consistencia que muestre la política económica para enfrentar los marcados desequilibrios que hoy tiene la economía argentina va a ser clave para poder posicionarse mejor en este sentido”, concluyó.
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