El Banco Central se ilusiona con un resultado positivo del canje de deuda que en estos días atraviesa sus últimos días para ganar poder de fuego con el que salir a achicar la brecha cambiaria o hasta emitir deuda, a un costo muy alto, con la que sumar reservas que le permitan mostrar fortaleza y desactivar la corrida minorista que lo aqueja cada principio de mes. Según estimaciones de especialistas, la entidad conducida por Miguel Pesce cuenta con bonos soberanos que, después del canje, podrían alcanzar un valor de mercado que ronde los USD 8.000 millones y que le permitan intervenir el dólar contado con liquidación o, incluso, venderlos a cambio de dólares para sumar reservas.
La autoridad monetaria enfrenta en los primeros días de cada mes un aluvión de pequeños compradores que hacen uso del cupo mensual de USD 200 para ahorro y, de paso, colapsan por algunas horas los sistemas de los bancos privados. La diferencia del 85% entre la cotización oficial del dólar y las distintas versiones paralelas también incentiva adelantos de importaciones y postergación de exportaciones, lo que aleja aún más el objetivo algo ambicioso de exportar al menos USD 80.000 millones anuales para favorecer el crecimiento de la economía.
Recientemente Pesce analizó la posibilidad de eliminar el cupo mensual de USD 200, según admitió el presidente Alberto Fernández y luego desmintió el Ministerio de Economía. Pero el cierre a las comprar minoristas se descartó, al menos momentáneamente, por sus costos políticos y el impacto negativo que podría tener en materia de brechas. En cambio, la decisión consensuada entre el Central, presidencia y el ministro de Economía, Martín Guzmán, fue darle tiempo al acuerdo por la deuda con la esperanza de que logre apuntalar la confianza.
Pero detrás del impacto intangible, en el Banco Central están atentos a elementos más concretos. Porque la autoridad monetaria es una más en el universo de tenedores de deuda que se reestructura en estos días y, más allá de los recortes al pago de intereses, una operación exitosa volverá más líquidos y -esperan- valiosos a los títulos de deuda que el organismo tiene en su cartera.
El último balance anual del BCRA detalla las tenencias de bonos soberanos argentinos. En el canje de deuda ley internacional, Pesce estará canjeando Bonos Discount 2033, Globales 2021 y Globales 2028. En el tramo local del canje, mientras tanto, puede ingresar con títulos Bonar 2020, 2022, 2025, 2027, Bonos Discount 2033 Ley Argentina y 7 series de Letes en dólares.
En el Central se cree que la posibilidad de vender bonos para bajar el contado con liquidación es una opción válida, pero prefieren no utilizarla en lo inmediato. Sólo en caso de un empeoramiento del frente cambiario recurrirían a esa herramienta
El organismo valúa esas tenencias a valor nominal, pero estimaciones privadas respecto de su valor actual de mercado -o más aún, del valor de mercado que tendrían los nuevos bonos que se emiten por el canje- rondan entre USD 7.000 a USD 9.000 millones. El valor final dependerá de la tasa de descuento a la que terminen cotizando los nuevos bonos argentinos una vez que empiecen a operarse en el mercado secundario. La llamada “exit yield” del canje, para la que los operadores calculan un rango de entre 11% y 13%. Un operador privado calculó en USD 7.500 millones el valor si la exit yield fuera del 12%.
Esos títulos tienen dos usos potenciales para Pesce en caso de que la inyección de confianza por sí sola no alcance para calmar el frente cambiario.
Uno de esos usos fue detallado por Emmanuel Álvarez Agis en un informe de su consultora PxQ que circuló en el mercado. A través de intervenciones puntuales, la mesa de operaciones del BCRA puede intervenir en el mercado de dólar MEP y dólar contado con liquidación, los tipos de cambio paralelos legales que se operan en la Bolsa. Si vende esos títulos a cambio de pesos puede, al generar oferta, reducir en el margen la cotización en moneda local y conducir así una baja de esos dólares alternativos con la esperanza de arrastrar también al blue en el mercado informal.
La otra estrategia posible la sugirió, sin muchas estridencias, el ex presidente del BCRA durante el gobierno de Mauricio Macri, Federico Sturzenegger. Sabedor de que no es el profeta más escuchado entre los funcionarios del Gobierno, mencionó al pasar en una entrevista con La Nación que la cartera de bonos soberanos del Central podría sumarle USD 8.000 a USD 9.000 millones si se los vende en el mercado a cambio de divisas. Así, podría agregar esos dólares a sus reservas y enfrentar mejor la demanda de minoristas, entre otras necesidades.
La alternativa de Sturzenegger no es la más valorada en la actual administración del Central. Se entiende que vender bonos del Tesoro a tenedores privados es prácticamente emitir deuda, ya que si bien es deuda que ya existe al estar en manos del sector público es más manejable. En una situación límite, el vencimiento al Banco Central se puede pagar con otro bono en condiciones favorables, los tenedores privados en cambio sólo aceptan el pago en divisas. Y, con una tasa de descuento de hasta el 13%, también equivaldría a emitir deuda a un costo altísimo.
La opción planteada por Agis, en cambio, es más cercana al paladar de Pesce y sus colaboradores. Intervenciones puntuales para administrar a los dólares paralelo es una alternativa que está en la caja de herramientas. Si embargo, tiene el mismo defecto que la otra opción: transforma deuda con el sector público en deuda con tenedores privados. A favor, a los ojos de la autoridad monetaria, tiene que al usar dosis más pequeñas ese aumento en los hechos de la deuda sería menor.
Sin embargo, prefieren mantenerlo como un poder de fuego contingente antes que salir a utilizarlo. No están dispuestos a utilizarlo de inmediato, aunque sí se lo reservan como posibilidad en caso de que el canje no tenga el efecto deseado sobre el mercado o la pandemia se agudice y resienta aún más al frente financiero.
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