El director general de Syngenta para Latinoamérica Sur, Antonio Aracre, sostuvo que no puede haber “un enojo” entre el Gobierno nacional y el agro argentino debido a la importancia y a la competitividad que posee el sector más dinámico de la economía nacional y por la impronta productivista del peronismo y aseveró que hay que “encontrar temas que no nos distancien”, como el desarrollo de seguros agropecuarios y cuestiones referidas a las aplicaciones de fitosanitarios.
Así lo afirmó en diálogo con Infobae tras la reunión que mantuvo la semana pasada con el presidente Alberto Fernández. Al mismo tiempo, Aracre remarcó la importancia de la relación comercial entre Argentina y China y resaltó la buena performance del sector agropecuario durante la pandemia de coronavirus que le permitió a la población no solo de Argentina, sino del mundo, contar con los alimentos y productos esenciales “sin ningún tipo de faltante”.
“Una de las cosas que le dije al Presidente en la reunión es que siendo el peronismo un partido que se enfoca hacia la producción y siendo el campo el sector de la producción más importante y competitivo, me parecía que no podía haber una distancia, una grieta, un enojo entre el agro y el Gobierno”, relató Aracre respecto al encuentro que mantuvo con Fernández la semana pasada.
“Hay que encontrar temas que no nos distancien” respecto a la relación entre el Gobierno y el sector productivo. En este sentido explicó que “es obvio que las retenciones representan un punto de tensión máximo, porque el sector nuestro considera que es una presión abusiva y que afecta la inversión y la rentabilidad de manera ostensible, y el Gobierno está entrampado en una situación donde fiscalmente no puede dejar de contar con ellas como para poder llevar adelante, en un año de pandemia, todos los gastos que necesita hacer”, agregó.
“Si ese es un tema que nos distancia tanto, hay que buscar otros. Fui en esa agenda pensando cosas como, ‘hoy hay una sequía terrible, ¿Qué estamos haciendo en materia de desarrollo de productos de seguros para aliviar la situación del productor?’”, planteó el empresario, y subrayó la necesidad de que las autoridades gubernamentales le “peguen una mirada a la judicialización anárquica de la aplicación de fitosanitarios y cómo afecta eso al riesgo de producción de un productor, pero también, al perfil de reputación en las distintas localidades donde trabajamos”.
En otro tramo de la entrevista, Aracre puntualizó el buen desempeño del sector agropecuario y de la producción de alimentos durante la pandemia, que le “permitió a la población, no solo de Argentina, sino del mundo, contar con esos productos esenciales sin ningún tipo de faltante”.
Según Aracre, la previsión de los productores ante los efectos que podría traer acarreados la pandemia produjo un adelantamiento en la compra de insumos, lo que llevó a que la empresa que dirige obtenga buenos resultados en materia de facturación durante el primer semestre del año. Por tal motivo, Aracre consideró que “en este momento, desde el punto de vista de los negocios, no es el coronavirus lo que más nos preocupa sino la sequía y esperar que se acerque una gotita de agua para que los perfiles hídricos de los suelos permitan comenzar una siembra escalonada como habitualmente ocurre con la gruesa”.
Relación con China
Para el directivo de Syngenta, empresa que fue adquirida en 2017 por la compañía estatal china ChemChina, la relación comercial entre China y el país es estratégica, en especial para el gigante asiático, ya que se asegura con Argentina “un proveedor confiable” de alimentos.
“China es un país que encaja a la perfección, estratégica y comercialmente, en su relación con Argentina y viceversa. Prueba de eso es que, sin demasiada planificación estratégica, hace cinco meses China se convirtió en el principal socio comercial de Argentina, desplazando a Brasil”,señaló Antonio Aracre.
En este sentido explicó que la Argentina, al contar con una población de 40 millones de habitantes y poseer una “capacidad de producción gigantesca, que conlleva a tener excedente exportable fenomenal, es lo que exactamente necesita un país como China en materia de seguridad alimentaria”.
“Es decir, asegurarse un proveedor confiable, consistente y que no va a privilegiar al mercado interno en función de un desfasaje entre lo que se puede exportar y lo que se necesita importar. China es lo contrario, con una población gigantesca y todavía con una capacidad de producción limitada, porque sus rindes y su adopción tecnológica aún es baja, por lo que necesita un país como Argentina para que le suministre alimentos”, concluyó.
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