Aunque el cepo va perdiendo su efecto de contención, lo que abrió paso a rumores sobre nuevas restricciones cambiarias, el dólar blue restó un peso este lunes, a $137, al igual que el bursátil contado con liquidación, negociado en torno a 134 pesos.
El dólar marginal se acercó este viernes a su máximo 24 de julio, cuando tocó $140 y cerró a 139 pesos. Desde el piso del 4 de agosto, el blue trepó 8% y el contado con liqui, un 12,8 por ciento. Y en la semana pasada el alza fue de 4,5% y de 6%, respectivamente.
En el mercado formal, el dólar mayorista ascendió 15 centavos (+0,2%) en el día, a 73,73 pesos. En lo que va de 2020 el tipo de cambio oficial sube un 23,1 por ciento. El monto operado en el segmento de contado (spot) sumó unos 160,5 millones de dólares.
Gustavo Quintana, agente de PR Corredores de Cambio, ponderó una “relativa mejora en el flujo de ingresos colaboró con el BCRA para atender la demanda autorizada”. Agregó que “según fuentes privadas del mercado, la autoridad monetaria habría terminado el día con leve saldo a favor por su intervención”.
Leandro Ziccarelli, jefe del Departamento de Research de ICB, explicó que “hay mucha demanda de dólar paralelo y mucha brecha entre el dólar oficial y los dólares Bolsa, los que uno consigue en el mercado, y eso empieza a generar problemas. Si fuese solo la brecha, no habría tanto problema. Pero el principal inconveniente es que en determinados niveles la brecha se hace bastante hostil para la macroeconomía”.
“Una brecha superior al 80% claramente empieza a generar lío en la economía, ruido en los precios y las expectativas. Pero el ruido más grande es que empieza a presionar en este mercado oficial del dólar y empieza a hacer que los exportadores no quieran liquidar -porque el dólar oficial es mucho más barato que lo que está en el mercado- se espera una devaluación y los dólares no entran. Y, por otro lado, los importadores hacen el proceso inverso y adelantan importaciones”, describió Ziccarelli.
Detrás de la escalada de las paridades alternativas al control de cambios oficial está el aluvión de pesos: el financiamiento del Tesoro solo con emisión monetaria alcanza cifras siderales: la asistencia del BCRA sumó 2 billones de pesos en doce meses, un 8% del PBI, cifra que expone la magnitud del déficit fiscal.
En ese aspecto, las miradas se centran en el estrés de reservas. El BCRA acumula en agosto un saldo neto negativo de USD 800 millones por sus ventas de contado. Las reservas netas cedieron del umbral de USD 10.000 millones, según el último balance consolidado de la entidad, mientras que las reservas líquidas con las que puede intervenir, excluida la tenencia de oro, se redujeron a 6.134 millones de dólares.
Santiago Bulat, economista asociado en Invecq Consulting, no descarta “ver un salto cambiario a fin de año o a principios del que viene, porque se va a evitar una devaluación cerca de las elecciones, es un escenario que se va a tratar de evitar todo lo posible. Por eso es momento de cubrirse con deuda atada a la inflación, que puede terminar debajo de 40% este año, pero puede ser mayor el año que viene, presionada por el tipo de cambio”.
“El foco del mercado se traslada al plano económico en medio de desequilibrios monetarios y fiscales que presionan sobre las cotizaciones del contado con liquidación y el MEP, llevando la brecha a su nivel más alto de los últimos cuatro meses”, puntualizó Portfolio Personal Inversiones. “Recordemos que una brecha creciente pesa sobre la estrategia cambiaria del BCRA que se ve obligado a vender cada vez más divisas con el objetivo de mantener el ritmo de devaluación diaria”, añadió.
Desde Research for Traders coincidieron en que “los tipos de cambio bursátiles subieron de manera significativa esta semana y alcanzaron niveles récords, en un marco de preocupación por la pérdida de reservas del BCRA”.
Las reservas internacionales retrocedieron este viernes USD 45 millones y acumularon una merma semanal de USD 76 millones, para finalizar en los 43.048 millones de dólares.
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